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Año 7 - Nro. 245 - 2da. Sección
24 de octubre de 2003
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				Noticias de
		Educacion, Universidad, Ciencia y Tecnica
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24 de octubre de 2003	     	           	Año 7 Nro. 245		
			   Segunda sección
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%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%  INDICE  %%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

---------------------------  CIENCIA Y TECNICA  -----------------------

	FUGA DE CEREBROS
	Por Nora Bär
	HAY QUE DETENER LA SANGRÍA
	Por Mario Albornoz
	BREVES DE CIENCIA Y TECNOLOGIA
	EFEMÉRIDES
	
-----------------  CURSOS, BECAS, SEMINARIOS, CONCURSOS  ---------------

	CURSOS, BECAS, SEMINARIOS
	Generales, Educación,  Ciencias Sociales, Ciencias Exactas
	e Ingeniería, Ciencias  Naturales,  Ciencias  de la Salud.
	
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--------------------------- CIENCIA Y TECNICA -----------------------------

[]	FUGA DE CEREBROS
	Por Nora Bär

	"La Argentina vende cosas baratas y lo que tiene más valor agregado
	lo regala:   los científicos de alto nivel que formamos en nuestras
	universidades." Esta advertencia fue  hecha  por la doctora Mariana
	Waissman,  física  de  la Comisión  Nacional  de  Energía  Atómica,
	durante una reciente reunión de científicos  premiados con el Konex
	con los ministros de Economía y de  Educación,  Roberto  Lavagna  y
	Daniel Filmus, respectivamente.  Y reaparece de un  modo  u otro en
	las  reflexiones  de cualquier científico que tenga a su  cargo  un
	grupo de investigación.

	"Se podría  decir  que  somos  gerontocientíficos -coincidió Carlos
Rapella, del Centro  de Investigaciones Geológicas del Conicet, otro de los
premiados-.  Cuando miramos hacia atrás, vemos que no viene nadie." 

	La preocupación por la  hemorragia  de  materia  gris  crece, entre
otras cosas, porque mientras el  sueldo  que recibe un investigador después
de completar su doctorado -que insume  entre diez y doce años de estudio, a
partir  de  la  escuela  secundaria-  asciende  a  800  pesos,  los  países
desarrollados les ofrecen una cifra varias veces superior  y  todo  tipo de
facilidades para tentarlos. 

	"Un colega acaba de venir de Canadá -cuenta Ernesto Calvo, director
del  grupo de Electroquímica Molecular, del Instituto de Química Física  de
los  Materiales,  Medio  Ambiente  y  Energía,  de  la Facultad de Ciencias
Exactas  y  Naturales  (Fceyn)  de  la  UBA-.  Allí un laboratorio necesita
producir un  kilo  de  anticuerpos  monoclonales  mensual y los científicos
canadienses no dan  abasto,  de  modo  que  están  tomando gente de todo el
mundo.  La Unión  Europea  publicó las estimaciones de cuáles van a ser sus
requerimientos  para los próximos años:    calculan  que  van  a  necesitar
500.000  científicos  más por año." Sin  poder  evitarlo,  los  científicos
reconocidos ven cómo la sangre joven del  sistema  nacional  de  ciencia  y
tecnología fluye hacia horizontes más propicios.

	Según  los últimos datos dados a conocer por  la  National  Science
Foundation y a otros de la Secretaría de Ciencia,  Tecnología  e Innovación
Productiva (que probablemente estén subdimensionados, porque corresponden a
1999), mientras aquí  existían 7037 investigadores con título de doctor, en
los Estados Unidos los  argentinos en esa misma situación ascendían a 2700.
Dicho de otro modo:  casi cuatro de cada diez investigadores argentinos con
la más alta graduación académica (exactamente,  el  38%)  trabajan  en  los
Estados Unidos. 

	Si se considera sólo la formación superior en ciencia y tecnología,
el número de argentinos en los Estados Unidos  ronda  los  10.000,  lo  que
equivale a aproximadamente un 25% del total de investigadores activos en la
Argentina.  .

