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Viernes 24 de mayo de 2002

Stephen Jay Gould

Por Alicia Massarini y Esteban Hasson (*)

  El lunes 20 de mayo falleció Stephen J. Gould, uno de los más importantes Biólogos evolutivos del siglo XX.


Stephen Jay Gould, Biólogo evolucionista y brillante divulgador.

  Cuando a principios de los años '80 quienes escriben esta crónica decidimos dedicarnos al estudio de la evolución de las especies, lo hicimos en buena parte impactados por los escritos que comenzaban a circular por ese entonces de un paleontólogo norteamericano que renovó el pensamiento evolucionista, en particular porque desafiaba el paradigma evolutivo establecido a principios de los años ´40. Este paradigma consagrado en una memorable reunión en la Universidad de Princeton por notables evolucionistas, como Dobzhansky, Mayr, Stebbins, Haldane, Huxley, Fisher, Wright, Simpson, constituye lo que hoy conocemos como Teoría Sintética de la Evolución. Algo así como la integración en una teoría del Darwinismo original, que consagraba a la selección natural como el mecanismo principal que rige la evolución, con los principios de la Herencia descubiertos por Mendel dados a conocer a principios del siglo XX, junto con modelos matemáticos desarrollados para describir los cambios de las frecuencias de los genes por selección natural. Este conjunto de ingredientes se cristalizó en un paradigma que se transformó en hegemónico: el de la evolución gradual por cambios adaptativos, en que la selección natural resulta el principio fundamental y casi excluyente para interpretar la evolución de la vida.

  Este núcleo conceptual fue el objeto del primer desafío al que apuntó el pensamiento de Gould (en ese entonces un estudiante de grado), cuando propuso junto con el también paleontólogo Niles Eldredge, una reinterpretación crítica del registro fósil. La ausencia de formas intermedias en la secuencia fósil, que ya preocupaba a Darwin y es desde entonces interpretada como una expresión de la imperfección del registro, pasó a ser tomada como un dato de la realidad, como una evidencia de que la naturaleza puede dar saltos, especialmente en lo que se refiere al origen de nuevas especies. Más revolucionario aún resultaba otro aspecto de su interpretación: las especies, una vez que se originan se mantienen prácticamente inalteradas durante largos periodos de tiempo geológico, sin cambios, hasta que nuevas especies se originan en eventos de cambio cortos y rápidos. Así, la regla sería el "no cambio" (estásis) mientras que el cambio significativo para la evolución se concentraría en breves periodos asociados al origen de nuevas especies. Esta nueva visión se plasmó en el modelo de los "Equilibrios discontinuos" (Punctuated Equilibria), que desafío a la idea excluyente del gradualismo, contribuyendo a la incorporación de una diversidad de nuevos modelos para explicar los procesos evolutivos que destacaban, por ejemplo, la importancia del azar en la modelación de los patrones observados en la historia de la vida.

  Si bien en una primera etapa el modelo discontinuista fue duramente resistido por la ortodoxia neodarwinista, la creciente cantidad de casos exhaustivamente documentados de registros fósiles compatibles con el modelo de Gould, hizo que esta hipótesis se vaya incorporando al cuerpo de la teoría evolutiva y actualmente esté presente en todos los textos serios de Evolución.

  Más tarde, conjuntamente con otro destacado biólogo evolutivo, el genetista de poblaciones Richard Lewontin, profundizó su crítica al papel excluyente que la selección natural juega conforme al argumento neodarwinista. En su "Crítica al Programa adaptacionista", propone la necesidad de la expansión de la teoría darwinista hacia una visión más integral y plural de la evolución en que los organismos sean concebidos como el resultado de la interacción entre los procesos y accidentes experimentados en su historia evolutiva (filogenética) con las restricciones y potencialidades que imponen su desarrollo ontogenético. Este reclamo que alertó sobre la necesidad de restablecer la mirada sobre el organismo como un todo, en contraste con la fragmentación que supone el enfoque adaptacionista, permitió revalorizar y dar nuevos bríos a la investigación en campos soslayados por el neodarwinismo como el de la embriología. Esto último constituye quizás una de las fronteras actuales del conocimiento en biología: la representada por el desafío evo-devo (Evolution and Development).

  En este marco, un aporte de gran fertilidad fue la revisión del concepto de adaptación, la erradicación del concepto de preadaptación y su tácita concepción finalista y la introducción de la idea de que una característica que resulta adaptativa bajo ciertas condiciones, puede, bajo nuevas circunstancias ser incorporada como una adaptación para nuevas funciones. Así, es posible concebir, la incorporación súbita y no gradual de estructuras y funciones complejas que constituyen novedades adaptativas. Este importante concepto es lo que Gould denominó "exaptación".

  Particularmente irritante para los representantes del pensamiento hegemónico fue un artículo en el que Gould preguntaba "¿Está emergiendo una nueva teoría general de la Evolución?... En él Gould sintetiza muchas de sus críticas y señala la importancia de reconocer diferentes niveles jerárquicos en los que ocurre evolución. Introduce así el desafío de analizar los diversos mecanismos que operan en los diferentes niveles: genes, individuos, poblaciones, especies, clados, ampliando enormemente la diversidad de las preguntas abiertas para los evolucionistas.

  Son especialmente destacables los artículos en que desarrolla su pensamiento crítico sobre la idea de complejidad creciente y de progreso que enmarcan las interpretaciones de la mayoría de los evolucionistas. Asimismo, nos estimulan sus innumerables contribuciones acerca de la evolución humana, que dieron por tierra los últimos resabios de una visión finalista del origen del hombre redimensionando su papel en la naturaleza, al situarlo como una especie más cuya evolución no es lineal sino que es fruto de un proceso que puede ser interpretado en términos de los mismos patrones y procesos del resto de la biota. Asimismo, sus aportes contribuyeron a erradicar la visión tipológica, desnudando los prejuicios y argumentos no científicos en los que se sustentan justificaciones biologicistas acerca de las supuestas desigualdades entre grupos humanos.

  Su permanente inquietud por situar las discusiones científicas, y en particular las de la biología evolutiva, en un contexto histórico y filosófico constituye un inestimable aporte al pensamiento crítico. Esta manera de abordar su tarea científica y de divulgación hizo que su obra trascendiera las fronteras de los "especialistas" y despertara el interés de profesionales de distintas especialidades y del público en general, permitiendo tender puentes interdisciplinares y abordar temas de central relevancia tales como el lugar del hombre en la naturaleza. Su obra es por ello una valiosísima contribución a la democratización del conocimiento, problema sobre el que nuestra comunidad científica debería reflexionar profundamente.

* Docentes de la materia Evolución de la carrera de Ciencias Biológicas de la FCEyN.

 

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 Stephen Jay Gould, El último cientifico del siglo XIX (El País, España)

 Stephen Jay Gould, Biologist and Theorist on Evolution, Dies at 60 (New York Times)

 Falleció a los 60 años Stephen Gould (New York Times, traducción parcial de La Nación)

 

 

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