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EL MINISTRO DELICH ABRIO EL DEBATE SOBRE UNIVERSIDAD
El ingreso irrestricto en duda

El ministro de Educación sorprendió al proponer que "se podría pensar en limitaciones para el ingreso a Medicina". Aseguró que se respetará la autonomía pero aclaró que
"hay que planificar". Autoridades y estudiantes se oponen al retorno de los cupos.

"Se podría pensar en poner limitaciones al ingreso en Medicina y, paralelamente, en dar becas para incentivar carreras como Ingeniería." El ministro de Educación, Andrés Delich, anunció ayer su intención de que las universidades nacionales planifiquen la forma de ingreso de los estudiantes. Así, el funcionario radical, surgido de las filas de Franja Morada, dio un giro radical frente al principio de ingreso irrestricto que tradicionalmente defendió el radicalismo. Y desató otra polémica en el ámbito universitario (ver página 2). También anunció que impulsará una reforma de la Ley de Educación Superior: "Hay que diseñar una nueva ley que, respetando la autonomía universitaria, construya un ámbito de planificación de la educación superior".
Tras cerrar el seminario sobre "El papel del periodismo en la educación", organizado por el IIPE-UNESCO, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y Educación, Delich dio una conferencia de prensa: "En los últimos veinte años quedó en evidencia el fracaso del Estado en generar un espacio donde se planifique la educación superior". Y, sin anestesia, se refirió al espinoso asunto del ingreso. "Los exámenes de ingreso son instrumentos de política educativa. Depende de cómo se los use. Es como un bisturí: puede ser un arma mortal en manos de un loco o un asesino, o puede estar en manos de un médico para curar a las personas", explicó, metafórico.
El ministro aclaró que "la planificación del ingreso debe ser una decisión propia de cada universidad. Hay que pensar políticas de ingreso dentro de las universidades, pero no como una regla única. La heterogeneidad de las universidades implica que no se piense en una norma global de ingreso. No puede haber un ingreso común para todos". "Medicina es el típico ejemplo de carrera en la que, por la restricción que existe para disponer de preparados y materiales para todos los estudiantes, existen limitaciones objetivas para la posibilidad de enseñar", dijo.
Después le apuntó directamente a la unidad académica más grande de América latina, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. "Tenemos que pensar cuántos estudiantes tiene que tener una facultad o una universidad para conservar la condición de tal. Hoy tenemos una facultad con más de 40 mil alumnos acá a siete cuadras. ¿Es razonable?", se preguntó. Y, a continuación, postuló la posible instauración de restricciones para el ingreso en carreras muy demandadas (se refirió a Medicina) y, a la vez, ofrecer becas para fomentar el estudio de otras disciplinas (Ingeniería fue el ejemplo elegido).
En otro orden, pero en el mismo rumbo que ya había señalado su antecesor Hugo Juri -quien reapareció junto a Delich para cerrar el seminario de periodistas- el ex diputado y ex presidente de la federación de estudiantes de la UBA dijo que impulsará una modificación de la Ley de Educación Superior (LES) sancionada bajo el menemismo en 1995. "La ley no se corresponde con este siglo. Eso no quiere decir que debe derogarse, sino que debe haber una nueva norma." Con ese objetivo, en los próximos días el ministerio creará una comisión especial, "un ámbito de consenso" con rectores, actores universitarios y especialistas en educación, que será presidida por el propio Juri. Mediante la reforma de la ley, el ministro pretende obtener mayores instrumentos para, desde el Estado, planificar políticas de educación superior. Cuando Página/12 le recordó que la LES ya prevé la existencia de los desaprovechados consejos regionales de planificación universitaria, Delich retrucó: "Existen, pero no obligan a las universidades a participar de ellos. El Consejo Interuniversitario Nacional (el órgano que reúne a los rectores de las universidades públicas) debería ser un ámbito de articulación, pero no se ha mostrado exitoso en ese sentido, como sí lo ha sido en la defensa de la universidad pública".
Al final, el ministro también confirmó que avanzará con otros proyectos iniciados durante la anterior gestión de Educación: seguirán en marcha los proyectos de desarrollar colegios universitarios y de evaluar la calidadde la educación que brindan las universidades. "Si medimos la calidad de la educación básica, ¿por qué los universitarios se van a sentir mal si los queremos evaluar?".
Después de dos semanas de incertidumbre, quedó confirmado que el área del ministerio que se ocupa del sistema universitario y los institutos terciarios, la Secretaría de Educación Superior, seguirá encabezada por Juan Carlos Gottifredi, quien había presentado su renuncia ante el Presidente. Además, la secretaría mantendrá su rango, mientras que la de Educación Básica pasará a ser una subsecretaría.
La decisión de que continúe como el único viceministerio el área de educación superior muestra que el Ejecutivo quiere "meter mano" en la reformulación del sistema universitario. El sostenimiento de la universidad pública implica que el Tesoro destine 1800 millones de pesos anuales a ese fin. Un monto nada desdeñable para las sumas y restas de Economía.

Claves

Los estudiantes advirtieron que como "no pudieron arancelar no pueden venir ahora con los cupos".

Algunos decanos de la UBA plantearon que analizar el ingreso sin evaluar el contexto al igual que hablar de planificar "se puede confundir con ajustar".

El ex decano de Medicina, Luis Ferreira, festejó que "un ministro joven venga con esa idea brillante que piensa en la comunidad y no en la facilidad de los alumnos".

Página 12 5/04/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-05/pag03.htm

"No pudieron arancelar, no vengan a poner cupos"

Javier Lorca

Autoridades y estudiantes, en diálogo con Página/12, se opusieron, tajantes, a la posibilidad de instaurar restricciones al ingreso en la universidad pública, dejada entrever por el ministro de Educación, Andrés Delich. "No pudieron imponer el arancel, que no intenten ahora poner cupos al ingreso." "Nadie puede estar en contra de planificar. Pero uno duda porque, durante el gobierno anterior y en lo que va de éste, siempre se planificó para ajustar o hacer negociados." Ese fue el tenor de las respuestas de los universitarios. Sin embargo, todos los consultados se mostraron dispuestos a debatir una transformación del sistema educativo superior. Uno de los pocos que ayer festejó las declaraciones del ministro fue el ex decano menemista de Medicina, Luis Nicolás Ferreira.
"¿Es razonable" una facultad como la de Ciencias Económicas, con más de 40 mil alumnos en sus aulas?, se preguntó Delich. "El análisis de si es poca o mucha la cantidad de gente que estudia en Ciencias Económicas depende de las expectativas que tengamos para el futuro de nuestro país -retrucó el decano de esa facultad, Carlos Degrossi-. La cantidad de alumnos que tenemos es incluso insuficiente si la economía del país va a desarrollarse como esperamos. Por eso, discutir en abstracto es poco serio." Degrossi dijo que le parece "inconveniente poner cupos en las carreras". "Pero el Estado podría orientar la demanda hacia ciertas áreas mediante elecciones estratégicas de desarrollo. Si somos democráticos, tenemos que dejar optar y confiar en nuestros ciudadanos. Pero darles la mayor información posible."
"Nadie puede estar en contra de planificar la educación. Si esto se hace con mayor presupuesto, está muy bien. Pero, con un gobierno que hace unas semanas nos dijo que iba a recortar y arancelar, uno debe estar alerta", desconfió el decano de Ciencias Sociales (UBA), Fortunato Mallimaci. "Hablar de cupos no tiene ningún sentido, si primero no hablamos de que todos los jóvenes tienen que tener las mismas posibilidades de estudiar en la universidad", añadió.
Como era previsible, los mayores rechazos se oyeron entre los alumnos. "La universidad pública necesita reformas, pero siempre sobre la base de los principios reformistas de autonomía, gratuidad y libertad de ingreso -se plantó el titular de la Federación Universitaria Argentina, Manuel Terrádez (Franja Morada)-. Desaprobamos cualquier idea que tienda a la restricción del ingreso. No nos parece mal planificar, siempre que no se vaya hacia medidas restrictivas." Más duros fueron los dirigentes universitarios del Frepaso. "No pudieron imponer el arancel, que no intenten ahora poner cupos al ingreso. Y que tampoco se quiera encubrir con esto un proyecto de universidad elitista", avisó Raúl Sánchez, del Movimiento Nacional Reformista (PSP). Y agregó: "Pensar en una Argentina más justa y solidaria se contrapone a la elitización de la universidad pública". Secretario general del Frente Grande Universitario, Lucas Nejamkis, también se opuso a cualquier restricción.
Igual, todos se mostraron dispuestos a aceptar la planificación. "Planificar puede resultar muy bien para salvar la brecha que hay entre la educación media y la universitaria. Y puede servir como política de retención", dijo Terrádez. Sánchez admitió: "Queremos debatir la transformación de la universidad y de la ley, pero el debate sobre la planificación no se puede limitar a ver cuánta gente tiene cada carrera". "En otro modelo de país, con otro contexto social -apuntó Nejamkis-, planificar podría no resultar excluyente, como sí lo resulta en la Argentina que tenemos hoy."
El que ayer celebró su revancha fue el ex decano de Medicina (UBA), Luis Ferreira, recordado por sus disputas con el rector Oscar Shuberoff, justamente, por su afán de restringir el ingreso. "No voy a decir ‘vieron que yo tenía razón’. Siempre tuve esta convicción por mi experiencia docente. Por suerte ahora llegó un ministro joven que, con esta ideabrillante, está pensando más en la comunidad que en las ventajas que tienen los malos alumnos", dijo a este diario. Se explayó: "Hoy tenemos una cantidad excesiva de médicos en la UBA. Así baja la calidad de la educación, se proletariza la profesión, los médicos son explotados, necesitan tener varios cargos para poder vivir y, entonces, también baja el nivel de atención y los únicos perjudicados son los pacientes". Para el ex titular de la Oficina de Etica Pública durante el menemismo, "el Estado debe orientar a los estudiantes. La libertad de elección es muy buena, pero deja de serlo cuando el estudiante se recibe y se encuentra sin posibilidades de inserción".