	El caso norteamericano es un buen ejemplo para entender por  qué no
se puede retener a la gente de ciencia formada en el  país.    Allí,  según
datos de la National Science Foundation y el Conicet, un investigador gana,
en promedio,  58.800  dólares por año (casi 5000 dólares mensuales);  aquí,
un científico con la más alta categoría del Conicet (investigador superior)
cobra menos de 1500  pesos  mensuales,  es decir, menos de 20.000 pesos por
año, que equivalen a algo más de 7000 dólares. 

Momento de decisión
	"¿Usted le pagaría 800 pesos  por  mes  al cardiocirujano al que le
confía su vida o la de  sus seres queridos?  -pregunta Calvo-.  ¿Al abogado
que lo patrocina en un juicio penal  en  el  que está en juego su libertad?
¿O al contador del que depende el éxito  comercial  de  su  empresa?    Sin
embargo, al regresar al país e ingresar en el  Conicet  o  una  universidad
nacional, a un joven investigador que ha realizado una tesis  doctoral y un
trabajo de investigación en el exterior, tiene alrededor de 30 años,  habla
varios  idiomas,  conoce  y  practica  la  ciencia  más  competitiva  de su
especialidad y  está  en la etapa de formar o ya ha formado una familia, se
le ofrece un salario de 800 pesos.  Además, carece de apoyo, de bibliotecas
completas,  de  subsidios  competitivos,  de  cargos  y  concursos  en  las
universidades,  y  fundamentalmente  no  tiene   la  expectativa  de  poder
construir un futuro para su familia.    Esos mismos jóvenes, en Brasil o en
Chile, ganarían 1000 dólares."

	Liliana Trevani, licenciada en química de la UBA, tuvo que afrontar
esa decisión.  Después de completar su carrera  de grado trabajó nueve años
en  el  Instituto Nacional de Tecnología Industrial hasta que  se  doctoró.
"Tuve  la  oportunidad  de  completar  un  posdoctorado  en  la Universidad
Memorial  de Newfoundland, en Canadá, y pasar una temporada muy estimulante
en  la  Universidad  de  Oxford  -cuenta-.  Con mi marido, sabíamos que  la
reinserción  no  iba  a  ser  sencilla,  pero  teníamos confianza en que en
nuestras vidas  se  normalizarían  y  podríamos pensar en el futuro, aunque
volvía  a un  cargo  de  ayudante  de  trabajos  prácticos  con  dedicación
exclusiva,  habiéndome  desempeñado  años   antes  como  jefa  de  trabajos
prácticos.  Lamentablemente, entre el  desaliento  inicial  y los problemas
económicos,  en  menos  de dos años  regresé  a  Canadá  con  un  cargo  de
investigador asociado, un contrato por tres años  y posibilidades concretas
de desarrollar mi profesión en la medida de  mi  capacidad.   Al año, ambos
tenemos   trabajos  que  nos  estimulan,  mi  marido  en  un    laboratorio
farmacéutico que desarrolla drogas contra el cáncer y yo en la universidad.
Perdimos muchas  cosas:    nuestra  identidad,  nuestros  afectos, pero con
humildad pienso que  la  Argentina  está  perdiendo mucho más.  Nosotros no
sólo somos cuatro, somos  muchos, miles, y si no hay una respuesta adecuada
en el tiempo adecuado, revertir la situación actual no será imposible, pero
sí más difícil."

	Otra científica que se fue es  Claudia  Danilowicz, también formada
en la Fceyn.  Desde enero de  2002  trabaja  en  un  grupo  de biofísica de
Harvard  estudiando moléculas de ADN para la Agencia  de  Investigación  de
Proyectos de Avanzada de los EE.UU.  (Darpa).   "La  cantidad  de  recursos
disponibles es alucinante -explica- y a eso se suma que  mi  marido trabaja
como  bioquímico  clínico  en un hospital y admiran su nivel de  trabajo  y
conocimiento  (es  egresado  de  la UBA), además de cobrar un sueldo digno.
Desde aquí  es  muy  triste  ver  cómo  otros  aprovechan nuestros recursos
mientras en nuestro país se pierden casi sin remedio, y en general se trata
de gente muy joven  y  muy talentosa.  Lo cierto es que uno se pregunta por
qué  los  países avanzados nos  reciben  con  tanto  interés  y  tratan  de
mantenernos aquí a cualquier precio.   Sin duda, tienen muy en claro que no
hay desarrollo sin ciencia y sin políticas serias a largo plazo."

