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CARTA ABIERTA DE LA ASOCIACION FISICA ARGENTINA (AFA)
20 de julio de 2000

A LOS SRES. PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE DE LA NACIÓN,
Y A LOS INTEGRANTES DEL CONGRESO DE LA NACIÓN,
SOBRE LA SITUACIÓN DEL ÁREA DE CIENCIA Y TÉCNICA EN EL PAÍS.

 

La Asociación Física Argentina (AFA), consciente de la grave situación que atraviesa el sector de ciencia y técnica (CyT) en el marco de las dificultades económicas en las que se encuentra el país, dirige esta carta a las autoridades nacionales con la esperanza de que adopten urgentes medidas que impidan la destrucción de los recursos actuales y establezcan pautas que permitan auspiciar, a mediano plazo, su crecimiento y aprovechamiento por parte de la sociedad en su conjunto.

Hacemos notar que la AFA ha manifestado en todo momento su interés por colaborar con las autoridades, habiendo ofrecido su asesoramiento al entonces Presidente del CONICET, Dr. Pablo Jacovkis, y al Secretario de Tecnología, Ciencia e Innovación Productiva, Lic. Dante Caputo, en sendas entrevistas realizadas durante el primer cuatrimestre del corriente año.

A fin de realizar un aporte constructivo y claro, estimamos conveniente tener en cuenta algunos de los hechos más recientes que han producido un fuerte impacto sobre la comunidad científico – tecnológica del país y que motivan la necesidad de efectuar esta manifestación publica.

Las actuales autoridades nacionales asumieron el gobierno con un compromiso escrito en la CARTA A LOS ARGENTINOS, que incluyó el incremento del porcentaje dedicado a CyT, desde aproximadamente 0,33 % (inversión actual) hasta un 1% del PBI. Dado que al presente se destinan aproximadamente M$ 1000 del presupuesto público y M$ 300 privados, el citado compromiso implicará alcanzar totales de M$ 3000 y M$ 900, respectivamente, dentro del período 2000-2003. Este compromiso produjo una expectativa favorable en la comunidad de CyT ya que su concreción significaría superar la paupérrima inversión actual y alcanzar, por ejemplo, la efectuada por países vecinos como Chile y Brasil.

El Lic. Dante Caputo , al frente de la Secretaría para la Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva, nombró como Coordinador General de Investigación Científica al Dr. Mario Albornoz. En marzo, el Dr. Albornoz renunció a su cargo, aduciendo que el gobierno no estaba cumpliendo con lo prometido y manifestando su disconformidad con el hecho de que el área científica tuviera un rango inferior al de internet o Sociedad de la Información (ver La Nación 22/3/00). Este evento y las circunstancias asociadas, especialmente la ausencia de señales convincentes que despejaran las dudas generadas por la renuncia, produjeron desaliento y escepticismo en la comunidad de CyT. Esta situación se agudizó a causa de la falta de una comunicación fluida entre la SETCIP y dicha comunidad, y de la percepción por parte de esta última de la no existencia de planes concretos para el área.

Cabe señalar que hace tres meses (19/4/00) la AFA propuso al Lic. Caputo auspiciar y coordinar una serie de visitas a centros de investigación para facilitar el intercambio de ideas con los científicos en su ámbito de trabajo, propuesta que fue aceptada por el Sr. Secretario pero que lamentablemente no ha podido hacerse efectiva hasta el presente a pesar de que la AFA llevó adelante los aspectos organizativos correspondientes, porque el Sr. Secretario no concretó aún un compromiso firme al respecto.

Como Presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) fue designado el Dr. Pablo Jacovkis. La comunidad de CyT percibió rápidamente una situación de conflicto interno en la institución, evidenciada por declaraciones públicas de tonos opuestos realizadas por el Presidente y el Directorio, respectivamente, sin que la SETCIP haya intercedido visiblemente para solucionar el conflicto. A esta situación se agregaron las evidentes dificultades económicas padecidas por el CONICET, incapaz de pagar en término a sus becarios en varias oportunidades y de hacer efectivas las cuotas de subsidios para la investigación otorgados en 1996, 1997 y 1998. Es oportuno hacer notar que la situación de desfinanciación y ahogo presupuestario se repite en todas las organizaciones del sector (CNEA, INTI, etc). Este estado de cosas trajo aún más desconcierto y desaliento en la comunidad de CyT.