Página 12 5/4/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-05/pag03.htm

OPINION

Por Nora Veiras

Limitaciones objetivas

El ingreso a la universidad no se puede pensar desde una regla única", dijo el ministro de Educación, el radical Andrés Delich. La definición, que puede sonar sensata, evidencia, sin embargo, una decisión política: la de abrir un debate en un coto donde el radicalismo desde el retorno a la democracia levantó la bandera del ingreso irrestricto como sinónimo de democratización. Más aún, el joven sociólogo que se forjó como dirigente estudiantil en los ‘80 al calor de la defensa a ultranza de la autonomía universitaria remarcó que se hace imprescindible "planificar" la educación superior.
Si no fuera porque medió el fallido ajustazo de Ricardo López Murphy y la posterior entronización de Domingo Cavallo en Economía, el discurso sonaría a herejía. Pero, en ese contexto, proponer que las universidades discutan las formas de acceso de los estudiantes a las aulas se puede entender como un trueque a cambio de "salvar" la gratuidad que tanto ocupa a los economistas del establishment.
"Nosotros siempre fuimos reformistas", repiten en Educación. La Reforma Universitaria que en 1918 lideraron los estudiantes cordobeses en contra del oscurantismo eclesiástico reivindicó la libertad de cátedra y la autonomía. Esos fueron los instrumentos para poder confrontar ideas sin dejarse adoctrinar por dogmas. Es cierto que ni el ingreso irrestricto ni la gratuidad formaron parte de esa lucha, pero no lo es menos que desde el retorno a la democracia la comunidad universitaria incorporó esas banderas como irrenunciables.
En los ‘90, en la Universidad de Buenos Aires se podría decir que bordearon el grotesco -si no fuera porque en el medio de la disputa quedaron miles de estudiantes- las discusiones entre el consejo superior, liderado por el rector Oscar Shuberoff, y el entonces decano de Medicina, el menemista Luis Ferreira, en torno al ilimitado Ciclo Básico Común (CBC) y el cupo del Curso Preuniversitario de Ingreso (CPI). La UBA defendió el derecho de la universidad a definir un sistema de ingreso común mientras que la facultad quería establecer sus propias normas. La puja fue el reflejo del artículo de la ley de Educación Superior hecho a la medida del pintoresco decano que establece que en las universidades con más de 50 mil alumnos, las facultades podrán definir las normas para el ingreso. Con menos torpeza, en la absoluta mayoría de las facultades de Medicina del país se definieron criterios de selección. Ahora es el ministro de Educación el que confiesa su coincidencia con la necesidad de fijar restricciones en esa carrera producto de las "limitaciones objetivas" para dar una formación adecuada a los estudiantes.
A lo largo de dieciséis años de democracia, las universidades se resguardaron en la autonomía para, muchas veces, repeler el debate sobre las evidentes carencias de su organización y administración. El radicalismo fogoneó en muchos casos esa lógica defensiva que llevó a cristalizar en varias casas de estudio los avances de la democratización sin más crítica. Lo distinto es que un ministro proveniente de ese riñón ponga sobre la mesa la necesidad de "planificar siempre respetando la autonomía".
Es imposible ordenar, articular, coordinar sin tocar la autonomía. "Es preferible que los cambios los hagamos nosotros a que los impongan", repiten en Educación, dejando en claro que llegó la hora de la universidad. El tema es hasta dónde el debate sobre la restricción no termina legitimando el "economicismo" de quienes sólo piensan en recortar recursos de la "costosa" educación superior. Y el riesgo de seguir elitizando la formación superior en un contexto donde la precariedad del secundario convierte en discriminadora cualquier selección para seguir estudiando.

Página 12 5/4/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-05/pag03.htm

EL TITULAR DEL CIN Y RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE MENDOZA
"Tenemos cupos en cinco carreras"

El rector José Martín (peronista) coincidió con el planteo de revisar el ingreso irrestricto del ministro. "No ataca la autonomía", dijo.

José Francisco Martín, presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y rector de la Universidad Nacional de Cuyo, coincidió con las críticas del ministro Andrés Delich al ingreso irrestricto a la universidad. "Hay casos en que no hay una racionalidad en el número de estudiantes", destacó ayer en diálogo con Página/12. Martín cuestionó a las "megauniversidades" que tienen "hasta 250 mil alumnos", en alusión a la Universidad de Buenos Aires (UBA), con cuyo rector (el radical Oscar Shuberoff) acostumbra a enfrentarse en las reuniones del comité ejecutivo del CIN. De larga militancia peronista, el rector mendocino aseguró que los anuncios del ministro son compatibles con la autonomía universitaria. -¿Qué opina sobre las declaraciones del ministro de Educación?
-Tengo acuerdos en muchos de los puntos que ha planteado.
-Delich dijo que "cada universidad debe planificar sus propias formas de ingreso a las carreras de acuerdo con su capacidad física y operativa".
-Estoy totalmente de acuerdo con lo que opina el ministro, que coincide con la política que ha aprobado el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo. Además de tener cursos de nivelación y examen de ingreso, tenemos cupo para el ingreso en cinco carreras.
-El ministro también criticó el desempeño del Consejo Interuniversitario Nacional, que usted preside.
-No me constan esas declaraciones. El ministro Delich estuvo el 26 de marzo dos horas reunido con el comité ejecutivo del CIN y no nos formuló esas apreciaciones, por lo tanto yo tengo que ser muy cuidadoso. Sí estamos de acuerdo con el ministro en que el CIN tiene que cumplir un rol activo en materia de política universitaria.
-¿Y cree usted que hasta ahora lo ha cumplido?
-Todavía tenemos muchas cosas que hacer para cumplir en totalidad. De hecho, voy a dar dos ejemplos del último período, el que corresponde a mi presidencia. Uno: nosotros estamos haciendo una investigación sobre el financiamiento universitario realizada por profesionales. Segundo: estamos duplicando las bases de información sobre cada una de las universidades.
-Según el ministro, "hay que analizar cuándo una universidad o una facultad pierde su capacidad operativa según la cantidad de alumnos". Y comentó el caso de Económicas de la UBA, que tiene hoy 40 mil estudiantes. ¿Hay que poner un tope en la cantidad de alumnos?
-Ese es un tema que atañe especialmente a las megauniversidades.
-¿Cuáles serían las megauniversidades?
-Las megauniversidades -como la UBA, por ejemplo- son las que tienen hasta 250 mil alumnos. Nosotros en Cuyo, en cambio, tenemos 26 mil.
-¿Y se debería hacer algo con las megauniversidades?
-Eso no lo va a poder hacer ningún ministerio. Pero habrá que repensar desde el interior del sistema universitario qué se hace en estos casos.
-¿Cree que hay que reformular las megauniversidades, que "no tienen capacidad operativa", como sostiene Delich?
-No tengo una opinión formada al respecto. Si bien como presidente del CIN pienso en todo el sistema universitario, creo que hay casos en que no hay una racionalidad en el número de estudiantes.
-¿Eso se da en la UBA, por ejemplo?
-Mire, estamos hablando de 250 mil estudiantes. No tengo a mano el dato de esa facultad de la UBA, pero habrá que repensarlo desde la propia UBA.
-En relación con esto, Delich dijo que hay que discutir de nuevo las pautas para distribuir el presupuesto entre las distintas universidades.
-Estamos totalmente de acuerdo. Hay dos cosas que es necesario tener en cuenta. Desde el CIN hemos pedido que se aplique sobre un incremento presupuestario. Un modelo basado solamente en la cantidad de alumnos no sirve. Necesitamos un modelo que recoja la heterogeneidad de universidades que encierra el sistema universitario argentino.
-Delich consideró que la ley de Educación Superior que se sancionó en 1995 no se corresponde con este siglo. ¿Coincide con esa visión? -En ese punto, específicamente, me gustaría preguntarle al ministro en qué sentido no coincide la ley con este siglo. Y estoy seguro de que eso va a dar lugar a un diálogo muy rico. Eso no quiere decir que me oponga a reformas en la ley de Educación Superior. Al contrario, me gustaría conocer un proyecto de reforma de esa ley. En el CIN estamos dispuestos a ese tipo de debate.
-¿Lo que dijo Delich no es un ataque a la autonomía universitaria?
-En la mayoría de los estatutos de las universidades está previsto que cada Consejo Superior discuta el ingreso. Nosotros tuvimos un juicio en la Justicia Federal, por el sistema de ingreso que aplicábamos en la Facultad de Ciencias Médicas: fuimos hasta la Corte Suprema en ese juicio y la Corte nos dio la razón porque estábamos haciendo uso de la autonomía.

