Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-UBA
  AÑO 15 - NÚMERO 530
  VIERNES, 10 DE JUNIO DE 2005
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Contaminantes de la Industria petrolera en el mar
¿Que le han hecho al mar que ya no canta?

Un proyecto de investigación conjunto entre varias universidades nacionales se propone estimar el estado actual de la contaminación en la costa del litoral marítimo afectado por la actividad pesquera y petrolera. De este modo, se espera contar con un panorama más real acerca de las necesidades de adecuación de aquellas prácticas altamente contaminantes.

Por Mariana Canavese e Ivana Costa (*)

  El grupo de investigación está integrado por la doctora Norma Sbarbati Nudelman (UBA-CONICET) y la licenciada Stella Maris Ríos Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB, Comodoro Rivadavia).

  Además, participan del proyecto personal profesional y técnico de la Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Universidad del Sur, Universidad Nacional de la Ptatagonia San Juan Bosco, sede Comodoro Rivadavia, CONICET y Universidad Tecnológica Nacional, sede Puerto Madryn.

  El propósito de este proyecto es realizar un mapeo de sitios a lo largo de la costa patagónica, que determine el contenido de TBT (trialquil-estaños) en aguas y que permita evaluar los daños en organismos marinos.

  Los TBTs son los compuestos más tóxicos arrojados deliberadamente por el hombre en aguas naturales. Son biocidas y su uso ha provocado una marcada contaminación en los ecosistemas costeros y daños irreversibles en organismos acuáticos, por lo que está siendo restringido en varios países desarrollados, pero no en Latinoamérica.

Fuera bicho

  El uso de biocidas tiene como objetivo eliminar la espesa crostra de organismos vivos que se adhieren al casco de las embracaciones, estructuras estacionarias, plataformas petrolíferas o de gas, plantas de conversión de energía térmica, etc.

  El conjunto de organismos que crece sobre estructuras sumergidas de origen antrópico recibe el nombre de fouling (suciedad, en su traducción literal, aunque con un significado mucho más amplio en este contexto). Estos organismos se fijan eficazmente al substrato desarrollando un rápido crecimiento y vasto potencial reproductor. Como consecuencia, el fouling acelera los procesos de corrosión de los materiales y provoca pérdidas en la eficacia operativa de las estructuras. Para evitar las pérdidas económicas, derivadas de este crecimiento biológico, las empresas comenzaron a tratar sus embarcaciones y plataformas con pinturas que en su composición contien cobre, mercurio y derivados organoestánnicos como el tributilo de estaño (TBT).

  Desde que las pinturas con TBT fueron introducidas en el mercado en la década de los sesenta, su modo de acción ha experimentado importantes modificaciones. Sin embargo, en todos los casos el modo de operación es el mismo: el biocida se libera de la capa de pintura formando un fino envoltorio de TBT altamente concentrado alrededor del casco del barco. Las larvas de organismos en contacto con esta capa son repelidas o resultan muertas, lo que protege al barco.

  Pero, el TBT es un compuesto extremadamente tóxico, incluso a concentraciones de pocos nanogramos por litro. Causa a los seres vivos (desde bacterias a peces) una amplia gama de efectos dañinos desde subletales hasta letales. Su actuación puede manifestarse como: daños al ARN, neurotoxicidad, alteraciones en el crecimiento, producción de anomalías anatómicas y reproductoras, bioacumulación tisular e inducción de cambios de comportamiento. Los macroinvertebrados que resultan más afectados son los moluscos debido a su alta tasa de bioacumulación y a su baja tasa de depuración. Dentro de éstos, los grupos más sensibles son gasterópodos y bivalvos. En otras categorías taxonómicas les siguen en sensibilidad, crustáceos, algas y peces. Sin embargo, hasta el momento ningún organismo ha demostrado la sensibilidad que caracteriza a los neogasterópodos.

  Los efectos más devastadores del TBT en el medio marino se observaron sobre la ostra rizada o japonesa, Crassostrea gigas y el gasterópodo Nucella lapillus (caracolillo multicolor).

Los efectos dañinos del TBT sobre Crassostrea gigas en las costas de Galicia fueron los detonantes del inicio de la legislación española que controló el uso de este compuesto en la formulación de las pinturas antiincrustantes, hecho que marcó un hito en la reciente historia de la protección del medio ambiente.

  A finales de la década de los sesenta comenzó a observarse entre ostricultores franceses que las ostras presentaban engrosamientos de la concha por formación de cámaras que contenían proteinas gelatinosas en su interior de modo que la concha adquiría un aspecto esférico y desagradable.

  La profunda crisis económica resultante provocó que las autoridades francesas regulasen el uso de las pinturas con base de TBT en enero de 1982, lo que permitió un reclutamiento satisfactorio de ostras en verano, tras cinco años de mortandad larvaria total.

Cambio de sexo

  En los últimos años viene apreciándose también un fenómeno inesperado en algunos moluscos. Sus hembras desarrollan organos sexuales masculinos y pierden su capacidad de reproducción. El cambio forzado de sexo es fruto de una contaminación crónica debida al uso de biocidas en el casco de embarcaciones y plataformas petroleras.

  Es el segundo caso paradigmático de los efectos negativos del TBT sobre organismos que, de entrada, no eran objeto de su acción, corresponde a los gasterópodos marinos, en particular a los neogasterópodos. Se trata de la superimposición de caracteres sexuales masculinos sobre las hembras y recibió el nombre de imposex. En algunas especies, este fenómeno afecta negativamente a la capacidad reproductiva de forma que, bajo determinadas condiciones de contaminación, las poblaciones de las especies más sensibles están abocadas a la desaparición.

