A la página principal

puntitogris.gif (801 bytes)

Opinión        Libros y Revistas         Agenda        Documentos

puntitogris.gif (801 bytes)

PUBLICACIONES

Breviario

Cable Semanal

Educyt

Exactamente

Lista Exactas

MicroSemanario

Buscador
powered by FreeFind


Búsqueda Local
Búsqueda Web

Jueves 28 de agosto de 2003

La esquizofrenia: un problema químico

Un equipo de investigadores de las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Medicina de la UBA estudió qué pasa en el cerebro cuando una persona sufre alucinaciones. Las alteraciones químicas que se producen son similares a las halladas en aquellos que padecen esquizofrenia. Este avance abre el camino para el desarrollo de fármacos efectivos contra esa enfermedad.

Por Susana Gallardo (*)

  Una perturbación química parece ser la causa de la esquizofrenia, según afirma un equipo de investigadores que realizó una experiencia a partir de una bebida ritual alucinógena producida por grupos religiosos del Brasil.

  "Hace algunos años se propuso la hipótesis de que la esquizofrenia está vinculada a una modificación química por la cual se genera una gran cantidad de compuestos alucinógenos en el cerebro", señala la doctora Alicia Pomilio, profesora en el Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, investigadora superior de CONICET y Directora de PROPLAME, Instituto de la FCEyN donde se realizó esta investigación, en conjunto con el Centro de Psiquiatría Biológica dirigido por el doctor Jorge Ciprian-Ollivier.

  Según esta hipótesis, menciona el doctor Ciprian-Ollivier, se produciría en el cerebro una reacción química -denominada transmetilación- por la cual se transformarían ciertos neurotransmisores en una estructura química que les conferiría la capacidad de inducir síntomas psicóticos. Esos compuestos "metilados" fueron hallados luego en la orina de pacientes psicóticos.

  "La esquizofrenia es una enfermedad mental perteneciente al grupo de las psicosis, que se caracterizan porque la persona, en algún momento del curso de la patología, pierde contacto con la realidad", define el doctor Marcelo Cetkovich-Bakmas, profesor de psicofarmacología de la Facultad de Medicina de la UBA, quien agrega: "Esto se produce a partir de una serie de fenómenos, los más importantes son las alucinaciones y los delirios".

Alucinaciones y delirios

  Las alucinaciones son sensaciones o percepciones sin una base material. El ejemplo más característico es escuchar voces de personas ausentes y, en algunos casos, ver cosas inexistentes. De allí que la definición técnica sea la de "percepción sin objeto". En cuanto a los delirios, éstos consisten en ideas erróneas que se forman sobre la realidad, basadas en trastornos sutiles del pensamiento. En tal sentido, es típico que la persona crea que es objeto de observación o persecución.

  "Otros síntomas muy importantes de la esquizofrenia son los que denominamos deficitarios o "negativos": abulia, aplanamiento afectivo, falta de interés en el entorno y desorganización del pensamiento", enumera Cetkovich-Bakmas.

  Un brebaje que se prepara a partir de ciertas plantas de la selva amazónica, denominado ayahoasca, tiene la virtud de reproducir en una psicosis experimental lo que sucede en la esquizofrenia. La bebida (llamada también yajé) es una mezcla de vegetales, uno de los cuales es muy rico en N,N-dimetiltriptamina. (N,N-DMT). Esta es una de las sustancias halladas con bastante frecuencia en la orina de pacientes esquizofrénicos.

  Por otro lado, la ayahoasca también tiene un compuesto que posee una potente acción inhibidora de la monoaminooxidasa. Esta enzima es la responsable de inutilizar a muchas moléculas con acción neurotransmisora, incluyendo la N,N-DMT. El punto es que, para que el brebaje tenga propiedades alucinógenas, se necesita inhibir la monoaminooxidasa, ya que ello permite que los compuestos alucinógenos sean absorbidos en el tracto digestivo y lleguen al sistema nervioso central.

  ¿Por qué se parece esto a la esquizofrenia? "Porque en esta enfermedad se ha informado no sólo un aumento de la N,N-DMT sino también una reducción de la actividad de la monoaminooxidasa, lo que permitiría que se acumule la molécula psicotóxica. La psicosis experimental inducida por la ayahoasca es parecida a un síndrome psicótico agudo", explica el psiquiatra.