Entrevista: Martín Piqué.

Página 12 5/04/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-05/pag05.htm

EL TITULAR DE EDUCACION SUPERIOR, JUAN CARLOS GOTTIFREDI
"Respetaremos la autonomía"

-El ministro Andrés Delich se mostró a favor de impulsar una planificación del sistema de ingreso en la universidad pública, un sistema diferenciado según las características de las carreras y las instituciones -abrió Página/12 el diálogo con el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi.
-En realidad, ya hoy no existe un criterio común para todas las universidades. El criterio es que cada una sabe bien por dónde le aprieta el zapato y sabe qué hacer. Lo que sí queremos, y estamos trabajando para eso, es que todas las universidades aumenten el número de egresados y la retención de los estudiantes.
-¿Cuáles son las líneas de planificación que se van a desarrollar desde el ministerio?
-Vamos a apoyar todas las tareas de planificación que ya están haciendo las universidades. Si una universidad planea la apertura de nuevas carreras de acuerdo con las necesidades y las demandas de la sociedad, vamos a apoyar y colaborar.
-¿Está diciendo que no se va a bajar una línea desde Educación?
-No creo que ésa haya sido la idea del ministro. Desde el ministerio vamos a respetar la autonomía universitaria. Pero sí creemos que las universidades deben hacer el ejercicio de esforzarse para que, si entran mil alumnos, se gradúen también mil.
-¿Se está trabajando en la reforma de la Ley de Educación Superior?
-Vamos a convocar a una comisión de trabajo para que analice de manera completa el sistema educativo superior y haga propuestas de transformación. Si el resultado implica que la ley resulta un obstáculo para los cambios necesarios, buscaremos consenso de todos los sectores para reformarla. Nuestra idea es que la comisión sea presidida por el anterior ministro, Hugo Juri.
-Hace más de dos semanas usted presentó su renuncia. ¿Va a seguir en el cargo?
-Voy a seguir. Fui confirmado en la secretaría por el Presidente, a través del ministro de Educación.

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Entrevista con el rector de la UBA: responde acusaciones de enriquecimiento ilícito e irregularidades administrativas
"IRME POR LA VENTANA SERÍA UNA INJUSTICIA"

Shuberoff afirmó que existe una campaña contra él y que la Universidad "está madura" para elegir su sucesor

Reunió a los decanos para negar las denuncias Dijo que adquirió las propiedades en EE.UU. antes de ser rector Ya los vendió y presentó en la Justicia su evolución patrimonial

El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Oscar Shuberoff, decidió ponerse al frente de su propia defensa: anteayer reunió al Consejo Superior de la Universidad para responder una a una las acusaciones que acumula la Justicia en su contra por enriquecimiento ilícito, irregularidades en designaciones y mal manejo de fondos.

Ante los decanos y representantes de los docentes, graduados y estudiantes, además, declaró "abierta la discusión por mi sucesión", que se producirá en marzo de 2002, cuando termine su cuarto mandato consecutivo. Dio, así, una señal destinada a callar las insistentes versiones sobre su renuncia, que se multiplicaron la semana ultima.

En esa misma línea de defensa, sus abogados presentaron ante la Cámara Federal hace una semana un detallado informe de la evolución del patrimonio de Shuberoff, que, según la declaración de los letrados, demuestra que sus bienes disminuyeron en más de dos millones de dólares durante su gestión.

En una entrevista con La Nación, Shuberoff desestimó con detalles las denuncias que lo comprometen y repitió que no se presentará a una nueva reelección porque "hay muy buenos posibles rectores entre los decanos". Relativizó las versiones sobre campañas en su contra desde un sector del radicalismo y defendió al ministro de Educación, Andrés Delich: "Es un producto de esta universidad y no va a atentar contra los valores que siempre defendió".

Con su vehemencia intacta, pero con visibles muestras de cansancio, el rector dijo que "ningún juez me llamó a declarar", y que decidió entonces responder públicamente los cargos en su contra porque "me pareció una injusticia tener que irme por la ventana; hice mucho por esta universidad".

-¿Puede responder a los cargos que se le hacen?

-A todos, pero el que más me preocupa es el de enriquecimiento ilícito, porque todo el que me conoce sabe que siempre he tenido una situación económica cómoda y que adquirí mis bienes antes de ser rector. Creo que hay una campaña en mi contra, sobre todo porque todo esto aparece junto con un intento de dar un zarpazo a la universidad pública.

-Muchos señalan que un sector del radicalismo encabezaría esta campaña.

-Sé que no es así. Lo que ocurre es que todos en la Universidad se sienten agredidos con las acusaciones en mi contra, aún los que no están de acuerdo con mi gestión. Entonces, las distintas tendencias empiezan a acusarse unas a otras. Por eso los convoqué a todos, para contarles la realidad y decirles que esta universidad, por mérito de todos nosotros, tiene la madurez necesaria para decidir mi reemplazo, mediante una discusión seria, de proyectos.

-¿Va a volver a presentarse a una reelección?

-No, no le serviría a la UBA que lo hiciera. Además, hay un montón de posibles candidatos a ser rectores.

-¿Esta campaña, como usted la llama, tiene relación con las próximas elecciones en la UBA?

-Es posible. Quizás algunos no crean que no voy a ser candidato y quieren destruirme para que, además de irme, no tenga ninguna influencia sobre quien me suceda.

-¿Pensó en renunciar?

-Sí, pensé en ceder a los reclamos de mi familia, que me decían que no tenía sentido que yo siguiera poniendo en juego mi salud.

-¿Por qué no lo hizo?

-Porque me sentí muy responsable de mis funciones en la Universidad hasta que termine mi mandato, y de legarle un nombre limpio a mis hijos. Si yo renunciaba se iba a interpretar que escapaba a algún tipo de investigación. Estoy dispuesto a cualquier escrutinio de mi patrimonio y mi actividad. Yme pareció una injusticia tener que irme por la ventana; hice mucho por esta universidad.

-¿Hace falta un cambio de proyecto institucional en la UBA?

-Creo que hay distintos proyectos posibles de universidad. Algunos de esos, entre ellos el mío, pretenden una universidad que siga garantizando la igualdad de oportunidades en el acceso a la mejor educación. Otros, en cambio, son excluyentes, incompatibles con esto, pero hoy no anidan dentro de la Universidad. Cualquiera que me reemplace tiene proyectos para garantizar la igualdad, cada uno con sus distintas visiones. Todos sostenemos valores parecidos. En ese sentido creo que ésta es una universidad que ha madurado.

-¿Puede haber sido malo para la UBA que usted se prolongara en el rectorado?

-Creo que no, si no no me hubiera quedado. Estamos entregando entre todos una universidad transformada, de muchísimo mayor nivel, mejor calidad de educación, investigación y extensión que la que recibimos. Es mucho mejor que la universidad de oro de los años 60. Nuestra generación puede estar satisfecha de lo que hizo en la Universidad.

-Algunos dicen que las gestiones sucesivas pueden generar corrupción.

-No lo creo. La Universidad tiene mecanismos de contrapesos institucionales que la protegen y garantizan la transparencia de su funcionamiento. Su forma de gobierno es colegiada, el sistema es una garantía de los mecanismos democráticos.

-También han dicho que las causas en su contra perseguirían el fin de debilitar a la universidad pública para introducir cambios impopulares, como un arancel.

-Eso puede valer para mucha gente, pero no para el nuevo ministro de Educación. Delich es un producto de esta universidad, un estudiante, un dirigente con quien, sin embargo, nunca nos pusimos de acuerdo. No va a atentar contra los valores que siempre defendió.

-Si es así, ¿lo dejarán?

-Es ministro de un gobierno cuyo presidente es también, y antes que nada, un universitario.

-¿Qué le gustaría hacer cuando deje el rectorado?

-Primero, dedicarme a mis hijos y a muchas cosas que uno deja de lado mientras cumple esta función, que es muy exigente.

-¿Le gustaría ocupar algún cargo político?

-Creo que no voy a aguantar mucho tiempo apartado de las cosas que me interesaron durante toda mi vida.