	Para  el  doctor  Esteban Brignole, docente e  investigador  de  la
Universidad  Nacional  del  Sur,  en  Bahía Blanca, la  vulnerabilidad  del
sistema  científico  es  crítica.  "El país está en  riesgo  de  perder  la
capacidad  de  tomar  decisiones  sobre  cómo  utilizar  la  ciencia  y  la
tecnología para cambiar nuestra realidad.  Tenemos una gran capacidad, pero
se nos está acabando el combustible:  las personas."

	"Para hablar  de  desarrollar  incubadoras de empresas de riesgo se
necesitarían 15.000 ingenieros  desarrollistas, unos mil doctorados por año
-asegura Oscar Martínez, físico  de  la  UBA-.    Así  no podemos pensar en
incubar porque no tenemos una  masa  crítica.    Y para eso se necesitarían
unos 50 millones de dólares, que  no  es un número significativo dentro del
PBI nacional.  Es significativo dentro de  nuestra cultura, porque en lugar
de pensar que lo estamos invirtiendo sentimos que  se  lo estamos sacando a
alguien."

	Calvo  ensaya  algunos  números.    "Para pensar en retener  a  los
jóvenes más valiosos -subraya- el sueldo inicial de un investigador debería
rondar los 1500 o 2000 pesos.  Además, se les deberían  asegurar  subsidios
de inicio de carrera de hasta 100.000 dólares para equipamiento y de 20.000
dólares  anuales  por  no  menos de cinco años, con una estricta evaluación
internacional al  cabo  de  ese  período.  Estos montos podrían potenciarse
para  grupos  de  investigadores  que  quieran  instalarse  en  lugares  de
desarrollo incipiente.  Con estas condiciones es probable que muchos de los
que emigraron en los últimos  diez  años  piensen  en regresar.  Son fondos
relativamente  modestos  en  relación  con  el    potencial  beneficio  que
arrojarían en el mediano plazo." 

Medidas pendientes de resolución 
	Sin  considerar la inversión terciaria, se calcula  que  el  Estado
invierte  unos  100.000  pesos  en  la  formación de  la  beca  doctoral  y
posdoctoral  de  cada  uno  de  los  futuros  miembros  del    Conicet    e
investigadores que emigran con título de doctor.

	Por  eso,  una  de  las  preocupaciones del presidente del Conicet,
doctor Eduardo Charreau, es que se tomen las medidas necesarias para que no
se pierda ninguno de los graduados que hayan realizado posgrados.

	"Si se pierde la capacidad de garantizar la reposición del personal
indispensable para  la continuidad, el sector científico alcanzará un punto
de no retorno.    Y  más aún si se considera la evolución de la composición
etaria de sus investigadores,  que muestra claramente el envejecimiento del
sistema", afirma Charreau.

	Actualmente se encuentran en trámite medidas de descongelamiento de
vacantes  y nombramientos en las carreras  del  Investigador  Científico  y
Tecnológico  y  del  Personal  de Apoyo a  la  Investigación  Científica  y
Tecnológica, pero esto no podrá concretarse si no  se  toman  con  urgencia
ciertas decisiones.

	El  cumplimiento  del  crédito  otorgado al Conicet para el  último
trimestre  del  año, fundamentalmente en lo referido a gastos en  personal,
permitiría  el  ingreso  de  250  investigadores seleccionados en 2002 a la
Carrera del Investigador.

	También sería  necesario retomar los niveles históricos de pago por
informes aceptados y  antecedentes de investigación previos al ingreso a la
carrera, que fueron cancelados  por  razones  presupuestarias  en  marzo de
1996.

	Habría que incorporar a gastos de personal 22 de los 30 millones de
pesos del aumento asignado al Conicet. 

	Según el titular de esta institución  científica,  esto  permitiría
aumentar el sueldo de los investigadores que  se  encuentran  más rezagados
sin  necesidad  de  apelar  a  medidas  que requieran  la  modificación  de
reglamentos salariales en vigencia. 

(Fuente: La Nación)
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[]	HAY QUE DETENER LA SANGRÍA
	Por Mario Albornoz*

	La  Argentina,   que  alguna  vez  fue  tierra  de  atracción  para
emigrantes, hoy se ha convertido en un país de diáspora.    

