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Miércoles 24 de noviembre de 2004

Crearán un centro binacional de Nanociencia
Cooperación entre Argentina y Brasil

Argentina y Brasil firmaron un acuerdo de cooperación científica y tecnológica que intenta facilitar el intercambio y promover la integración. También se aprobó proponer a las autoridades argentinas y brasileñas la creación del Centro Binacional de Nanociencia y Nanotecnología con el objetivo de formar recursos humanos altamente especializados.

Por Susana Gallardo (*)


Nanotubos.

  En el marco de la reunión Ciencia Tecnología y Sociedad, realizada en los primeros días de noviembre y organizada por la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) y la Sociedade Brasileira para o Progresso da Ciência (SBPC), los ministros de ciencia y tecnología de la Argentina y Brasil firmaron un acuerdo de cooperación científica y tecnológica que intenta facilitar el intercambio y promover la integración. Además, en esta reunión, ocupó un lugar protagónico la nanotecnología, área del conocimiento que se ocupa de los fenómenos que ocurren en la pequeñísima dimensión del nanometro, la millonésima parte del milímetro.

  En tal sentido, se aprobó proponer a las autoridades argentinas y brasileñas la creación del Centro Binacional de Nanociencia y Nanotecnología utilizando el modelo del Centro Argentino-Brasilero de Biotecnología (Cabbio) que lleva varios años de funcionamiento exitoso. Este centro binacional actuaría como un ente de coordinación para la integración de grupos de investigación, y redes de empresas de la Argentina y Brasil, a través de proyectos definidos. Uno de sus objetivos es la formación de recursos humanos en un área interdisciplinaria entre la física, la química, la biología y la ingeniería.

  «Esto va a permitir contar con un presupuesto para la formación de recursos humanos e intercambiar especialistas entre Brasil y Argentina», explica el doctor Ernesto Calvo, profesor del Departamento de Química Inorgánica Analítica y Química Física de la FCEyN, y agrega: «Es lo que hace el Cabbio (Centro Argentino-Brasileño de Biotecnología), que tiene un presupuesto aproximado de 500 mil pesos por año. No es mucha plata pero permite movilizar gente entre ambos países».

  El centro tendría un comité mixto de científicos de ambos países que, entre otras cosas, podría discutir cada año las acciones que se llevarán a cabo y, de este modo, van a aprobar un determinado número de viajes, cursos, entre otros. Los cursos se planificarán un año antes y luego se someterán a la aprobación del comité. Por ejemplo, se puede promover un curso de microscopía en Bariloche y, si es aprobado, un determinado número de estudiantes o doctorandos de Brasil, y de otros países, como Uruguay, Chile o Colombia, tendrán la posibilidad de participar, con gastos pagos de viaje y estadía. La idea es tener un presupuesto para vehiculizar acciones entre los dos países y que se puedan complementar las ventajas de cada uno.

  «Ambos países deberán destinar una cantidad de dinero todos los años. Nosotros decimos que se copie el mecanismo del Cabbio, porque ha sido exitoso», señala Calvo, que también es investigador del Conicet en INQUIMAE. Otra experiencia conjunta entre estos dos países fue la Escuela Superior Latinoamericana de Informática (Eslai) que se creó con el regreso de la democracia en la Argentina, y luego fue cerrada en la década del 90. En tal sentido, Calvo sostiene: «Es más fácil copiar un mecanismo que ya existe, o existió, que inventar uno nuevo».

El mundo de lo ultrapequeño

  La nanotecnología es una actividad altamente interdisciplinaria donde confluyen la física, la química, la biología, y la ingeniería. El éxito de la industria electrónica en los últimos 50 años se basó en un nivel cada vez mayor de integración de componentes con dispositivos cada vez más pequeños. Tendrá aplicaciones en la industria automotriz, aeronáutica y espacial, así como en la electrónica, la medicina, los cosméticos, las comunicaciones, la química, la ciencia de los materiales, la biotecnología, la energía, el medio ambiente y la defensa. El mercado estimado es de un millón de millones de dólares para el 2015. Lo cierto es que, según se presume, la nanotecnología junto con la biotecnología serán las fuerzas industriales del siglo XXI como lo fueron en su momento la industria textil, el ferrocarril y el automóvil en la revolución industrial, y la computadora en la de la información.

  Para Brasil, la nanociencia y la nanotecnología constituyen un área estratégica. De hecho, cuenta ya con cuatro institutos Millenium destinados al área de lo ultrapequeño, y ha financiado cuatro redes de nanocien-cia y nanotecnología. Los institutos Millenium, de alta jerarquía, se han establecido en Brasil y en Chile en el año 2000, con créditos ventajosos del Banco Mundial. La Argentina no entró en esos créditos aún debido a la crisis.

  Por su parte, las redes que vinculan los diferentes centros de investigación permiten, entre otras cosas, la realización de teleconferencias. Por ejemplo, si un investigador da un curso o una conferencia en una universidad determinada, por ejemplo Campinas, estudiantes e investigadores de otras ciudades -como Pernambuco, San Pablo, o Río de Janeiro- podrán no sólo verla en forma simultánea sino también interactuar con el conferencista.

  En Brasil, en estas redes participan alrededor de 400 personas. «En la Argentina, si bien todavía no se han formalizado redes de nanotecnología aún, se va a realizar un llamado a proyectos en áreas de vacancia (PAV) que vence el 20 de febrero, y estamos tratando de constituir una o más redes de nanociencia y nanotecnología, con el fin de conectar los diversos centros de investigación diseminados en el país, como el Instituto Balseiro, la Comisión Nacional de Energía Atómica, el INIFTA en La Plata, y centros en Río Cuarto, Santa Fe, San Luis, entre otros», detalla Calvo.

  Por el impacto que tiene actualmente en el mundo, la nanotecnología fue declarada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación como área de vacancia. «Fue muy importante entrar en contacto con los brasileños. Los científicos vivimos mirando a Estados Unidos y Europa, y no nos conocemos entre nosotros lo suficiente», enfatiza el investigador.

  «Lo que tenemos que hacer es proponer acciones, por ejemplo, si se necesita que un estudiante o un doctorando vaya a Brasil seis meses para realizar un experimento, esto nos permitirá contar con los fondos para llevarlo a cabo», especifica.

  Un primer paso será lograr la formación de una masa crítica de especialistas en el área y, luego, implementar proyectos de investigación conjunta.

  Los investigadores han hecho la propuesta. Ahora las autoridades de ambos gobiernos deberán tomar la decisión política de llevarla a cabo.

Otros acuerdos entre Argentina y Brasil

  Se dispuso crear un fondo común para investigación en biotecnología y redes de software. También se anunció el ingreso de la Argentina a Internet 2, una autopista veinte veces más veloz a través de la fibra óptica para el intercambio científico y tecnológico. La autopista informática, cuyo nombre es Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas (Clara) permitirá que Brasil y la Argentina pasen a estar conectados en Internet a una velocidad de 90 megabites en lugar de los 4 megabites originales.

Mayor información en la Red:
http://www.nanotech2005.com

(*) Centro de Divulgación Científica - FCEyN.

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