En la UBA, un año más

Oscar Julio Shuberoff: "No renuncié porque me sentí responsable de mis funciones en la Universidad. Si lo hacía, se iba a interpretar que escapaba a algún tipo de investigación. Estoy dispuesto a cualquier escrutinio de mi patrimonio y mi actividad."

Raquel San Martín
La Nación 6/4/01

Las respuestas a dos causas en la Justicia

Shuberoff admitió que no declaró bienes en el exterior

La Cámara Federal tiene dos causas contra Shuberoff. Una, promovida por el ex director del Hospital de Clínicas, Juan Antonio Mazzei, por supuesta asociación ilícita y mal manejo de fondos en ese hospital. El rector explica esta denuncia en un encono personal de Mazzei en su contra, porque "puse en evidencia que había fracasado en su gestión" y que ordenó una auditoría cuando el médico renunció.

A esa causa se sumó una denuncia anónima sobre la propiedad de cuatro casas en los Estados Unidos. El rector contó a La Nación que adquirió esas propiedades entre los años 1980 y 1981, en sociedad con dos personas más. Dijo que vendió su parte hace nueve años y que no las declaró cuando asumió el rectorado porque "en ese momento no tributaban".

"Todo el que me conoce sabe que tengo una buena posición económica desde antes de ser rector", dijo, y que proviene de sus negocios en la construcción. Afirmó que en su gestión al frente de la UBA su patrimonio disminuyó en $ 2.315.452, 89 y que hoy es propietario de una casa en la que viven sus hijos, la mitad de su actual vivienda -comprada con un crédito con su actual mujer-, una quinta en Tortuguitas y un terreno en la ciudad de Buenos Aires. Todo suma algo menos de un millón de dólares.

En otra causa, la agrupación opositora Encuentro Universitario de Buenos Aires lo denuncia por mal manejo de fondos e irregularidades, sobre la base de un informe de la Auditoría General de la Nación. "La UBA ya contestó a ese informe y la Auditoría no promovió acción penal, pese a que tiene la obligación de hacerlo si detecta irregularidades."

ENTREVISTA CON EL RECTOR DE LA UBA, OSCAR SHUBEROFF
"El cupo no tiene ningún sentido"

Tras las controvertidas iniciativas del ministro Delich, Shuberoff se opuso a la posibilidad de limitar el ingreso en las carreras más demandadas, como Medicina. Pero admitió la necesidad de debatir la planificación del sistema.

Javier Lorca

"No sólo no estoy a favor de instaurar cupos en la universidad, sino que no tiene ningún sentido, por lo menos en la Universidad de Buenos Aires", se plantó el rector de la UBA, Oscar Shuberoff, en una entrevista con Página/12. Después de la polémica abierta por las declaraciones del ministro de Educación, Andrés Delich, con quien el rector radical tuvo un duro cruce hace dos semanas, Shuberoff se mostró a favor de abrir la discusión sobre la planificación del sistema universitario. Pero descartó la restricción del ingreso en carreras como Medicina: "No existen tecnologías de planificación que garanticen la legitimidad de una decisión que asigne un valor dado a la cantidad de profesionales que harán falta".
-¿Qué opina de las propuestas lanzadas por el ministro de Educación, sobre la necesidad de planificar la educación superior y, en particular, el ingreso de los estudiantes en la universidad pública?
-Si de lo que se trata es de ampliar el debate sobre la planificación de la educación, aplaudo la iniciativa del ministro. Hace demasiado que el Estado no se compromete con el proceso de planificación de la educación superior. Es más, la política pública en los últimos años consistió en ver cómo hacía el Estado para desembarazarse de su obligación de financiar la educación. Ahora bien, la planificación de la educación involucra muchas más cuestiones que el acceso, que el ingreso. Y, como con todas las cuestiones educativas, hay modos de planificación progresistas, inclusivos, y también hay modos reaccionarios y excluyentes.
-¿Qué piensa en concreto de la propuesta de Delich de poner límites al ingreso en carreras muy demandadas como Medicina y, a la vez, incentivar el estudio de otras menos pobladas, como Ingeniería?
-Es una sobresimplificación de la realidad. El problema es mucho más complejo. El ministro quiso dar un ejemplo que, en algunos dominios es válido. Pero que, si de lo que se trata es de evitar la exagerada concentración de la demanda en algunos centros saturados, y si al mismo tiempo queremos respetar a la universidad como garantía de la igualdad de acceso al mejor conocimiento, es mucho mejor la propuesta que hizo la UBA, y que hizo suya Educación durante la gestión de Hugo Juri. Me refiero a la propuesta de crear colegios universitarios para articular todo el sistema educativo superior. Esa es una solución progresista. Así se garantizaría la desconcentración de la demanda y la posibilidad de que el estudiante acceda a la mejor calidad de educación.
-¿Cree que se podría planificar el ingreso?
-No existen tecnologías de planificación que garanticen la legitimidad de una decisión que asigne un valor dado a la cantidad de profesionales que harán falta. La persona que diga "son muchos tantos médicos o tantos matemáticos", nunca va a poder dar una fundamentación rigurosa de esa afirmación. Primero, en el caso más conflictivo, que es el de los médicos, es muy bueno saber que nadie sabe cuántos médicos hay en el país. Se sabe cuántos se gradúan por año. Pero cuántos quedan en actividad de los que se graduaron en los últimos 20 o 30 años, no lo sabe nadie. En segundo lugar, para decir cuántos profesionales de la salud hacen falta, antes hay que definir una política de salud, una política prestacional. Y, después, tendría que computar, provincia por provincia, qué cantidad de recursos humanos voy a precisar para proveer esa política. Yo me pregunto: ¿dónde está esa política? De manera que todo lo que haga va a ser poco serio, porque ni sé cuántos necesito, ni sé cuántos tengo. Ahora bien, algo muy distinto es si me dicen que no puedo formar más médicos porque no vamos a tener recursos.
-¿No existen limitaciones objetivas para dar una carrera como Medicina?
-Hay un límite objetivo para cada universidad. Pero eso se soluciona, como decía, si tengo la oportunidad de dar clases en otras sedes, lo que sería posible con el desarrollo de los colegios universitarios. Así se acabaría el problema, porque la masividad la tenemos justamente en losprimeros años, que son los que se cursarían en los colegios. Después, los estudiantes de Medicina pasarían a completar su carrera en los hospitales. Y ahí hay otro problema. Habría que ver cuál es la capacidad real de los hospitales. Porque hay universidades privadas que pagan a los hospitales públicos para tener más plazas, o para tener la exclusividad, entonces no es fácil decir cuántos estudiantes pueden entrar en cada hospital. Esto se resolvería con planificación.
-Entonces, no está a favor de aplicar cupos.
-No sólo no estoy a favor, sino que no tiene ningún sentido, por lo menos en la UBA. Uno podría fijar cupos si alguien garantizara la legitimidad de esa decisión. Si no, hay mecanismos mucho menos traumáticos. Pero no nos oponemos a analizar la planificación y estas cuestiones. Al contrario. Las venimos analizando hace muchos años. Y no tienen una solución canónica.

Página 12 6/4/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-06/pag13.htm

SHUBEROFF HABLA DE SU PATRIMONIO PERSONAL
El empobrecimiento del rector

J. L.

Por primera vez, ayer, el rector de la UBA, Oscar Shuberoff, aceptó responder públicamente a las múltiples denuncias que lo acusan de enriquecimiento ilícito. "No sólo no es ilícito, sino que no hubo tal enriquecimiento. En todo caso, hubo un lícito empobrecimiento", dijo a este diario. Aseguró que, entre 1984, cuando asumió funciones públicas, y la actualidad, su patrimonio sufrió la baja de 2,3 millones de pesos.
-¿Cuál es hoy su patrimonio?
-Debe estar en el orden del millón de pesos. Menos de la tercera parte que tenía en 1983. En estos años di de baja bienes por 2,6 millones e incorporé bienes por 316 mil. Desde aquella época tengo un departamento en Rivadavia al 4600 y una casa en Tortuguitas. Posteriormente, se agregaron lotes en Tortuguitas, el 50 por ciento de un departamento sobre Olleros, otro inmueble en Caballito, dos coches y dos empresas de construcción: Rosal Construcciones y Empryser Aedes SA.
-¿Tiene propiedades en el exterior?
-Tuve propiedades, una serie de casas en el estado de Virginia, en Estados Unidos, antes de asumir la función pública. Y las vendí hace nueve o diez años. Esa es la razón por la que no figuran en mi declaración jurada. Sí tengo un tiempo compartido en Aruba. Eso está declarado en la Oficina de Anticorrupción. No lo había declarado antes porque se lo consideraba parte del consumo.
-¿Cómo hizo su capital?
-Trabajando. Básicamente, con operaciones inmobiliarias y empresas de construcción. Antes del ‘84, llegué a tener 3600 metros cuadrados en propiedades, que tuve que ir vendiendo a lo largo de estos años. Los militares, al no dejarme hacer política, me permitieron hacer plata.
-¿Alguna de sus empresas constructoras fue contratada alguna vez por la UBA?
-Jamás. Ninguna de mis empresas trabajó con la universidad. Ni siquiera se presentaron a una licitación.
-Con las denuncias en su contra, se rumoreó que iba a renunciar o a tomar una licencia antes del final de su gestión, en marzo de 2002.
-Nunca pensé en irme antes. No hay ninguna razón, ninguna acusación seria. Voy a terminar mi período y voy a presidir la asamblea que va a elegir a mi sucesor. De lo que sí estoy seguro es de que no voy a intentar la renovación de mi mandato.
-¿Por qué?
-Ya es suficiente para mí y, sobre todo, para la universidad. Y para mi familia.
-¿Tiene algún candidato?
-No.
-¿Cómo debería ser su sucesor?
-Creo que habría que aprovechar estos meses para definir los proyectos futuros de la UBA. Para poder discutir proyectos y no personas. Eso va a permitir saber quién es el mejor candidato para llevar ese proyecto a la práctica.
-Paradójicamente, desde que asumió un gobierno con su mismo signo político, usted sufrió muchas más críticas que durante el menemismo.
-Ataques personales, es cierto. Pero no sé si es paradójico. Quien conoce la lógica de mi partido, de mis correligionarios, no puede asombrarse demasiado.