	No en pocas  oportunidades  a  lo  largo  de  nuestra  historia  se
produjeron  exilios  masivos  como    consecuencia   de  las  persecuciones
políticas, pero en los últimos años la emigración se viene ajustando a otro
patrón -el económico- y comprende a  muchas  personas  dotadas del más alto
nivel de formación;  los que están  más  capacitados para desempeñarse como
investigadores científicos y tecnológicos.  

	Es  muy  elevado  el  número  de  jóvenes  talentosos  (en  ciertas
especialidades,   mayoritario)  que  se  marcha  del  país  en  busca    de
oportunidades que aquí les son negadas.  Muchos se van  con el propósito de
realizar su formación de posgrado en el exterior, pero luego tratan  de  no
regresar.   Los  testimonios recogidos en las universidades, los centros de
investigación y en  los  propios  entornos  familiares  dan cuenta de esto.
También los datos que  se obtienen en otros países confirman esta creciente
migración de talentos argentinos.   Se  trata  de un drama social y también
económico sobre el que es urgente llamar la atención y tomar medidas.  

	Sin embargo, lo primero es entender la naturaleza del problema.  El
fenómeno  va  a  contramano  de los países  más  desarrollados,  que  ponen
especial cuidado en la expansión y sostén de su capital humano.  Claro está
que  entre ellos también hay migración de talentos hacia  los  centros  más
avanzados,  pero  se  compensa  con la atracción de quienes han  sido  bien
formados  en  países  de  desarrollo  intermedio.    Por  eso,  el fenómeno
argentino no es diferente de la sangría que experimentan otros países, como
la  India,  en  el  caso  de  los  profesionales  de  la  informática.    .
Paradójicamente, estamos subsidiando así  la  ciencia,  la  tecnología y la
economía de los países más  ricos.    Para  revertir la actual tendencia es
preciso recuperar la convicción que ya  tuvo  este  país  a  partir  de  su
organización como Estado moderno acerca de la importancia de la educación y
de la ciencia.  

	Esto es mucho más urgente en esta etapa  histórica, signada en todo
el mundo por la importancia del conocimiento.  Sin  embargo, hoy por hoy es
muy difícil que vuelvan quienes se han ido, pero estamos  a tiempo de hacer
lo necesario para que no se sigan yendo.    

	Es  responsabilidad del Estado, pero también de las empresas, crear
puestos  de    trabajo    adecuadamente    remunerados   para  los  jóvenes
investigadores y tecnólogos.    Por  cierto,  no  se  trata solamente de un
problema que se resuelve  con  mayor presupuesto:  es necesario formular un
proyecto nuevo y convocante, con  metas  de  largo  plazo,  para la ciencia
argentina.  .  Este proyecto  debe  estar  orientado  a dar respuesta a los
requerimientos de la sociedad.  Sólo si  nos  decidimos a usar los talentos
de los argentinos como instrumento para el desarrollo  será posible detener
la  sangría.  A quienes se han marchado hay  que  ofrecerles  la  forma  de
colaborar en esta tarea, desde el lugar del mundo en  el que se encuentren.
Los  argentinos  en la diáspora forman parte también del capital humano  de
este país. 

* Mario Albornoz es director del Grupo Redes 

(Fuente: La Nación)	
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[]	BREVES DE CIENCIA Y TÉCNICA

>	LA  ESQUIZOFRENIA:    UN  PROBLEMA    QUÍMICO.       Un  equipo  de
investigadores  de las Facultades de Ciencias  Exactas  y  Naturales  y  de
Medicina de la UBA estudió qué pasa  en el cerebro cuando una persona sufre
alucinaciones.  Las alteraciones químicas que se producen  son  similares a
las halladas en aquellos que padecen esquizofrenia.  Este  avance  abre  el
camino para el desarrollo de fármacos efectivos contra esa enfermedad.