La clave en un brebaje ritual

  Desde hace muchos años la doctora Pomilio, junto con el doctor Arturo A. Vitale, investigador del CONICET y Profesor en la FCEN, estudian los compuestos alucinógenos y, a partir del marcado radiactivo, pudieron determinar en animales que esos compuestos actúan directamente en el sistema nervioso central.

  Pero para conocer a fondo lo que sucede en el cerebro humano era necesario realizar un estudio in vivo. Y la solución la encontraron en Brasil, en un grupo religioso que induce alucinaciones mediante la ingestión de la ayahoasca.

  Esta bebida, empleada por los chamanes para inducir un estado místico similar a las alucinaciones producidas en la esquizofrenia, se prepara a partir de la cocción de dos plantas. Una de ellas es una liana que crece en forma espontánea en una extensa área de la cuenca del Amazonas y el Orinoco y es rica en unas sustancias inhibidoras de la enzima monooxidasa. La otra es una fuente importante de compuestos alucinógenos.

  "Los chamanes descubrieron ya hace muchos años que para lograr inducir alucinaciones era necesario mezclar dos especies diferentes de plantas que producían distintas sustancias químicas", comenta el doctor Arturo Vitale, y agrega: "Nosotros estudiamos los efectos de la ayahoasca con el fin de evaluar la capacidad de esta bebida de afectar los procesos de la percepción".

La química de la alucinación

  En Brasil, la práctica de la ayahoasca está permitida por el gobierno para fines religiosos. Los miembros del culto pertenecen a la clase media y alta, y generalmente son políticos, ejecutivos y profesionales, que la consumen en forma regular bajo la supervisión de un "mestre" o guía espiritual. Algunos han consumido la bebida durante más de treinta años sin efectos aparentes en su salud. Incluso, pueden ir a su trabajo al día siguiente mostrando un comportamiento normal, sin signos visibles de haber consumido una bebida alucinógena.

  Los investigadores estudiaron los efectos psicológicos y fisiológicos del brebaje en voluntarios experimentados, en quienes lo consumen como miembros de los grupos religiosos, y también los analizaron en voluntarios no experimentados, que bebían la poción por primera vez, y actuaron como control, porque no conocían sus efectos.

  Pasados alrededor de 35 minutos de haber ingerido la bebida, los sujetos empezaron a sufrir alteraciones de la percepción, principalmente visuales. Luego, en sus relatos, describieron la visión de lugares desconocidos, de animales y objetos valiosos así como el contacto con personas ausentes o muertas.

  Se tomaron muestras de sangre para evaluar los niveles de algunas hormonas, como el cortisol y la prolactina, y determinados neurotransmisores como la serotonina. Las muestras de sangre fueron ensayadas antes y después de la ingestión de la poción. El objetivo era obtener información sobre la respuesta neuroendócrina de los sujetos hacia la ayahoasca.

  Las mediciones secuenciales de serotonina, prolactina y cortisol mostraron respuestas significativas en niveles sanguíneos después de una hora de haber ingerido la ayahoasca, en concordancia con el inicio del efecto alucinógeno, indican los investigadores. Así, de acuerdo con los resultados, los sujetos pudieron ser reunidos en tres grupos. El primer grupo es el de consumidores primerizos que presentaron un aumento en la respuesta neuroendócrina que se correlacionaba con una respuesta perceptual pronunciada, y estaba de acuerdo con estudios previos dependientes de la dosis, efectuados con DMT sintética y otros alucinógenos como LSD, que actúan principalmente sobre receptores de la serotonina. El diámetro de la pupila, la presión sanguínea arterial media, el pulso y la temperatura también aumentaron dependiendo de la dosis.

  En el segundo grupo los niveles neuroendócrinos sanguíneos y las respuestas de ritmo cardíaco presentaron reducciones significativas a lo largo de las sucesivas administraciones, lo cual indica una tolerancia similar a la que se observa al dar DMT, según indican los investigadores.

  El tercer grupo mostró un aumento constante tanto en cortisol como en prolactina, así como una disminución concomitante de serotonina. En todos los casos, con una respuesta corta en el tiempo, pero que pudo mantenerse al suministrar una segunda dosis una hora después de la primera, explican los investigadores.

  "Los tres grupos evidenciaron, según lo esperado, efectos perceptuales diferentes, con valores de acuerdo con las respuestas bioquímicas individuales, lo que indica que se requieren los efectos psicodélicos para perturbar los efectos biológicos", explica Pomilio.

  También se tomaron muestras de orina donde se detectó la presencia de los compuestos químicos alucinógenos, los mismos que han sido hallados en pacientes esquizofrénicos.