Página 12 6/4/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-06/pag13.htm

OPINION

Por Irma Parentella*

Planificar y evaluar

El Ministerio de Educación reabre un debate necesario sobre la educación superior. La primera premisa debería ser no encerrarnos en posiciones absolutas que coloquen de un lado a los "elitistas" y del otro a los defensores del statu quo, igualando esto a defensa de la educación pública. Hay que alejarse de las posiciones fundamentalistas de unos y otros. Sugiero pensar que un problema de la universidad argentina es no haber podido resolver el crecimiento de su matrícula al mismo tiempo que garantizar una enseñanza de calidad, pero no es el único. Esperan en el Congreso, para ser tratados, otros asuntos que hacen a la vida universitaria, como la elección directa de los rectores y la personería jurídica de los centros de estudiantes que aún no tienen status legal pese a que hace casi 20 años recuperamos la democracia. Hay "clásicos" en el debate universitario, por ejemplo el del arancelamiento, que cíclicamente se discute. No se deben arancelar las universidades públicas. Muchos economistas hablan de recortar la inversión para sanear las cuentas, pero se mantienen indiferentes ante las altas cifras, conocidas por todos, de evasión impositiva.
Respecto del tema del ingreso en la Argentina hay diferentes experiencias, según hablemos de terciarios o de universidades y hasta de escuelas secundarias; a tal punto que la Universidad de Buenos Aires lleva adelante el CBC, que procura ser un ciclo nivelador para quienes vienen de nivel medio, mientras que para ingresar a los colegios secundarios que dependen de esa misma universidad -el Nacional Buenos Aires y el Carlos Pellegrini- se debe aprobar un examen muy exigente. Resulta sencillo concluir que, hasta tanto no mejore sustancialmente la educación media, los cursos de nivelación son imprescindibles para evitar el fracaso. Pero también lo son los títulos intermedios, porque los alumnos abandonan, a veces, tras 3 años de estudio sin llevarse ni una acreditación por el tiempo dedicado.
Lo que le falta a la educación superior es planificación y evaluación. En esas dos áreas el Estado tiene mucho para hacer. Hay que definir cuáles son los temas vitales para la Argentina en los próximos años, pero no puede ni debe hacerlo sólo el Ministerio de Educación. Es un asunto pendiente de la sociedad argentina toda. Para poder planificar, previamente hay que debatir sin prejuicios ni preconceptos, despojándose de intereses sectoriales. Esto requiere voluntad de cambio, apertura. Salir de las posiciones irreductibles que ven la planificación como invasión a la autonomía y el arancelamiento como solución a la crisis económica.

* Diputada nacional (Frepaso).

Página 12 6/4/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-06/pag13.htm

"Las universidades deben cambiar y aggiornarse"

Ante la polémica por su propuesta de revisar el ingreso irrestricto, el ministro de Educación remarcó el respeto a la autonomía y al consenso.

El ministro de Educación, Andrés Delich, trató de poner paños fríos a la polémica que generó su propuesta de abrir la discusión sobre el ingreso irrestricto a la universidad: subrayó la "necesidad de construir consensos" en torno de cualquier iniciativa en ese sentido. También precisó que "en no más de 120 días" estará el informe sobre el estado de la situación de la educación superior, que elaborará una comisión de notables coordinada por su antecesor en el cargo, Hugo Juri. De todos modos, docentes y estudiantes universitarios reiteraron su rechazo a la reimplementación de los cupos.
Para aplacar los ánimos, Delich aclaró que su opinión acerca de que "se podría pensar en limitaciones al ingreso a Medicina" es "respetuosa de la autonomía de las universidades". Pero dijo también que "así como tenemos que ser muy firmes en defender la autonomía, el cogobierno, la libertad de cátedra, la gratuidad de la universidad y la obligación que tiene el Estado en sostener la universidad, también debemos decir que las universidades requieren producir modificaciones, aggiornarse".
Delich volvió a hablar del tema que agitó el ambiente universitario durante la inauguración del nuevo edificio de la Escuela Normal Pedro Ignacio de Castro Barros en La Rioja. Allí dejó en claro que en sus planes no figura el arancelamiento porque "defendemos la gratuidad de la educación".
El secretario gremial de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), Daniel Ricci, manifestó su "preocupación" por las declaraciones de Delich. "Seguimos sosteniendo que el ingreso debe ser irrestricto y que sería beneficioso que aumentara la cantidad de estudiantes en las universidades nacionales tendiendo a acercarnos a las cifras que poseen los países del Primer Mundo, donde cerca del 40 por ciento de su población accede a los estudios universitarios", señaló.
La Juventud Socialista Democrática, en tanto, cuestionó que Delich "que hace pocos días había presentado su renuncia al cargo de viceministro debido al embate de (Ricardo) López Murphy contra las universidades, nos viene a plantear que la solución se encuentra aplicando medidas del mismo tipo que las que generaron su alejamiento del cargo".
También la Franja Morada salió al cruce de Delich (ver aparte). En su crítica, la agrupación de la cual proviene el ministro aprovechó para saldar disputas internas del propio radicalismo: respaldó la actitud de Federico Storani, quien renunció al Ministerio del Interior, en repudio por el ajuste educativo ideado por Ricardo López Murphy. Los storanistas consideran una "traición" que Delich haya seguido y ascendido en el gabinete nacional después de haber amagado con renunciar.

