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Martes 26 de septiembre de 2006

Donantes de fotografías, se buscan

El Programa de Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y la Biblioteca Luis Leloir están creando un registro visual de Exactas desde su creación. Los integrantes del grupo que lo impulsa esperan que graduados, profesores y estudiantes acerquen imágenes que serán preservadas en una sala especial.

Por Eva Fontdevila (*)


El equipo que está organizando el archivo de fotografías.

  En agosto del 2005, una resolución del Consejo Directivo dio constitución formal al Programa de Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que se planteaba, entre otros objetivos, construir un archivo fotográfico. A mediados de este año, los responsables del Programa se acercaron a la Biblioteca para armar un grupo que coordina el armado del archivo. El equipo está constituido por Ana María Sanllorenti, Mercedes Iummato, Rosana Benítez y Martín Williman, Directora y trabajadores de la Biblioteca Central respectivamente, y tres miembros del programa de Historia, Eduardo Díaz de Guijarro, Leonardo Zayat y Cecilia Laborde.

Los comienzos

  Eduardo Díaz de Guijarro, una de las personas que motoriza el programa, cuenta que la idea inicial del archivo tenía como fin recuperar la memoria del edificio original de la Facultad, situado en la Manzana de las Luces, del cual se conserva poco más que la entrada. "Trabajamos desde bastante antes de la fecha oficial de creación del programa. Al principio el proyecto era un poco vago, era estudiar la historia de la Facultad, tomar testimonios orales, eventualmente formar algún museo con objetos y publicar artículos. El tema de las fotos pasó a tener una importancia mayor por la demolición del edificio de Perú 222. Los más viejos, que habíamos estudiado en la Manzana de las luces, sentíamos la necesidad de reconstruir la historia. Era un espacio físico que había desaparecido. Todo el sector donde estaba el patio, rodeado de aulas, la biblioteca y los laboratorios, ahora es una playa de estacionamiento. Entonces, una de las primeras cosas que quisimos fue recuperar el recuerdo de ese lugar a través de fotos, pero teníamos poquísimas. No teníamos ninguna de lo que era Perú 222. Entonces empezamos a conseguir algunas, primero por Internet, después otras que nos donaron, eso fue lo que motorizó que se sistematizara más el trabajo alrededor de reconstruir cómo era la Facultad originalmente. Las fotos tienen una historia que hay que contar. Todo eso nos llevó a armar la exposición de mitad de año. El tema de reconstruir visualmente ese espacio que ya no existe fue decisivo. Y por suerte aparecieron muchas fotos", explica.

  Leonardo Zayat cuenta que para convocar donantes usan todos los medios posibles para comunicarse con los graduados: "Fue fundamental difundir el programa, sus objetivos, y decir que a las imágenes se les iba a dar un uso y que se iban a difundir. La idea es que una foto que está en poder de una persona pueda ser conocida por el resto de la gente. Otra de las razones es que muchos estudiantes desconocen por completo momentos importantes de la historia de la Facultad".

  Según Díaz de Guijarro, "Hay varias anécdotas en torno a los donantes de las fotos. Durante los primeros meses la convocatoria no fue tan masiva, hicimos pedidos dirigidos. No es muy común que uno saque fotos de la Facultad en la que estudia y las guarde 50 años. Algunos sí lo hicieron: Norberto Galacho, actualmente incorporado al Programa de Historia, y Fernando Ramón tenían bastantes fotografías."

  El más significativo aporte al proyecto de archivo fue de Vicente Bianchi, que como cuenta Díaz de Guijarro, "cuando supo que estábamos en la tarea de recolección, aportó las piezas más importantes de la colección, que son fotos de 1900 que él había conseguido durante la segunda mudanza a Ciudad Universitaria. La primera fue en 1962 al Pabellón I, y la segunda, en 1971, cuando se habilitó el II; la mudanza se hizo muy rápido, con ayuda de los estudiantes. Bianchi, con unos compañeros, trasladando objetos que estaban en un sótano, encontraron cajas con negativos de vidrio que databan de 1900. Ellos, como eran aficionados a la fotografía, hicieron copias utilizando una bañadera de la casa de uno de ellos, y después entregaron los negativos a la Facultad y no sabemos dónde están. La otra caja, de 1947, no tenía la fecha anotada pero la descubrieron porque en una de las fotos se veía un almanaque que estaba dentro de un laboratorio que decía 1947".

El trabajo con la Biblioteca

  Después de que se constituyó el Programa de Historia y se recolectaron las primeras fotos, sus integrantes comenzaron a conversar con la Biblioteca sobre cómo se conservarían los materiales. Desde el año pasado, cuenta Sanllorenti, la Biblioteca tiene una sala exclusivamente dedicada a la conservación de materiales, "se inauguró en noviembre de 2005, y proporciona las mejores condiciones de humedad y temperatura para la conservación y cuestiones de seguridad que la hacen apta para conservar materiales en papel".

