Cable Semanal Electrónico.
Año 13 - Nro. 454 - 2da. Sección
10 de junio de 2002
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			    10 de junio de 2002
			      Año 13 - Nº 454
			       Segunda parte
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***ÍNDICE

	HISTORIA
	NOTICIAS BREVES

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//////////////////////////////// HISTORIA \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\

 >>>	DEL ÁTOMO A LA BOMBA

	Notas históricas sobre "Copenhague"
	Por Juan Pablo Paz (1)

	En este momento, el Teatro  Gral.    San  Martín  tiene  en  escena
	"Copenhague", una obra de Michael Frayn donde se aborda la relación
	entre los célebres físicos Niels Bohr y  Werner  Heisenberg durante
	los  trágicos  tiempos  de  la  Segunda Guerra Mundial,  hecho  que
	significó  para  la  ciencia  la  "perdida  de  la inocencia".    A
	continuación  presentamos  una nota de Juan Pablo Paz, director del
	Departamento de  Física,  escrita  y  publicada originalmente en la
	revista Teatro del Complejo Teatral San Martín de Buenos Aires.

El átomo y su núcleo

	El  siglo  XIX  culminó con la confirmación de que la materia  está
compuesta  por  átomos, la comprensión de las leyes del electromagnetismo y
la demostración  de  que  las  corrientes  eléctricas  se  producen  por el
movimiento de pequeñas  partículas cargadas negativamente:  los electrones.
Como los átomos son  neutros,  la  carga de los electrones debe compensarse
con otra.  La forma en que las cargas eléctricas, positivas y negativas, se
distribuyen  dentro del átomo era un  verdadero  misterio  cuya  resolución
condujo al descubrimiento del núcleo atómico.   Ernest  Rutherford  decidió
investigar  las  propiedades  del átomo bombardeando láminas metálicas  con
partículas    cargadas.       El  experimento  demostró  que  una  fracción
sorprendentemente grande  de  los  proyectiles  rebotaba lo cual sólo podía
explicarse suponiendo que  los  mismos  encontraban a su paso un objeto muy
masivo y cargado positivamente.  En 1910, Rutherford explico sus resultados
con una idea revolucionaria:   el  átomo  está  formado  por  un núcleo que
concentra casi toda la masa atómica y tiene carga eléctrica positiva.  A su
alrededor se encuentra una nube de electrones.

Bohr entra en escena

	La idea del átomo como un sistema  planetario  con  el núcleo en el
centro  y los electrones a su alrededor era  atractiva  pero  imposible  de
aceptar:    Debido  a su movimiento los electrones irradiarían  rápidamente
toda su energía y caerían inevitablemente sobre el núcleo.   La estabilidad
del  átomo  fue  un  misterio hasta que en 1913 Niels Bohr  revolucionó  la
física proponiendo una solución.  Para eso postuló que, contrariamente a lo
establecido por  la  física  Newtoniana,  los  electrones  no podían ocupar
cualquier órbita:  su energía no podía variar continuamente sino que estaba
"cuantizada".  Este fue  el  primer modelo cuántico del átomo, inspirado en
los principios que unos años  antes  Max Planck había sugerido para la luz.
Según Bohr, la emisión o absorción  de luz se produce en paquetes (fotones)
cuando el electrón salta entre dos órbitas con energía permitida.  El átomo
de Bohr conmovió la física de la época  e  indujo preguntas para las cuales
aún no había respuesta.  Vinieron años de crisis profunda, que dieron lugar
al nacimiento de una nueva física:  la mecánica cuántica.

Heisenberg y la mecánica cuántica

	En  1900  el  edificio  de  la  física  clásica  había comenzado  a
tambalear  cuando Max Planck, mostró que las propiedades de la luz  emitida
por cuerpos  calientes  podían  explicarse suponiendo que la energía estaba
almacenada en paquetes  (cuantos).    Albert Einstein aplicó esta idea para
explicar el efecto fotoeléctrico en trabajos que mostraron que la luz, a la
que  hasta ese entonces se  concebía  como  una  onda,  tenía  un  carácter
granular o discreto.  La energía  de  las ondas de luz estaba cuantizada y,
tal como estableció Bohr, lo mismo sucedía  con  la  los  electrones  en el
átomo.  Al poco tiempo, Louis de Broglie  se atrevió a proponer que si bajo
ciertas   condiciones  la  luz  manifestaba  un  carácter  corpuscular  era
esperable  que  las  partículas, en ciertas circunstancias, manifestaran un
carácter ondulatorio.

