A la página principal

puntitogris.gif (801 bytes)

Opinión        Libros y Revistas         Agenda        Documentos

puntitogris.gif (801 bytes)

PUBLICACIONES

Breviario

Cable Semanal

Educyt

Exactamente

Lista Exactas

MicroSemanario

Buscador
powered by FreeFind


Búsqueda Local
Búsqueda Web

Miércoles 19 de noviembre de 2003

Programa UBA XXII en FCEyN
Abriendo puertas

Desde el año 1985 existe el Programa UBA XXII de educación universitaria en las cárceles. Desde 1990 este programa tiene una "pata" en esta Facultad. Pero desde el 2001 esta Casa es la única que abrió sus cursos a toda la población carcelaria, no sólo a los universitarios. Se dictan clases de computación como cursos de extensión pero con la particularidad de que el programa de las materias está equiparado con el Taller de Informática I de la carrera de Computación.

Por María Fernanda Giraudo.

  "La FCEyN es de las pocas que consiguió el respaldo del Consejo Directivo a la inserción de la Facultad en el Programa UBA XXII . Esto es importante porque es un compromiso por escrito con el proyecto", explica Nair Repollo, coordinadora de UBA XXII en la Facultad. Marta Laferriere es la Directora desde la Secretaría Académica de la Universidad, y cada Facultad que participa tiene un coordinador.

  Al Programa lo integran, en la Facultad, doce docentes, tal como lo cuenta la coordinadora, "seis docentes auxiliares, cuatro docentes ad ho-norem y dos docentes del Departamento de Computación que aportan, desde este año, el contenido programático del Taller de Informática I"

  Los cursos consisten en tres materias cuatrimestrales que siguen el calendario académico de la Facultad: ocho cursos de Word, cuatro de Excell y dos de Access que contienen a unos trescientos alumnos por cuatrimestre, continúa relatando Nair. "Cada cuatrimestre se incorporan unos doscientos alumnos nuevos de los 2.300 internos que hay en la cárcel de Devoto, que es donde más alumnos hay, ya que allí se ofrecen varias carreras universitarias".

Derechos detenidos

  En la Unidad 3 de Ezeiza -donde se dictan tres cursos en total-, todo es muy diferente. "Las mujeres debe elegir estudiar o trabajar, ya que si estudian se les descuentan las horas de estudio, como si educarse no fuera un derecho", lamenta Nair.

  "En Devoto, desde que los cursos se abrieron a la población no universitario hubo cambios muy importantes. Se dictan dos cursos por día de word. Hay 20 alumnos por curso. Muchos internos se acercan porque es lo único que los saca de los pabellones. Pero después, el trato que tienen con los docentes, los hace enganchar y se interesan cada vez más", cuenta la coordinadora, afirmando que la tarea de capacitación se ve superada por la tarea humanitaria de escuchar a estas perso-nas privadas de la libertad que, en algunos casos, solo pretenden que al salir sus chicos vean que ellos también pueden usar la computadora. Y mientras tanto les mandan cartas con dibujos. Es prácticamente el único espacio de libertad, de humanización frente al drama de la "prisionización" que los despersonaliza.

  "Hace poco me encontré con un ex alumno nuestro. Está trabajando en una dependencia del Gobierno de la Ciudad, recuerda Nair. Hay gente que se sorprende de poder hablar con nosotros como con pares, están tan acostumbrados al personal penitenciario que al principio nos tratan co-mo a superiores. Eso cambia cuando ven cómo los tratan nuestros docentes. Y ahí empiezan a hablar y a contarte sus cosas. Les hace el click al ver que un ayudante, con su sueldito, trabaja en varios lados y además estudia".

  En Devoto, además, hay internos con conocimientos suficientes para darles mantenimiento a las precarias máquinas que reciben como donaciones. "En Ezeiza, en cambio, ni siquiera tienen un lugar específico para tomar sus cursos. Los tienen en el mismo lugar donde tienen clases de nivel primario y secundario, y nuestros alumnos tiene que cumplir con el requisito de secundario completo", agrega.

El Rock de la cárcel

  "Hay algo para los internos de Devoto que es muy importante: la fiesta de fin de año con la entrega de diplomas. Están esperando recibirlo en presencia de sus familiares", continúa.

  Hay cuatro coordinadores internos ex-alumnos que operan como asistentes de los docentes y de sus propios compañeros.

  Todo este proyecto ha tenido muy buena recepatividad en ambas cárceles, cuenta Nair, pero se necesitan más máquinas, y mejor equipadas. El grupo de docentes se mantuvo y se incrementó. Se entusiasman con esta tarea.

Lo que falta

  Entre los objetivos para el próximo año figuran consolidar un boletín que les sirva para fortalecer la comunicación con los otros presos de su propia cárcel y de la de Ezeiza. Otro proyecto incluye llevar charlas de divulgación científica de interés para los internos, como sobre genoma y software libre.

  Además, en Devoto, donde se puede cursar Sociología, hay una materia de estadística que necesita el apoyo de estos cursos de computación, que a partir del próximo año podrían organizarse ad hoc.

  Si la cárcel los aliena, el manejo de una herramienta como la computadora, les permite un espacio de subjetividad que los conecte con el afuera, más allá de sus causas penales.

 

NOTICIAS | BREVIARIOS | CABLE SEMANAL | EDUCYT | EXACTAMENTE | LISTA EXACTAS
MICROSEMANARIO | OPINION | AGENDA | LIBROS Y REVISTAS | DOCUMENTOS