Después de seis meses de gobierno, el Sr. Secretario de la SETCIP presentó algunos lineamientos de un plan denominado "Programa de financiamiento y organización del sistema de Ciencia y Técnica". De hecho ese plan sólo se refiere a la reorganización del CONICET, a la intención de incrementar el FONCYT de M$ 21 en el año 2000 a M$ 60 en el 2002), y a la creación de unos 1000 cargos de profesor a dedicación exclusiva en las universidades, a un costo aproximado de 35 M$ anuales.

Si bien contiene algunos elementos positivos, en general la propuesta fue duramente cuestionada por muchos investigadores. Los aspectos positivos que se destacan son: la intención de mejorar la situación salarial de los investigadores más jóvenes (propiciada por la AFA frente a las autoridades) y el incremento del FONCYT. Para entender en que medida estos recursos se ajustan a lo dicho en la Carta a los Argentinos , debemos mencionar que son sólo el 4% de los allí comprometidos.

Aún cuando la AFA ve con buenos ojos estos objetivos, es necesario destacar que por ahora sólo constituyen una promesa de futuro, de no muy alta credibilidad, teniendo en cuenta que las medidas adoptadas hasta el momento indican lo contrario.

Uno de los aspectos de estos lineamientos que fue más cuestionado por la comunidad es la virtual eliminación de la Carrera del Investigador Científico del CONICET y su sistema de evaluación. Aunque de acuerdo al plan esos cambios solamente afectarán a quienes ingresen en el nuevo régimen del CONICET (régimen que, lejos de constituir una carrera, es apenas un simple método para pagar un suplemento salarial ) la desaparición total sería únicamente cuestión de tiempo. La indicación de que esta supuesta nueva Carrera consta de una sola categoría es tan ilustrativa que nos exime de mayores comentarios.

La comunidad científica ve con profunda preocupación la presentación de un proyecto que conduce a la destrucción de un sistema de investigación y de evaluación, que si bien es perfectible, ha sido el patrón de referencia para la ciencia y la tecnología en el país durante varias décadas. De hecho, el sistema de evaluación ha sido el único patrón razonable aplicado uniformemente en toda nuestra geografía. Pensar cambiarlo por cualquier otro, sin una propuesta que demuestre su perfeccionamiento, sería una irresponsabilidad que sin lugar a dudas el país pagará muy caro en el futuro. No obstante, se pretende transferir la actividad de evaluación al sistema universitario, cuya dificultad para producir una evaluación seria y uniforme en todo el país, ha quedado sumamente clara a partir del Programa de Incentivos.

Por otra parte, y en relación con un cuestionamiento de la eficiencia del CONICET, actitud siempre deseable en tanto se haga con un espíritu constructivo, es justo señalar que a fines del año pasado, un comité internacional se pronunció sobre sus Institutos indicando que, en general, se trata de un conjunto aceptable que debería mantenerse aparte del sistema universitario. Naturalmente se puede esgrimir una opinión diferente sobre el tema, pero es deseable que si se gastó tiempo y dinero en hacer estudios, se diga al menos porque no se los considera al momento de tomar decisiones.

Las ideas publicadas por el Lic. Caputo al presentar este plan contienen algunos presupuestos a nuestro parecer erróneos y propuestas de casi imposible implementación, todo lo cual sugiere un desconocimiento de las realidades de la ciencia y la tecnología y de las condiciones que fomentan su desarrollo.

