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Lunes 16 de septiembre de 2002

¿Dónde está Daniel?

  Mil novecientos setenta y ocho. Eran tiempos de la dictadura más sangrienta en la historia de nuestro país. El 16 de septiembre, cuatro personas que se identificaron como miembros de la Policía Federal, ingresaron a la casa de José Bendersky y Fanny Bremer. Buscaban al único hijo de la pareja, Daniel. de 26 años y estudiante de Física de nuestra Facultad. La policía se fue con Daniel, que hasta el día de hoy permanece desaparecido. En 1998 la tesis de Daniel fue recuperada y evaluada. Los padres de Daniel recibieron en nombre de su hijo el título de Licenciado en Física entregado por las autoridades de nuestra Facultad.

  Entre los años 1978 y 1980, Fanny y José escribieron innumerables cartas buscando a su hijo. A continuación se transcriben algunas de estas cartas. que forman parte de un intercambio epistolar con un funcionario de la dictadura, y permiten recorrer, a través de los interlocutores, la penosa búsqueda de un desaparecido. La dolorosa ingenuidad de los autores, la evolución de Mario Amadeo, quien fuera miembro del cuerpo diplomático argentino, eximen a las cartas de todo comentario.

 

  El día 16 de septiembre de 1978 a las 11,30 hs., cuatro personas vestidos de civil en compañía del encargado del edificio, llamaron a nuestro hogar. Decían pertenecer a la Policía Federal presentando credenciales que lo acreditaban, y preguntando por el señor Bendersky.-

  Una vez dentro del departamento pidieron que se identifiquen sus ocupantes. Los mismos en ese momento eramos yo, Fanny Brener de Bendersky y mi hijo Daniel Eduardo, argentino de 26 años, soltero, estudiante de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, en la carrera de Física, próximo a graduarse, siendo seminarista en la Comisión Nacional de Energía Atómica de la República Argentina.

  Posteriormente procedieron a esposar a mi hijo manifestando que lo llevarían a efectuarle un interrogatorio, llevándose también la documentación del mismo.-

  Ante mi requerimiento de acompañarlo, la respuesta de la comisión policial es afirmativa, dirigiéndome a buscar un abrigo, al regresar se había marchado con mi hijo, desconociéndose hasta el presente el paradero del mismo, a pesar de las gestiones realizadas ante organismos de seguridad del Estado.

  De todo esto se dejó constancia en el Habeas Corpus presentado ante el Juzgado Nacional N°8 del Dr. Enrique J. Guanziroli.-

  Por todo lo relatado, pido que se interesen por esta desaparición, comprendiendo el dolor y angustia de una madre que le quitan a su único hijo de sus manos.

Saluda Atte.
FANNY BENDERSKY

 

Buenos Aires, 22 de marzo de 1979

Señora Fanny Brener de Bendersky
De mi consideración

  Habiendo recibido el dato complementario que faltaba respecto del mes en que se efectuó la detención de su hijo, cumplo en manifestarle que en la fecha he hecho personalmente entrega al correo por expreso-certificado y en doble sobre de una carta al Señor Ministro del Interior en la cual expreso mi interés y mi preocupación. Me consta que la vía de expedición es segura pues de esa manera solicité y obtuve con muy poca demora una entrevista con el Señor Ministro en diciembre pasado.

  Además confío poder conversar mañana viernes o el lunes con el Juez Federal, Doctor Martín Anzoátegui, con cuyo padre - el eminente escritor Ignacio B. Anzoátegui- mantuve una amistad entrañable que duró hasta su muerte, el año pasado. Espero que la jurisprudencia recientemente sentada por la Corte Suprema en materia de habeas hábeas permita que el recurso no sea denegado.

  Sin embargo, me siento en el inexcusable deber de decirle que estos pasos - que doy como un imperativo de conciencia puesto que no tengo el gusto de conocerla- no deben inducirla a excesivas ilusiones. La experiencia vivida desde que actúo en la Subcomisión me indica que la solución favorable en estas situaciones es siempre difícil.

La saluda muy atentamente
Mario Amadeo

 

Buenos Aires, marzo 26 de 1979

Doctor Mario Amadeo
PRESENTE

Estimado Doctor:

  He recibido su atta. Del 22 del corriente y dado la preocupación puesta por Ud. lo cual agradezco, en la situación de mi Hijo DANIEL EDUARDO, me pongo a su disposición para portarle toda la información que crea necesaria para las gestiones que Ud. realiza ante el Sr. Ministro del Interior y Juez Federal Doctor Martín Anzoátegui.-

  No obstante su consejo de no hacerme excesivas ilusiones, espero que intervención devuelva la paz a mi hogar dominado por una tremenda angustia que su ausencia provocó.-

Con todo respeto
Fanny Brender de Bendersky

 

Buenos Aires, 30 de marzo de 1979

Doctor Mario Amadeo:
BUENOS AIRES

Estimado Doctor:

  He recibido vuestra carta de fecha 22 de marzo del corriente año, donde se interesa sobre la detención y desaparición del señor Daniel Eduardo Bendersky.

  Según nuestra información, el mencionado fue detenido por cuatro personas que invocaron su condición de miembros de la Policía Federal Argentina, hecho que ocurrió el 16-9-78.

  En numerosas oportunidades su madre y sus familiares han intercedido ante este Ministerio en busca de noticias, como así también interpuesto ante la justicia los recursos de habeas corpus correspondientes. En todas las oportunidades, como así también en una audiencia solicitada por la madre, se le informó el resultado negativo de todas las investigaciones realizadas, a nivel de Fuerzas de seguridad y Policiales para averiguar el paradero del señor Bendersky.