Página 12 6/4/01
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OPINION

Por Mariano Sein, Marcelo Guouman, Hernán Rossi *

El debate pasa por retener y no por expulsar estudiantes El flamante ministro de Educación, Andrés Delich, una vez más, en el poco tiempo que lleva en su cargo, elige debatir por la prensa sus propuestas de reforma a la educación superior en la Argentina. Este estilo ya había sido anticipado cuando a horas de asumir se sumergió en un irrespetuoso ataque público a la Universidad de Buenos Aires, la cual, más allá de las opiniones que nos pueda generar la persona de su rector, merece nuestro reconocimiento por el prestigio que a lo largo de su historia le ha aportado a la Universidad pública argentina, y por haber sido durante la década menemista una voz contundente en la defensa de la educación y Universidad públicas. Serán los claustros los que en definitiva tendrán que decidir en esa institución, en el ejercicio de su autonomía, si hay ciclos terminados o no. Y será la Justicia la que tendrá que determinar la veracidad de supuestos hechos de corrupción en la misma. El rol asumido por Delich se asemeja entonces más a la figura de un inquisidor que a la de un ministro preocupado por la transformación de la educación superior. Quizás urgido por la necesidad de mostrarse públicamente como un ministro dinámico, Delich ha vuelto a violentar uno de los valores básicos de la Universidad Reformista: la generación de consensos a partir del debate respetuoso con los actores principales de la comunidad universitaria. Entendemos que la comunidad de la Universidad pública argentina está a la altura de las circunstancias para abocarse de lleno al profundo debate de una transformación del sistema. También entendemos que este debate debe ser amplio, en el sentido de construir una agenda que ordene las preocupaciones que el conjunto de los actores interesados plantea para transformarlas en urgentes desafíos. Nuestro primer aporte en ese sentido es el de intentar establecer un acuerdo básico en torno de la educación superior que pretendemos para el país que tenemos, pero pensando fundamentalmente en el país que queremos. Nos imaginamos comenzar este debate partiendo de las fortalezas que el sistema ya tiene, en el sentido de entender que la educación de un país en el cual las nuevas generaciones tienen grandes dificultades para integrarse al sistema productivo debe ser altamente integradora, convirtiéndose en una fuerte instancia igualadora de oportunidades. Es decir, debe hacerse cargo de las profundas deficiencias en materia de oportunidades que ofrece nuestro sistema productivo. También aquí la Universidad pública debe cumplir un rol central desde sus tareas de investigación científica y extensión que hoy en la medida de las posibilidades presupuestarias formula y que debe seguir profundizando. Se trata del fuerte compromiso que tiene y debe seguir teniendo el sistema para con su sociedad. Pero en efecto, no será posible ninguna transformación de la educación superior sin la confluencia de los docentes, los investigadores y los estudiantes. Hace pocos días el ministro convocó a rectores y al movimiento estudiantil para presentar sus propuestas para la educación superior. En ningún momento dio a conocer sus intenciones de avanzar con uno de los principios más caros, junto al de la gratuidad, de la Universidad Reformista: el ingreso directo. Poco tiempo antes se había reunido con el Consejo Interuniversitario Nacional para reunir apoyo a su incipiente ministerio. Ni un asomo de las críticas de "poco exitoso" que a través de los micrófonos vertió sobre ese organismo. El movimiento estudiantil no va a debatir la cuestión del ingreso a la Universidad a partir de las ruidosas propuestas del ministro. Ya lo viene haciendo hace tiempo en los ámbitos que corresponden, como son los Consejos Directivos, Superiores, las Asambleas Interclaustros, y últimamente el Foro por la Educación Superior. Va a concurrir, sí, a los ámbitos de debate a que sea convocado en el futuro, siempre que éstos partan del respeto de la autonomía universitaria. Vamos a continuar planteando la problemática del ingreso desde la perspectiva de un país para todos, en el cual la educación pública siga siendo la principal herramienta de igualación e integración social en nuestro país. Para ello está claro que no alcanza el ingreso directo sino que además hay que resolver el problema de la deserción de los estudiantes del sistema universitario, producto principalmente de la crisis de la escuela media, crisis en la cual el ministro debería poner más énfasis en resolver. Pero la Universidad pública no puede desentenderse de esa crisis aunque no le sea propia. No puede ni debe abandonar a su suerte a los estudiantes a los cuales les abre las puertas con generosidad. Debe brindarles las herramientas para que transiten con éxito su formación universitaria, se gradúen y se inserten en el mercado de trabajo. Para ello por supuesto que hay que evaluar contenidos y rendimientos. Pero no para expulsar o restringir sino para retener. Esta es la problemática del ingreso que queremos debatir. La elección de determinadas carreras por parte de los jóvenes es una responsabilidad parcial de la Universidad sobre la cual habrá que trabajar, a partir de la democrática política de informar y orientar. Pero es al Estado, y en particular el Poder Ejecutivo del que Delich forma parte, al que le cabe la responsabilidad central de forjar un país con oportunidades para todos, con producción, con industria, con empleo. La elección de carreras tradicionales suele ser el último intento de los jóvenes por quedarse en el país. Después la salida es para algunos Ezeiza, para otros el ingreso al círculo de la indigencia moral. La Franja Morada, como conducción del movimiento estudiantil, ya demostró claramente en qué trincheras va a estar frente a los ataques a la educación y las universidades públicas. Como organización política juvenil nos debemos a la historia del movimiento estudiantil argentino y sus luchas de un siglo. Lamentamos que ex dirigentes de nuestra organización, muy pocos por cierto, hayan abandonado tan pronto sus banderas juveniles y hoy recojan el apoyo unánime de los rectores cómplices del menemismo y los comunicadores sociales al servicio del proyecto neoliberal de siempre. No nos representan. Al mismo tiempo, sí aplaudimos y valoramos la actitud valiente de otros ex dirigentes de la Franja Morada, la gran mayoría, que asumen en su madurez política la actitud coherente con las luchas de toda su vida. Quizás el más representativo de esta actitud que ennoblece la política sea el Dr. Federico Storani, ex militante de nuestra agrupación y ex presidente de la Federación Universitaria Argentina. Lamentamos también que para alguna prensa resulte más novedosa la actitud desleal de los primeros a la coherente de los segundos. Desde la Mesa Nacional de la Franja Morada estamos preparados para conducir al movimiento estudiantil hacia una nueva gesta de resistencia. En cuanto al ministro, simplemente le decimos que su nueva pasión, la medicina, nos genera una profunda desconfianza. Ya algún ex presidente utilizó la figura del bisturí para fundamentar sus traiciones al pueblo argentino. No olvidamos tampoco su pertenencia al mismo gobierno que hace poco tiempo propuso un recorte millonario a las universidades como torpe estrategia de imponer el arancel. Lo instamos, sí, a aclarar públicamente su propuesta y a convocar a la comunidad universitaria a debatir la necesaria transformación de la educación superior a partir de los pilares básicos que nos legaron los reformistas del ‘18 y cuya vigencia, entendemos, está más viva que nunca.

* Mesa Nacional de la Franja Morada.

Página 12 6/4/01
http://www.pagina12.com.ar/2001/01-04/01-04-06/pag13.htm

RECHAZO DE LA CONADU, LA FUA Y LAS AGRUPACIONES POLITICAS ESTUDIANTILES
Shuberoff acuerda con Delich en debatir el ingreso a la universidad


El rector de la UBA calificó de "acertada" la iniciativa del ministro de Educación · Las organizaciones docentes y estudiantiles consideraron "pedagógicamente repudiable" cualquier intento de limitar el ingreso

En los temas centrales, estamos de acuerdo". El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) no salió a atacar la propuesta del ministro de Educación, Andrés Delich, de implementar algún tipo de restricción en el ingreso a las universidades públicas.

Histórico defensor del ingreso libre e irrestricto, Shuberoff, no sólo no se mostró enfrentado con el funcionario como en los últimos días. Calificó de "acertado" el debate que inició el funcionario. Y hasta intentó explicar qué intentó decir Delich, en realidad: "Lo que quiso decir es que el Estado debe recuperar su posición, que no debería haber abandonado jamás, en el marco de la autonomía universitaria, de programar una política de educación superior con consenso. Conozco el pensamiento del ministro pero no sabía que iba a iniciar el debate ahora", agregó el rector.

En diálogo con Clarín, aseguró que como rector de la UBA, siempre defendió el "ingreso directo" que, en el caso de la UBA funcionaría así: "El que viene con título secundario, accede a un primer año de la universidad, sin cupos, que es el Ciclo Básico Común (CBC). Todos entran a un primer año duro y exigente que, en promedio, aprueba un 30 %. ¿Que es para mí el ingreso irrestricto? Prefiero no hablar en esos términos", cerró definitivamente el tema Shuberoff.

-¿Recuerda a Delich como alumno?

- Sí, por supuesto. Era un inteligente dirigente y presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

- En esos años, alguna vez lo escuchó defender un ingreso con restricciones?

- No, no. Siempre defendió el CBC creado por su padre, Francisco Delich.

A los docentes universitarios, por el contrario, les cayó muy mal lo que escucharon. "Rechazamos la imposición en las restricciones al ingreso. A pocas semanas del fallido intento de recorte en los fondos para Educación, la lógica que sigue vigente en el Gobierno es la del ajuste. Ahora aparece enmascarado en la intención de limitar el ingreso", sostuvo la secretaria general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU).

Los estudiantes reaccionaron casi como un eco de los profesores. "Es rotundo el "no" al examen de ingreso y al cupo. Una cosa es debatir una política de ingreso. Y otra muy distinta es dar un paso más y tratar de imponer medidas de carácter limitacionista. No es una medida eficaz ni justa, es pedagógicamente repudiable", dijo el presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Manuel Terradez.

Delich logró indignar a los dirigentes de las agrupaciones políticas estudiantiles. Y el malestar es mayor, aseguraron, viniendo de quien viene: un radical que, hace años, ocupó los cargos que ellos ocupan ahora. Indignado, vehemente, Terradez, agregó: "Lo que más me angustia es la mediocridad de los funcionarios. El examen de ingreso ya fue probado y fueron los tiempos más nefastos de la universidad pública. Nunca esperamos esto de Delich, es una terrible equivocación".

El secretario general del Frente Grande Universitario, Lucas Mejamkis, tampoco ocultó su indignación: "Nos oponemos totalmente. Sería bueno tener una planificación en educación, pero con un país en otras condiciones económicas, políticas y sociales. Lo positivo es que se inicie un debate sobre qué universidad queremos".

Clarín 6/4/01
http://ar.clarin.com/diario/hoy/s-03601.htm

DELICH ESPERA PROPUESTAS DE UNA COMISION DE EXPERTOS EN UN PLAZO DE 120 DIAS
Un ministro en busca de consenso

JULIO AIUB MORALES.

El ministro de Educación, Andrés Delich, profundizó su propuesta de reforma de la educación superior y sostuvo que en el ministerio "creemos que el financiamiento (de las universidades estatales) vía aranceles no necesariamente agrega equidad y además puede ser una fuente generadora de mayores desigualdades".