Uno de esos presupuestos es que la producción científica no redunda como debería, en beneficio para la Argentina, sino que producimos, en parte, para el resto del mundo. Como crítica al sistema científico argentino, este enunciado resulta incorrecto porque la ciencia es de carácter universal (en oposición, en este sentido, con la producción de tecnología). De hecho la Argentina contribuye muy poco a incrementar ese patrimonio, en comparación con los beneficios que obtiene por el solo hecho de pertenecer a una sociedad basada en el desarrollo científico y tecnológico. Es necesario

tener en claro que si lo que se produce aquí o afuera no redunda en beneficio de la Argentina, es porque o bien falta una instancia intermedia, de transmisión de los logros científicos a la industria, o bien falta en gran medida la industria capaz de reclamar apoyo científico-tecnológico.

Una de las propuestas de difícil implementación es la de que las universidades hagan concursos preferenciales para los investigadores del CONICET, tanto porque esto violaría la autonomía universitaria, como por que la absorción de un número significativo de nuevos docentes-investigadores con Dedicación Exclusiva en condiciones de trabajo medianamente aceptables en nuestra disciplina es muy dudosa para centros desarrollados y con relación alumno/docente relativamente baja. No es un hecho menor que ésta última circunstancia se produce porque, salvo en las Facultades de Ciencias, en general la enseñanza de la física en el ámbito universitario no está a cargo de físicos.

En un contexto salarial muy deteriorado, sin ningún aumento en los últimos ocho años, la reforma impositiva produjo hace unos meses una rebaja de hecho en esos ingresos. Durante el presente mes de julio se concretaron las rebajas salariales a los agentes de diversos organismos de CyT, y en particular del CONICET, producto del ajuste aplicado por el gobierno a los sueldos del sector público. Ello ocurrió pese a declaraciones previas tanto del Sr. Secretario de la SETCIP como del Presidente del CONICET, de que tales reducciones o no se implementarían en ese organismo, o bien su efecto sería cancelado por un mecanismo compensatorio. La no implementación de tal mecanismo y la realidad de un CONICET cada vez más empobrecido condujeron a la reciente renuncia de su titular, quien declaró la imposibilidad de que el organismo funcione hasta fin del año en curso. Los ecos de la renuncia y el contrapunto mediático actual de declaraciones de ambos funcionarios, son evidencias de las dificultades que enfrenta el gobierno en materia de CyT.

Finalmente, debemos puntualizar una vez más que este plan ha sido presentado como un programa para todo el sistema de CyT, pero ni siquiera menciona a grandes organismos científico-tecnológicos, como CNEA, INTI, etc.

Durante todo este período, varios científicos reconocidos han manifestado su disconformidad y preocupación con la política de CyT adoptada hasta el presente por el actual gobierno. A éstas se agrega una reciente carta entregada al Sr. Presidente de la Nación el 29/6/00, suscripta por 260 becarios e investigadores argentinos que se encuentran en el exterior.

Todos estos acontecimientos llevaron a la desesperanza y movilización de los sectores ligados a CyT, ante la falta de respuestas concretas y aceptables por parte de las autoridades. La comunidad científica ve con gran preocupación no sólo la drástica reducción de los recursos asignados al sector, que ahogan su funcionamiento, sino la presentación de un plan que hace peligrar al mayor sistema de CyT que el país ha tenido durante décadas. De persistirse en esta dirección, cada vez más los científicos argentinos tratarán de emigrar al hemisferio norte o a países vecinos donde se invierten recursos mucho mayores, tal como lo ha reconocido en forma pública el Secretario de la SETCIP. Resulta paradójico que nuestros políticos y gobernantes reconozcan frecuente y públicamente que sin inversiones y calidades en el sistema de CyT el país no tiene futuro, y que sistemáticamente no se haga nada en tal sentido.

En resumen, la AFA reclama de las autoridades nacionales la implementación de medidas urgentes tendientes a evitar la profundización de la depresión que sufre el sistema de CyT. Creemos que las mismas deben adoptarse aún en el marco de la difícil situación que atraviesa el país, si verdaderamente se desea producir un desarrollo futuro sostenido. Para el logro de ese objetivo es necesario establecer y profundizar el dialogo con todos los sectores involucrados y elaborar un plan consensuado que permita prever un futuro realista, por modesto que éste sea y sumar nuestros esfuerzos en esa dirección.

Asociación Física Argentina

 

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