  En un artículo publicado en el Journal of Ethnopharmacology los investigadores concluyen que este estudio representa un paso hacia la comprensión de la psicofarmacología de la ayahoasca y confirma, además, que ésta representa una psicosis experimental con rasgos comunes a lo que sucede en la esquizofrenia.

  "Lo valioso para nosotros fue haber confirmado la teoría de la transmetilación; además, ahora podemos contar con el modelo experimental de la esquizofrenia", subraya Pomilio y agrega: Es importante destacar que estos trabajos han sido posibles gracias a los aportes provenientes de la Universidad de Buenos Aires y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

  Por su parte, el doctor Cetkovich-Bakmas señala: "En la Argentina, esta teoría fue estudiada por nuestro grupo, entre otros y, pese a lo prometedor de los hallazgos, no fue posible progresar más allá en su desarrollo. Esto se debe, en gran parte, a que las teorías puramente químicas de la esquizofrenia han sido dejadas de lado a la luz de los avances de teorías más estructurales".

  En la década del noventa, a partir de una serie de hallazgos empíricos contundentes que mostraban alteraciones anatómicas en los cerebros de los pacientes, cristalizó la denominada teoría del neurodesarrollo: los pacientes con esquizofrenia tienen un cerebro con sutiles alteraciones anatómicas desde su nacimiento, explica el psiquiatra.

  Algún tipo de patología afectaría el desarrollo intrauterino produciendo sutiles alteraciones en el "cableado" cerebral, que se pone de manifiesto en la pubertad o un poco más tarde debido a los cambios hormonales que ocurren en ese momento. Si tomamos una tomografía o una resonancia magnética del cerebro de un paciente con esquizofrenia, detectaremos esas alteraciones", señala Cetkovich-Bakmas.

  Desde esta óptica, las alteraciones bioquímicas son vistas más como consecuencias de los trastornos anatómicos mencionados.

  "Lo importante es que la teoría de la transmetilación podría ser una clave fundamental a la hora de diseñar fármacos, dado que, entre otras cosas, permitiría detectar blancos para las nuevas drogas", concluye Cetkovich-Bakmas.

Las pociones alucinógenas

  Los brebajes psicoactivos son empleados por las tribus indígenas con fines tanto medicinales como ceremoniales. En realidad, existe una gran variedad de plantas y hongos que contienen sustancias alucinógenas y han sido empleados con fines rituales y curativos por diferentes grupos aborígenes de Sudamérica.

  En particular, ayahoasca significa vino del hombre muerto, o vino de las almas. Esta denominación remite a la posibilidad, que brindaría esta bebida, de que las personas puedan comunicarse con las almas de los muertos. El primero que la describió fue el misionero jesuita Pablo Maroni, en 1737.

  Los vasos en que se bebía han sido considerados como sagrados por distintas culturas. Por ello, eran diseñados con figuras mitológicas y colores brillantes. Las ceremonias colectivas empleaban recipientes grandes de los cuales cada uno bebía, a su turno. También se hallaron unos recipientes metálicos, denominados ollas de brujo, que se empleaban para preparar la poción.

  Estas plantas alucinógenas han sido utilizadas también con fines medicinales para eliminar parásitos. En realidad, la poción produce una variedad de efectos fisiológicos, además de la experiencia alucinógena, los más comunes son la diarrea y los vómitos.

  El hecho es que los alcaloides psicoactivos afectan el sistema neuromuscular de varias especies de parásitos. Los chamanes encontraron una correlación entre los efectos psicotrópicos de estas sustancias y el alivio de los síntomas causados por los parásitos.

  Actualmente varios movimientos religiosos sincréticos se basan en el uso ritual de la ayahoasca. Esta bebida, de un color marrón oscuro, puede ser embotellada para ser consumida hasta cuatro semanas después de envasada. Las familias la beben, generalmente en grupo, y no sufren daños aparentes ni adicción. Algunos, incluso, la sorben en forma similar al popular mate. Pero siempre hay una persona que no bebe con el fin de controlar la progresión de las visiones y evitar experiencias desagradables en los nuevos consumidores. Los sujetos cierran los ojos y esperan que se produzcan las visiones.

 

(*) Centro de Divulgación Científica - SEGBE - FCEyN.

 

NOTICIAS | BREVIARIOS | CABLE SEMANAL | EDUCYT | EXACTAMENTE | LISTA EXACTAS
MICROSEMANARIO | OPINION | AGENDA | LIBROS Y REVISTAS | DOCUMENTOS