El ministro dijo además que "la existencia de las universidades privadas está garantizada" y como no reciben ningún tipo de subsidio, "pueden fijar los aranceles que crean necesarios".

Delich vino ayer a inaugurar el nuevo edificio de la Escuela Normal provincial y una sala de videoconferencia en la UNT local, así como a firmar un convenio de conectividad a Internet de las escuelas.

El ministro insistió en "la necesidad de convocar a todos los actores de la comunidad universitaria y constituir una comisión que en no más de 120 días brinde un informe y establezca propuestas que pueden derivar en la modificación de la Ley de Educación Superior".

Pero advirtió que "primero hay que construir consensos, como lo hemos hecho este año en educación básica", por lo cual no quiso opinar sobre el rector de la UBA, Oscar Shuberoff. "No creo -dijo- en las polémicas personales, creo en las discusiones institucionales y no quiero entorpecer la convocatoria que hemos hecho".

Respecto del financiamiento de la educación superior, el ministro consideró que "es bueno que la comunidad universitaria discuta sobre estos temas" y anticipó que la opinión que expondrá en esa futura comisión es contraria a los aranceles. "Soy un firme defensor de la gratuidad de la enseñanza en la universidad", aseguró. Agregó que se pueden pensar otras formas de financiamiento.

Delich señaló que "las universidades privadas son una realidad". Advirtió que "hay universidades privadas de excelente nivel y otras no tanto", pero aclaró que está bien que "cualquiera que prefiera estudiar en una universidad privada y pagar un arancel, pueda hacerlo".

Cuando se le preguntó si, junto con el número de universidades, aumentó la calidad educativa, respondió que lo que aumentó fue "la oferta y las posibilidades de elegir. Las privadas abren una posibilidad más".

Señaló además que el presupuesto educativo nacional está asegurado, aunque se está ejecutando con algún retraso que se procura revertir. La Argentina -dijo- tiene "dificultades fiscales enormes" y para que haya mayor inversión en educación el país tiene que "recuperar una tasa de crecimiento que hace más de 30 meses que no tiene".

Clarín 6/4/01
http://ar.clarin.com/diario/hoy/s-03603.htm

Delich ante un conflicto con los estudiantes

Varias federaciones que nuclean a los estudiantes de universidades estatales comenzaron a debatir ayer la idea del ministro de Educación de la Nación, Andrés Delich, de limitar el acceso a algunas carreras para reorientar la matrícula, en tanto que la mesa nacional de la Franja Morada le cuestionó haber planteado la discusión sobre el ingreso sin darle participación a ese estamento universitario.

Delich retomó una idea que meses atrás había lanzado el anterior ministro, Hugo Juri, en el sentido de discutir los contenidos de la Ley de Educación Superior, para definir cuestiones que no están presentes en esa norma, como los títulos intermedios, educación a distancia, los exámenes finales para los graduados y el sistema de "colegios universitarios", entre otros. En la ocasión, Delich puso el ejemplo de la Facultad de Medicina de la UBA, para preguntarse si se puede continuar formando un número ilimitado de profesionales, cuando no hay capacidad suficiente para su capacitación académica.

Ayer, la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), reclamó un "amplio debate de la comunidad universitaria", aclarando que "las pretendidas modificaciones no deben partir de la idea de que el resultado será la limitación del ingreso, como se pretende".

El titular de la FUC, Juan Ibarguren, dijo a LA VOZ DEL INTERIOR que estas pretensiones pueden derivar en un nuevo conflicto, luego de que la organización estudiantil se declarara en estado de alerta cuando se amenazó con el recorte a los fondos de educación.

En tanto, la Juventud Socialista Democrática le cuestionó a Delich que "hace pocos días había presentado su renuncia debido al embate de Ricardo López Murphy contra las universidades, viene a plantear que la solución se encuentra aplicando medidas del mismo tipo de las que generaron su alejamiento del cargo".

Por su parte, la Federación Universitaria Argentina (FUA) aceptó discutir el proyecto gubernamental.

Reorientar la matrícula

En tanto, el ex ministro Hugo Juri, quien encabezará la comisión de expertos que dentro de tres meses deberá brindar un informe sobre el estado de situación en la educación superior del país, fue categórico: "Creo que los estudiantes tienen que ingresar masivamente al sistema de colegios universitarios, y restrictivamente a las carreras superiores luego de haber superado esa etapa (bachiller universitario)".

De esa manera, Juri aludió a uno de sus proyectos (el de los colegios universitarios), que fue recogido por el actual titular del palacio Pizzurno. Dijo que "el país necesita mucha gente con conocimientos universitarios", aunque opinó que en el país hay muchos médicos, arquitectos y abogados, pero pocos especialistas en genética, en biotecnología y en en software. "Hoy los recursos -dijo el ex rector de la UNC- tienen que orientarse en otra forma".

Además, dijo que en el debate particular de medicina está de acuerdo con formar "únicamente un número determinado y razonable (de profesionales), relacionado con la cantidad de pacientes de que se disponga".

Ayer en tanto, el ministro Delich insistió en la necesidad de planificar la educación superior en la Argentina, lo cual tendrá que ver con "modificaciones a la ley (de Educación Superior)".

Desde la UNC, varios decanos se pronunciaron sobre la idea ministerial, aunque con ciertos reparos con la metodología. La titular de Ciencias Económicas, Hebe de Roitter, admitió que "es muy difícil orientar la matrícula, porque los motivos por los cuales un estudiante elige determinada carrera, son muy complejos".

En tanto, el decano de Ingeniería, Jorge González, habló de calidad académica, para lo cual propuso un sistema de ingreso irrestricto con alta calidad. "Esto tiene un componente particular en medicina, "donde se plantea la necesidad de número de pacientes suficientes para una enseñanza de calidad".

Por su parte, la decana de Filosofía, Silvia C. Scotto, reconoció la potestad de un país de planificar sus recursos profesionales, aunque consideró "poco serio plantear una restricción sin un estudio previo, que aún no está hecho".

La Voz del Interior 6/4/01
http://www.lavozdelinterior.com.ar/2001/0406/nota25701_1.htm

La planificación del ingreso universitario divide a la UNCuyo

Restringir el ingreso a algunas carreras y estimular el estudio de otras dentro de las universidades nacionales es la intención del ministro de Educación nacional, Andrés Delich. De este modo, considera que es necesaria una planificación de la educación superior.

Una vez más se encendió el eterno debate entre los universitarios sobre el ingreso irrestricto y la igualdad de posibilidades para todos.

Los estudiantes fueron los primeros en cuestionar las palabras del ministro -que rompió con uno de los principios del radicalismo y la Franja Morada, de donde Delich surgió-. Es que creen que en un contexto de ajuste, planificar tiene que ver con recortar. "Es un ajuste encubierto", soltó Rodrigo Touza, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FUC).

También la Conadu hizo conocer su descontento a través de un comunicado: "Es inadmisible que se intente correr el eje de la discusión acerca de los reales problemas de las universidades".

Por su parte, algunos decanos de la UNCuyo coincidieron en que no se puede concebir el ingreso sin pensar en el egreso. Aunque no necesariamente están todos de acuerdo con limitar con un cupo las matrículas.

Entre tanto, el rector Francisco Martín se manifestó a favor de la idea de Delich respecto de que cada universidad debe planificar sus propias formas de ingreso a las carreras, de acuerdo con su capacidad física y operativa. Es decir regular la oferta y la demanda de las carreras.

En el caso de la UNCuyo, donde estudian unos 26 mil jóvenes, la mayoría de las carreras tiene un curso de confrontación o nivelación previo al examen de ingreso y la posibilidad de recuperatorio. Sólo algunas tiene un cupo establecido: tal es el caso de medicina y odontología, entre otras.

En la Facultad de Artes y Diseño, la matrícula muestra un crecimiento sostenido desde hace unos seis años, particularmente en diseño y teatro. Según explicó el decano Gustavo Kent, ante la incertidumbre laboral generalizada, se han sincerado las vocaciones. "Antes un chico no se animaba a decir en su familia que quería estudiar artes plásticas; ahora sí", sintetizó.

Si bien para Kent hay que tener presente la relación entre las carreras y las necesidades del mercado laboral, no se puede privar a alguien por cuestión de cupo. "Que entren los que tienen posibilidad de éxito", apuntó haciendo referencia a la necesidad del curso de nivelación.

Otro punto de vista tiene el decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Enrique Guntsche, quien está de acuerdo con Delich en la medida que se acepte la autonomía universitaria. "Cada universidad -dijo- debe definir una política de ingreso que permita dar respuesta a las necesidades institucionales".

Y comentó que en la carrera de medicina hay un "número clausus" o cupo de 120 estudiantes, en las cuatro especialidades de técnico en salud hay cupo para otros 120 (30 por cada una), mientras que en enfermería el ingreso es libre. "La facultad es consciente de la demanda de personal de enfermería que tiene la provincia. Y que hay sobreabundancia de médicos, como en la Argentina".