  Nada más puedo yo agregar, mi estimado doctor, por cuanto todas las diligencias realizadas y que tengo y puedo colocar a vuestra disposición, han arrojado resultado negativo y la propia Policía Federal ha desmentido rotundamente que haya emitido orden de arresto o que- con personal de su dependencia- efectivizar el mismo.

  Surge, sí, de la documentación que aquí tengo, que el mencionado Bendersky habría sido arrestado y luego liberado en el curso de 1975.(...)

MINISTERIO DEL INTERIOR

 

Alejo Ledesma (Córdoba),
11 de abril de 1979

Distinguida Señora:

  Me dirijo a ud. por ser quien me escribió primero y porque, además, no recuerdo ahora el primer nombre de su esposo. Debo, en primer término, expresarle mi pesar por no haber podido comunicarme con ustedes después de mi reunión en la Chancillería, tal como lo prometiera en nuestra última conversación con el Sr. Bendersky. (...)

  Durante el encuentro que acabo de hacer referencia - y como dije fue sumamente prolongado- planteé al Sr. Subsecretario de Relaciones Exteriores, Comodoro Cavándoli, el problema que tan justamente a ustedes aflije. Le entregué la documentación pertinente y puse especial acento en el hecho que su hijo estuviese becado por el M.I.T. y en la repercusión que esta circunstancia podría conferir al caso. El comodoro Cavándoli, que había escuchado mi larga exposición con mucha deferencia, y hasta diría con paciencia, me expresó, con suma firmeza, al término de la misma que la situación de su hijo sería investigada a fondo y que se me tendría al corriente de cualquier novedad que pudiere ocurrir en la materia. Tengo la plena convicción que las palabras del Subsecretario no constituyeron un mero formalismo. (...)

La saluda muy atentamente
Mario Amadeo

 

Bs. As. Julio 31 de 1979.-

Estimado Doctor:

  Si nos permitimos seguir molestándole, es porque esperamos que su CONCIENCIA y el peso de su nombre obliguen finalmente a decir en dónde está Daniel (...) Ud. bien sabe que se están transgrediendo los más elementales preceptos HUMANOS Y CRISTIANOS y que por lo tanto no nos queda más que CONFIAR en su HUMANA CONCIENCIA y que Ud, actúe de acuerdo a ella

Dios guarde a Ud.
José Bendersky

 

Bs As, 11 de diciembre de 1979

Estimado Señor Bendersky:

  Con profunda emoción he recibido su cariñosa tarjeta en la cual nos hacen llegar sus salutaciones con motivo de las próximas fiestas de fin de año.

  Esta emoción deriva, principalmente del hecho de que me sea imposible retribuir sus augurios de felicidad que ustedes formulan. En efecto, constituiría una cruel ironía que yo les deseara ventura en las dolorosas circunstancias que están viviendo. Ello tanto más cuanto que mis denodados y largos esfuerzos por poder localizar a su hijo Daniel y devolverlo sano y salvo al seno del hogar han resultado hasta ahora tan infructuosos. Esta mañana una persona que merece toda mi confianza me aseguró que todavía existen varios centenares de presos cuya detención se mantiene en reserva. Pero no tengo medios para averiguar- supuesto que la información sea verdadera- si entre ellos figura su hijo porque a mí, las autoridades consultadas me han afirmado del modo más categórico que no existen presos «clandestinos».

  Con mis respetos a su señora esposa, lo saluda con atenta consideración y cordial estima.

Mario Amadeo

 

Alejo Ledesma, 14/1/80
Estimado señor Bendersky:

  He recibido su atenta carta (...) Lamentablemente no puedo contestarle en los términos optimistas y positivos que tan grato sería para mí usar sinceramente. Usted conoce tan bien como yo todos los esfuerzos y gestiones que he realizado en todas las instancias para lograr determinar el paradero de su hijo Daniel y conseguir que fuera devuelto sano y salvo al seno de su hogar o por lo menos, como mínimo, determinar el lugar en que se encuentra detenido. Sabe usted también que todos esos esfuerzos resultaron vanos y que todas las instancias a que yo podía recurrir, incluyendo las más altas, han sido agotadas.

  Por ello, a esta altura de la situación, me veo obligado a registrar mi fracaso y a manifestarle la incapacidad en que me encuentro de dar nuevos pasos para la consecución del objetivo que me animó iniciar esta acción: la devolución de un hijo a sus padres. Creo que acerca de esto fui bastante explícito durante la última ocasión en que estuve en su casa, pero por lo visto ello no ha sido así dado que continúa esperando mi «eficaz y urgente intervención». Estas expresiones me asignan un poder de que desgraciadamente no dispongo y una gravitación pública de que carezco en absoluto. Creo, por ello, que de ahora en adelante usted debería dirigirse a la asamblea de los Derechos Humanos o a las otras entidades que han tomado a su cargo atender los reclamos de los familiares de desaparecidos. Desde luego, siempre contará usted con mi afectuosa solidaridad, de la que ya le he dado muchas pruebas.

  Los saluda con atenta consideración y cordial estima

Mario Amadeo

 

Nota de Redacción: debemos agradecer a Guillermo Folguera, nuestro columnista de DDHH, la recopilación de la correspondencia, que hemos tenido que mutilar por razones de espacio

¿Dónde Están? - Los desaparecidos de la FCEyN.

 

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