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Miércoles 15 de noviembre de 2006

Simular para aprender a prevenir

El martes 7 se realizó en el Pabellón I un simulacro de evacuación, organizado por el Servicio de Higiene y Seguridad en el Trabajo, de la Secretaría de Hábitat de esta Facultad. Omar Metallo, integrante del Servicio, cuenta detalles del operativo, analiza las fortalezas y debilidades, y enuncia algunos puntos que pretenden mejorar.

Por Eva Fontdevila y Armando Doria (*)


El pabellón I en evacuación.

  Metallo empieza su relato contando que "el evento estaba organizado desde hacía un año y difundido en la página Web del SHyST, según un cronograma de ejercicios. A mitad de año habíamos hecho la del Pabellón II, y había quedado pendiente realizarla en el horario de la tarde-noche". Hasta ahora hubo un simulacro por año en cada pabellón desde 2004; sin embargo, los estudiantes, docentes e investigadores que concurren en ese horario nunca habían tenido un ejercicio de simulación.

  Los ejercicios se preparan de acuerdo a la vida de la Facultad: "No lo hicimos en invierno por las condiciones climáticas desfavorables. Tampoco hacemos un ejercicio creando un riesgo, observamos el pronóstico porque no queremos que llueva ni tener el césped mojado", cuenta. Y agrega que "el objetivo es que todo el mundo tenga una experiencia de simulación y sepa cómo se debe desempeñar en este tipo de eventos. Pero sabemos que estamos en una Facultad de ciencias donde hay gente que desarrolla procesos monitoreados permanentemente por gente, que no pueden ser detenidos. Por eso no podemos no avisar, respetamos la tarea de investigación, también los exámenes, las Semanas de las ciencias y los actos culturales", dice.

  En este ejercicio se evacuó a 500 personas, de las cuales una buena cantidad, explica Metallo, "no sabía dónde debía ir. Muchos no leyeron las consignas que se habían difundido, las recomendaciones clave como no correr, mantener la calma, en caso que haya humo desplazarse a niveles inferiores porque el aire caliente está arriba, no retirarse, concurrir al punto de reunión, obedecer a los brigadistas, etc. Aparentemente la gente sólo registró que se iba a desarrollar, y no leyó los consejos".

  Haciendo un análisis del ejercicio, Metallo dice que los integrantes del SHyST están muy conformes. "Estos eventos sirven para ver qué cosas hacemos mal, para evaluar. Si bien se había hecho de noche y había pocos brigadistas, salió bastante bien. Estamos aceitando el mecanismo".

  Sin embargo, analiza algunas fallas que necesitan mejorar: "la gente se aglutinó en las salidas, aunque cruzó la puerta correctamente se agrupó al lado de las puertas, y esto obturó la circulación de la gente que salía. Si hubiera una explosión, estallarían los vidrios y se pondría en peligro la gente que se queda cerca del edificio. Además fue interesante detectar que la gente no respetaba el punto de reunión, señalizado con carteles en postes y árboles. También encontramos a un muchacho con una bicicleta, objeto peligroso porque puede hacer tropezar a otro, cortar, lastimar con los pedales. Hay que decirle a la gente que no traslade cosas, salvo la billetera, una cartera o el celular."

El punto de reunión


En proceso de evacuación.

  En cada pabellón hay un espacio que está dividido en siete micro puntos de reunión según departamentos o área a la que pertenece la gente. Si al momento de la evacuación, explica Metallo, "alguien está cursando una materia de química orgánica, por ejemplo, tiene que ir al punto de reunión de ese departamento. Y el docente que está dando la materia actúa como brigadista de ese grupo y debe darles indicaciones a sus estudiantes. Debe decirles que salgan de forma rápida, en calma y se encuentren fuera del edificio en el punto de reunión que corresponde".

  Una vez en el punto de reunión, el martes pasado los evacuados escucharon por parte del SHyST una explicación sobre qué había fallado. También el SHyST aprovechó para agradecer a la gente que colaboró.

Compromiso

  Una de las cuestiones más importantes en una evacuación, explica Metallo, es "que la gente no se retire, porque como somos muchos y no estamos siempre los mismos, el punto de reunión es un lugar de reconocimiento, permite que todos los que estaban juntos en el interior del edificio se reconozcan al llegar al punto de encuentro, y esto a su vez facilita en una situación real de emergencia que se pueda identificar a los que no salieron, indicar dónde fueron vistos por última vez, etc. Es un compromiso quedarse en el punto de reunión. Si uno sale y se toma el colectivo se puede suponer que está atrapado en el edificio. Cuando hacemos este ejercicio buscamos la responsabilidad, el compromiso. Toma 5 ó 10 minutos quedarse en el punto de reunión, y no respetar el procedimiento es poner en riesgo a los demás".

  Quienes conducen a la gente durante la evacuación son los brigadistas, personas que colaboran en procesos de emergencia, corte de luz u otras situaciones anormales. Metallo cuenta que "muchas personas de la Facultad creen que esta tarea implica una carga, y eso hace que tengamos menos brigadistas que los que querríamos; además hay departamentos que no colaboran. Lo que necesitamos es mostrar que la carga no es tanta: hay dos charlas anuales de una hora y media de formación y actualización. De hecho, al momento del simulacro todos cortamos las actividades habituales varias veces al año, seamos brigadistas o no" lo seamos.

  Metallo cuenta que, durante el evento, alguna gente no quiere bajar ni salir del edificio. "En esta ocasión hubo cuatro que ya están identificados y tienen una advertencia. También hubo otros que quisieron volver a entrar y la gente de Seguridad y Control no los dejó. Higiene y Seguridad es un área difícil para hacer amigos: hay muchas normas y son lineales; se pueden discutir antes, pero en el momento de una evacuación no hay nada que discutir, hay que obedecer."

Efecto dominó

  La realización del simulacro, y por supuesto la situación real también, requiere el encadenamiento de varias tareas. Por eso es fundamental la información previa y la incorporación de actitudes por parte de las personas, que tienen que estar atentas, comprometerse, ser prolijas y no desesperar. Metallo describe cómo ocurrió el martes pasado: "Se leyó una consigna que justificaba la evacuación (una amenaza), y a partir de ahí la persona que la recibió puso en funcionamiento los engranajes del evento: llamó a las autoridades para avisar, el 311 funcionó, se abrieron las puertas, y cuando se dio la orden de hacer activar las alarmas, las puertas ya estaban abiertas. Se encendieron 15 sirenas a la vez para que la gente evacuara en forma total y simultánea. El objetivo era que todos escucharan y reconocieran cómo sonaba en cada puesto de trabajo la alarma. Después les pedimos que nos informaran cómo habían escuchado".

  A modo de cierre, Metallo afirma: "Estamos todos contentos porque se hizo una evacuación en nueve minutos. El ideal para esa cantidad de gente hubiera sido 5 minutos. Si el estadio del Real Madrid evacuó con una amenaza de bomba en pocos minutos, nosotros tendríamos que hacerlo más rápido".

(*) Oficina de Prensa - SEGB - FCEyN.

 

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