En Ingeniería, en cambio, no hay necesidad de cupos, porque como lo marca la tendencia mundial en los últimos 15 a 20 años, la matrícula va en descenso. De todos modos, para el decano Tomás Monte el curso de nivelación es útil porque hay chicos que salen del secundario mal preparados. Por eso este año, como una forma de promoción de las carreras que allí se dictan, se ha programado un curso a distancia desde agosto para repasar los conocimientos.

Sin embargo, la FUC desconfía de estas iniciativas en el marco de un "recorte latente". "Considero que se puede hablar de planificación en un marco de expansión de la educación. Sin aumento del presupuesto es planificar la miseria", advirtió el presidente de la FUC.

Para Touza, primero habría que preguntarse qué sociedad queremos. "Planificar en un país sin producción y donde lo principal está en manos de capitales extranjeros es difícil y no responde a los intereses de la mayoría", dijo.

Los Andes 6/4/01
http://www.losandes.com.ar/2001/0406/nota20162_1.htm

Pondrían cupo para el ingreso a la universidad

El ministro de Educación no descartó establecer limitaciones en algunas facultades. El ingreso irrestricto vuelve a ser cuestionado. A la vez, piensan en dar becas para incentivar las carreras con menos demanda.

"Los exámenes de ingreso son instrumentos de política educativa. Depende de cómo se los use. Es como un bisturí: puede ser un arma mortal en manos de un loco o un asesino, o puede estar en manos de un médico para curar a las personas", sostuvo Andrés Delich.

De esta manera, el titular de Educación puso nuevamente sobre la mesa la discusión sobre el ingreso irrestricto a la universidad, al proponer que se podría pensar en limitaciones para el ingreso a carreras como Medicina.

Aunque aclaró que "la planificación del ingreso debe ser una decisión propia de cada universidad", anunció que impulsará una reforma de la Ley de Educación Superior: "Hay que diseñar una nueva ley que, respetando la autonomía universitaria, construya un ámbito de planificación de la educación superior".

"No puede haber un ingreso común para todos. Medicina es el típico ejemplo de carrera en la que, por la restricción que existe para disponer de preparados y materiales para todos los estudiantes, existen limitaciones objetivas para la posibilidad de enseñar", dijo.

"Tenemos que pensar cuántos estudiantes tiene que tener una facultad o una universidad para conservar la condición de tal", manifestó, al postular la posible instauración de restricciones o cupos en las carreras muy demandadas. A la vez, propuso el ofrecimiento de becas para fomentar el estudio de otras disciplinas, como Ingeniería.

Las repercusiones


Las voces de repudio a la insinuación de Delich no se hicieron esperar. El decano de Ciencias Económicas de la UBA, Carlos Degrossi, retrucó que "el análisis de si es poca o mucha la cantidad de gente que estudia depende de las expectativas que tengamos para el futuro de nuestro país". De esta manera respondió al cuestionamiento del ministro respecto de la razonabilidad de tener 40 mil alumnos en esa casa de estudios, la más grande de Latinoamérica.

Los estudiantes, por su parte, también plantearon su rechazo. "La universidad pública necesita reformas, pero siempre sobre la base de los principios reformistas de autonomía, gratuidad y libertad de ingreso", planteó el titular de la Federación Universitaria Argentina, Manuel Terrádez.

Uno de los que estuvo de acuerdo con la propuesta de Delich fue el ex decano de Medicina, Luis Ferreira, quien festejó que "un ministro joven venga con esa idea brillante que piensa en la comunidad y no en la facilidad de los alumnos".

"Hoy tenemos una cantidad excesiva de médicos en la UBA. Así baja la calidad de la educación, se proletariza la profesión, los médicos son explotados, necesitan tener varios cargos para poder vivir y, entonces, también baja el nivel de atención y los únicos perjudicados son los pacientes", estimó.

Ley anacrónica

Respecto de la Ley de Educación Superior, sancionada en 1995, Delich dijo que "no se corresponde con este siglo. Eso no quiere decir que debe derogarse, sino que debe haber una nueva norma".

Con ese objetivo, en los próximos días el Ministerio creará una comisión especial formada por rectores, actores universitarios y especialistas en educación, que será presidida por el ex ministro Hugo Juri.

Mediante la reforma se pretende obtener mayores instrumentos para, desde el Estado, planificar políticas de educación superior.

El Litoral 6/4/01
http://www.litoral.com.ar/diarios/2001/04/05/educacion/EDUC-01.html

Reforma de la educación universitaria
Gottifredi descartó que más límites al ingreso

La autonomía, la libertad de cátedra, la libertad de aprender y la gratuidad de la enseñanza son conquistas que no puede dejar afuera ninguna transformación.

Tal fue la afirmación del secretario de Educación Superior nacional, Juan Carlos Gottifredi, en relación con el anunciado propósito de modificar la Ley de Educación Superior que anticipó el ministro de Educación, Andrés Delich. En 120 días, una comisión formada al efecto, presentará el diagnóstico y la propuesta reformista.

-¿Por qué una reforma a la Ley de Educación Superior?

-Hay muchos sectores que reclaman; algunos piden modificaciones y otros directamente la derogación.

-¿Qué va a hacer el ministro de Educación?

-El ministro (Andrés Delich) convocó al ex ministro Hugo Juri para presidir una comisión de personalidades distinguidas en Educación para que en un plazo de 120 días tengan listo el diagnóstico y la propuesta, sobre la base de lo que consideren los mejores caminos para acompañar el desarrollo del país. Tiene que haber consenso porque no queremos imponer nada.

-¿El tema de la autonomía es central en este debate?

-El ministro dijo que cualquier transformación no puede dejar afuera las conquistas ya analizadas, discutidas y aceptadas por la sociedad. La autonomía, la libertad de cátedra, la libertad de aprender y la gratuidad de la enseñanza, son elementos centrales.

-Muchos apuestan al arancelamiento.

-Está absolutamente claro que la gratuidad de la enseñanza se mantiene.

-¿Tampoco habrá limitantes en el ingreso?

-Por el contrario, buscamos ampliar la cobertura de la educación superior. Existe un proyecto de integración que tiende a ampliar el ingreso, para permitir, incluso, articular acciones con las instituciones terciarias para permitir el ingreso de esos alumnos a las universidades.

-Esto implica una nueva planificación.

-Debe haber una estrategia de crecimiento. La educación superior tiene que responder a las necesidades del desarrollo de las regiones, recogiendo las demandas de cada lugar. Si, por ejemplo, una Facultad de Medicina ya no admite más estudiantes, habrá que crear una facultad para esa especialidad en otro lado. Entonces, es posible que algún día tengamos en Salta una Facultad de Medicina. Pero sólo una adecuada planificación hará factible proyectos de este tipo, para lo que resultará indispensable la participación del conjunto de la sociedad. Ocurre que las condiciones socio-económicas son tales, que muchos jóvenes están impedidos de estudiar una carrera y se ven obligados a optar por otra, tal como está concebida la educación superior hoy.

-¿Está hablando de mayores posibilidades?

-La universidad argentina tiene que romper con la rigidez. Las condiciones cambiaron y también hay que impulsar una reconversión del cuerpo docente para adecuarla a las necesidades que plantea la sociedad. Un estudiante podrá pasar por varias facultades y salir con el título de otra universidad.

-Allí van a aparecer no pocas resistencias.

-Toda transformación registra resistencia, como las tiene el "statu quo", pero tenemos que aprovechar el potencial de los docentes que tenemos para contribuir a la mejor formación de las carreras universitarias. Tenemos que apuntar a la alternativa de que las universidades otorguen un diploma intermedio a los alumnos que terminen el segundo año, que no es habilitante para ejercer profesionalmente, pero puede servirle cuando va a pedir trabajo. Esta es parte de la discusión actual, sobre todo teniendo en cuenta que las universidades de Entre Ríos, El Litoral, Rosario y Córdoba se vienen reuniendo para poner en marcha el sistema de diplomas comunes a los segundos años.

-Todo esto forma parte de una realidad que se observa desde hace varios años. ¿Por qué no se empezaron a instrumentar antes estos cambios?

-Es una buena pregunta...

El Tribuno 9/4/01
http://tribuno.salnet.com.ar/provin11.htm

La enseñanza superior: el debate por el ingreso
"El futuro de la universidad no sólo interesa a los universitarios"

El viceministro Gottifredi justificó la invitación de Delich a revisar la admisión

http://www.lanacion.com.ar/01/04/08/home.asp?pag=c07.htm&a=prem

Franja Morada: se puede cambiar sin más fondos

Para Hernán Rossi, secretario general de la agrupación, Delich "se equivocó" al hablar de limitar el ingreso. Propone abrir un debate en cada universidad.

http://www.lanacion.com.ar/01/04/08/home.asp?pag=c08.htm&a=prem


Páginas de los medios consultados
http://www.rockefeller.edu/labheads/nottebohm/nottebohm.html

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