  Iummato y Ramírez cuentan cómo empezaron a trabajar en esta línea de archivo fotográfico: "nuestra primera idea fue capacitarnos para todo lo que es procesamiento de material, y después hicimos un proyecto sobre conservación de material fotográfico. La capacitación fue un curso a distancia sobre conservación." Ana Sanllorenti explica que la biblioteca se planteó tener una participación activa en el programa de Historia. "Confluyeron la creación del programa y la inauguración de la sala de preservación. Ambas cosas crearon las condiciones para que se cree este grupo. Si bien nosotros tenemos por misión organizar y catalogar, no teníamos formación específica para material fotográfico. Por eso Mercedes y Rosana, que trabajan en el área de procesos técnicos de la biblioteca, hicieron el curso. Por el momento estamos interesados en la recolección", explica Iummato. Por eso la idea de la difusión. Hicimos una presentación del proyecto con las razones de por qué sería bueno que la gente done las fotos, con las condiciones de preservación bien explicadas." Al respecto, Zayat agrega que "quisimos transmitir tranquilidad de que las fotos van a estar bien cuidadas. Muchas veces uno, como dueño de fotografías, quiere preservarlas porque son de uno, y muchas veces la gente tiene miedo de que se pierdan o que se dañen, pero también sabe que otras personas podrían disfrutarlas. Por eso el énfasis en que las condiciones en que se preservan en la bibliotecas son las indicadas", explica. Y agrega que "En una casa muchas veces pasan a ser trastos viejos y se eliminan". "De hecho, si las fotos no se conservan en determinadas condiciones, en un mediano plazo se deterioran" agrega Iummato.

¿Qué fotos?

  "Hay fotos de distinto tipo, antiguas y las más actuales. Tenemos 400 aproximadamente. Tomamos un criterio amplio para definir qué fotos pueden formar parte del archivo. Fotos de importantísimo valor histórico, momentos famosos, como también pequeños momentos cotidianos", dice Zayat. "Y también pueden traer negativos", informa Iummato. "Cenas, campamentos, clases, encuentro de compañeros, pueden integrarse", explica Díaz de Guijarro. Desde una conferencia que dio Albert Einstein hasta fotos de hace dos o tres años. "No estamos pidiendo fotos sacadas adentro de los edificios de la Facultad solamente sino de todo aquellos que tenga que ver, incluso de la historia de las ciencias o de la Universidad", explica Díaz de Guijarro. Una de las cuestiones a las que se aboca el grupo es cómo se describen las fotos. Sanllorenti explica que "Pensando en un futuro en cómo recuperar en un buscador las fotos, sabemos que, según cómo se describan, las vamos a poder ver de una manera u otra. Por eso estuvimos trabajando con algunos datos más clásicos y otros que tienen sus particularidades, por ejemplo, el título. Nos preguntábamos: ¿Cuál es el título? ¿Es uno que le damos nosotros? ¿Es el que le puso el autor? Otra cuestión es que en las fotos que nos acercan se puede ver, por ejemplo, una escena donde hay un conjunto de personas, pero alguien puede agregar el nombre de cada una, o algún otro dato. Nos lo imaginamos como un proceso en el que, una vez que ya esté organizado como archivo, se pueda enriquecer esta información, que la gente pueda acercar más datos. Estamos definiendo el tipo de información que necesitamos de cada foto: quién la sacó, personas, año, historias, etc. La persona que entrega la foto es la que más sabe. Vamos a encontrar la manera de que los que vean las fotos puedan aportar datos nuevos".

  Con la mirada puesta en el largo plazo, la Directora de la Biblioteca explica que "Estamos en una etapa inicial de organización de las fotos físicas, pero la idea es que digitalicemos todos los materiales, entonces esto pueda estar accesible desde la Web. Vamos a cuidar el original pero se va a poder acceder a las fotos sin necesidad de manipularlas". Y Zayat agrega que eso es importante porque hay mucha gente que pasó por esta Facultad y ahora está en el extranjero. Muchos se enteraron de que hubo una muestra y quieren ver las fotos".

  Además de las fotografías, la Biblioteca acepta donaciones de videos, recortes periodísticos, cartas, resoluciones, relacionados con la historia de Exactas, para un proyecto futuro de integración al archivo.

Otras experiencias

  No hay otras facultades de la UBA que tengan archivos de este tipo. "Existió una experiencia similar hace varios años en la Secretaría de Extensión de la UBA, que tuvo un programa de Historia Oral y Gráfica a cargo de María Caldelari y Patricia Funes, con una sede en el Centro Cultural Rojas, pero no existe más. Apuntaba a algo parecido pero más general. Había fotos de Exactas, de muchas hicimos copias y las tenemos nosotros. Habría que examinar más exhaustivamente ese archivo, que se creó en los ´90 y duró hasta los primeros años de está década", explica Díaz de Guijarro.

  Williman agrega que no hay salas de preservación del tipo de la de Exactas en las demás facultades de la UBA. Y cuenta que un fondo FOMEC financió el Programa de Conservación en el que trabajaron 20 estudiantes durante 2003, que incluyó otras acciones, como la puesta a punto del depósito, contenedores, limpieza con criterio de preservación. En esa sala se encuentran los libros más antiguos, todas las tesis de la FCEyN e incluso un libro de actas que data de 1874, que contiene el acta de constitución de la "Facultad de Ciencias Físico - Naturales", nombre original de Exactas, firmada por Marcos Sastre. "Es la última incorporación", cuenta Sanllorenti.

(*) Oficina de Prensa - SEGB - FCEyN.

 

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