  Este fenómeno se detectó casi simultáneamente en Nucella lapillus alrededor de 1970 en Plymouth Sound-Inglaterra, Nassarius obsoletus en Long Island (Estados Unidos) y en Ocenebra erinacea en Arcachon-Francia.

  El término “imposex” se acuñó para denotar esa superimposición de caracteres sexuales masculinos sobre las hembras. La primera evidencia del vínculo entre este fenómeno y la contaminación por TBT no apareció hasta diez años después. Y no fue hasta que se perfeccionaron los métodos de análisis de organoestánnicos cuando la sensibilidad de la respuesta del TBT se hizo patente. Múltiples estudios posteriores han demostrado que se trata de un suceso ampliamente extendido y en la actualidad se ha constatado que unas 150 especies pertenecientes a unos 78 géneros, incluidos los mesogasterópodos muestran imposex.

  Cuando las hembras de N. Lapillus son expuestas al TBT se produce una masculinización (superimposición de caracteres masculinos) proporcional a la dosis de contaminante. Comienza a formarse pene y un vaso deferente. El conducto deferente se extiende hacia el oviducto y puede llegar a bloquearlo impidiendo la salida de las cápsulas de huevos de modo que las hembras se vuelven funcionalmente estériles. En casos extremos se puede llegar a una sustitución de la bursa copulatrix por una próstata. Finalmente, la acumulación de las cápsulas de huevos abortados provoca un trauma que conduce a la muerte del animal por lo que en poblaciones muy afectadas se da una baja proporción de hembras.

Mal de muchos

  La evidencia actual muestra que el imposex es un fenómeno global y ampliamente extendido que afecta a decenas de especies de gasterópodos. Los efectos sobre las poblaciones no sólo se registran en zonas portuarias y estuáricas sino también en zonas de costa abierta pero cercanas a áreas de intenso tráfico marítimo.

  El imposex y la contaminación por TBT han sido encontrados en Europa en general, Chile, Argentina, Alaska, Canadá, Estados Unidos, Japón, Corea, Taiwan, Tailandia, Singapur, Indonesia, India, Australia y Nueva Zelanda.

El proyecto patagónico

  El estudio previsto por las Universidades argentinas se propone realizar un plan de muestreo de determinación de TBT en sitios a lo largo de la costa patagónica, con especial énfasis en lugares de alto tráfico marítimo y pesquero y de aquellos lugares donde ya se han detectado casos de imposex.

  Con todas estas determinaciones se espera demostrar la interdependencia entre ambos datos y concientizar a diversos organismos de control y ONGs sobre la necesidad de reglamentar el uso de aditivos para pinturas basados en TBT.

  También se propone realizar un plan de muestreos de material costero y sedimentos en las zonas patagónicas afectadas por la explotación petrolera que permita conocer el riesgo residual de este tipo de contaminación, sobre la base de la medición de índices por Resonancia Magnética Nuclear (RMN) y ensayos de toxicidad.

  Porque, además de los problemas de contaminación por TBTs, la Patagonia se caracteriza por una intensa actividad petrolera, lo cual ha provocado un apreciable deterioro del ecosistema marino-costero.

  El petróleo en el ambiente sufre cambios que alteran sus propiedades físicas. Estos cambios obedecen a modificaciones en la distribución de los componentes y a la formación de nuevas especies producidas por degradación.

  Tradicionalmente se han utilizado las técnicas cromatográficas (CG, cromatografía gaseosa y/o CG-EM con detección por espectrometría de masas) para realizar la caracterización de dichos cambios.

  Las técnicas convencionales de CG y CG-EM pueden detectar solamente a los hidrocarburos volátiles y semivolátiles, pero las alteraciones de los otros componentes y de los productos de degradación de naturaleza no volátil no estarían convenientemente caracterizados.

  La espectroscopia de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) es uno de los métodos más importantes para la caracterización de mezclas complejas de compuestos orgánicos. Esta técnica aún no está suficientemente difundida debido a que su aplicación para el análisis de petróleos en el ambiente es reciente a nivel internacional, y el grupo de la UNPSJB es el único en el país que ha utilizado esta tecnología hasta el presente.

  Con la información relevada en este proyecto, se podrá estimar el estado actual de contaminación en la costa del litoral marítimo afectado por la actividad petrolera. Como Consecuencia, se espera contar con un panorama más real acerca de las necesidades de adecuación de aquellas prácticas altamente contaminantes (actividades de transporte portuarias y/o de monoboyas, volcado de residuos por las actividades de explotación, etc).

  Además se examinará la aplicación de nuevos compuestos “antifouling”, se trabajará sobre el diseño y síntesis de nuevas moléculas como potenciales biocidas alternativos y la aplicación de procesos oxidativos avanzados para la remediación de la contaminación marino-costera con hidrocarburos. Mediante estudios cinéticos y biológicos se relacionarán los resultados con parámetros de vida media y ecotoxicidad que aseguren un panorama real sobre la sustentabilidad de las alternativas propuestas.

  Finalmente, es también propósito de este proyecto colaborar con la publicación y difusión de los resultados obtenidos a fin de informar a los sectores industriales, académicos, comerciales, organismos de control, turísticos, etc. sobre los daños ya producidos y la urgente necesidad de contralor a fin de mitigarlos, preservar la biodiversidad y trabajar en forma conjunta con todos los sectores mencionados para promover el desarrollo competitivo y sustentable de toda la costa patagónica.

  La información que se obtenga podrá servir para la “concientización de las empresas involucradas en la citada industria, al mostrar la relación existente entre contaminación y daño biológico”, aseguraron los investigadores.

(*) Fuente: Prensa Universitaria y Área de Ecología, Facultad de Ciencias, Universidad de La Coruña.

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