Más información en: http://www.fcen.uba.ar/prensa/

>	REVISTA  DE EDUCACIÓN EN ASTRONOMÍA.  Se anunció el lanzamiento  de
la  Revista Latinoamericana de Educación en Astronomía (RELEA) que será una
revista  on-line,   indexada  y  los  artículos  serán  arbitrados  por  el
procedimiento de "revisión  doblemente  ciega por pares" (double-blind peer
review).  La revista  es  de  particular interés para quienes se relacionan
con la enseñanza, la historia  y la divulgación de la astronomía, El primer
número debe salir antes de fin de este año.
	Los principales objetivos de la RELEA  son:   suplir la ausencia de
una publicación específica en el área de  Educación  en Astronomía;  ser un
espacio  para  la divulgación de la producción de  los  países  de  América
Latina en esa área;  atender a los educadores, investigadores y estudiantes
de  Astronomía,  en  los  diversos  niveles  de enseñanza, proveyéndolos de
elementos  metodológicos  y  de  contenidos  educativos;    y  fomentar  el
desarrollo de investigación  en  el  área de Educación en Astronomía en los
países latinoamericanos.
	La  RELEA es compuesta  de  las  siguientes  secciones:    Cultura,
Historia  y  Sociedad;   Formación  de  Maestros;    Enseñanza-Aprendizaje;
Recursos  Didácticos;  Políticas Educacionales;   Actualidades;    Reseñas;
Eventos.
	Está  abierta  la  primera  llamada  para artículos;    podrán  ser
redactados en portugués, castellano o inglés.  Los  interesados  en someter
trabajo    podrán    encontrar  mayores  informaciones  sobre  la  RELEA  e
instrucciones para autores en la dirección abajo.

Más información en: http://www.iscafaculdades.com.br/relea 

>	AMOR  ANIMAL.    El  cuidado paternal, característico en la especie
humana, podría  ser  un rasgo primitivo presente en todos los primates.  Un
estudio sobre el  comportamiento  de  los  babuinos  sugiere  que  éstos se
preocupan y cuidan de  sus  hijos,  incluso  en  las  disputas  que  puedan
protagonizar entre ellos.
	Los científicos habían seleccionado a  los babuinos para un estudio
de tres años porque machos y  hembras suelen poseer múltiples parejas, y no
desarrollan conexiones permanentes entre ellos.  Por  la  misma  razón, los
padres babuinos deberían tener escasa certeza sobre si  una  cría es suya o
no.
	Se  analizaron cinco grupos de babuinos que viven a  los  pies  del
monte Kilimanjaro, en Kenya.  Tras un prolongado seguimiento, los  zoólogos
constataron  que  los  padres  tomaban rápidamente partido por sus pequeños
cuando éstos  se enzarzaban en peleas y disputas, poniendo de manifiesto un
sentimiento de cuidado paternal fuertemente arraigado.  Si este sentimiento
está presente en los  babuinos,  es  muy  posible  que  lo  estuviera ya en
especies de primates muy antiguas.
	Para llegar a esta conclusión,  Susan Alberts y Jason Buchan, de la
Duke University, Joan B.  Silk,  de  la  University  of  California  en Los
Angeles,  y Jeanne Altmann, de la Princeton  University,  determinaron  con
exactitud la paternidad de muchas crías sin perturbar  a  la población.  Se
recogieron heces y se analizó su ADN para compararlos.
	Durante el seguimiento, se recogieron datos de 75 crías  de babuino
con  padres claramente identificados.  La mitad de ellos compartían  grupos
sociales con  ellos.    Los  observadores  también  identificaron 15 machos
adultos viviendo en  grupos que incluían a su propia descendencia y a crías
que no lo eran.    Excepto tres de los babuinos machos, todos prestaban más
atención a sus crías que a las demás.
	Entre julio de 1999 y julio de 2002, se presenciaron 73 disputas en
las que un macho intervino entre  dos  crías.    Una de ellas era suya y la
otra  era  desconocida.  En 69 de  tales  conflictos,  los  padres  tomaron
partido por su descendencia.  Los científicos no  saben  cómo  los babuinos
padres son capaces de identificar a los pequeños como propios.

Más información en: http://www.nsf.gov/od/lpa/news/03/pr0395.htm
http://www.princeton.edu/~baboon/publications/ 2003Nature425.pdf
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      ///////////////// FIN DE LA SEGUNDA SECCION  \\\\\\\\\\\\\\\\\
      \\\\\\\\\\\\\\\\ CONTINUA EN TERCERA SECCION /////////////////

Educyt, semanario de noticias de Educacion, Universidad,  Ciencia y Tecnica
Editores  responsables:    Fernando  Demarco  y  Carlos  Borches

E-mail:  educyt@de.fcen.uba.ar


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