	Nació así  la  idea  de  las  ondas de materia, cuya existencia fue
confirmada experimentalmente en 1927 por experimentos en los que se observó
la difracción de electrones.

	La  construcción  de  una    teoría   coherente  que  explicara  un
comportamiento  tan extraño de la  naturaleza  que,  según  el  experimento
realizado,  se  manifestaba  como  corpúsculo  u   onda.    fue  una  tarea
turbulenta.  Werner Heisenberg en 1925 dio  un  paso  radical:  formuló una
teoría,    la   mecánica  cuántica,  basada  exclusivamente  en  magnitudes
observables.    La  trayectoria  del electrón en el átomo  pasó  a  ser  un
concepto obsoleto e inútil.  La nueva mecánica cuántica tenía  una cualidad
fundamental:  sus predicciones eran probabilistas.  La física aceptaba, por
primera  vez,  al    indeterminismo  como  una  propiedad  esencial  de  la
naturaleza.

	En 1927  Heisenberg  demostró  que  su  teoría  (o  la  equivalente
propuesta por Schrödinger  en 1926) obedecía el principio de incertidumbre:
cuanto  mayor es la  precisión  con  que  se  conoce  la  posición  de  una
partícula, menor será la precisión con que se puede conocer su velocidad (y
viceversa).  Los trabajos de Heisenberg  y  Bohr  mostraron  también que el
acto de medir requiere una interacción que  siempre  altera  el  estado del
sistema medido.

	Estas ideas, que cambiaron la concepción del mundo microscópico son
la base de la mecánica cuántica, teoría que fue puesta a prueba en los años
siguientes prediciendo  con  asombrosa  precisión fenómenos de la física de
las moléculas, los átomos y los núcleos.

Los neutrones y la física nuclear

	Con el tiempo,  la  evidencia  fue  mostrando que el núcleo atómico
estaba compuesto por partículas  de  carga positiva, los protones, pero que
en su interior había otras  partículas  sin  carga.    En 1932 Chadwick las
detectó, estableció que su masa es  casi  igual  a la de los protones y las
denominó neutrones.  Se encontraron numerosos elementos con el mismo número
de protones en su núcleo pero con distinto  número  de  neutrones.    Estos
átomos,  químicamente  idénticos  pero  con  distinta  masa, se denominaron
isótopos y su presencia fue detectada en distintos materiales.  Por ejemplo
el uranio natural contiene 99% de U-238 (con 92 protones y 146 neutrones) y
menos del 1% de U-235 (con 143 neutrones en su núcleo).

	Por ese  entonces  los  físicos estudiaban la estructura del núcleo
bombardeándolo con diversos  proyectiles  e  iniciaban  una  nueva alquimia
transmutando unos elementos en otros.  Los neutrones resultaron proyectiles
ideales para examinar al núcleo ya que, al no ser repelidos eléctricamente,
penetran  profundamente  en  su  interior.   Heisenberg  y  otros  teóricos
propusieron modelos sobre la composición del núcleo.

	Bohr dio un paso importante en 1937 cuando presentó su teoría sobre
el núcleo compuesto en la que se lo  concibe  como una gota líquida con una
mezcla de protones y neutrones en su interior.

La fisión nuclear

	En  1934  Enrico  Fermi,  en  Roma,  realizó  tediosos experimentos
bombardeando distintas substancias con neutrones.  Cuando le llegó el turno
al  uranio  detectó  la  aparición de una sustancia radioactiva que no  fue
capaz  de  identificar.    En  1938  Otto  Hahn,  en  Berlín,  determinó la
composición de  esta  extraña  sustancia:  era bario, un elemento cuyo peso
atómico es casi  la  mitad  del uranio.  Hahn, que no comprendía como había
sido posible producir bario a partir de uranio, envió sus resultados a Lise
Meitner, su antigua colaboradora, emigrada  a Suecia escapando del nazismo,
quién logró desentrañar el misterio junto  a  Otto  Frisch:   utilizando el
modelo de Bohr comprendieron que los neutrones  penetraban  en el núcleo de
uranio y lo partían en dos fragmentos de  tamaño  similar.    Utilizaron el
nombre  "fisión"  para  designar a este proceso en el  que  se  libera  una
energía  cien  millones  de  veces mayor que la producida en  una  reacción
química.

	La fisión atrapó el interés de los físicos.   Bohr llevó la noticia
a EE.UU.  donde Fermi, quién había escapado del  fascismo,  demostró que en
la  fisión  de  cada  núcleo  de  uranio se producían también  dos  o  tres
neutrones.   De  inmediato  Szilard  comprendió  que  esos neutrones podían
utilizarse para producir  una  reacción  en  cadena,  lo  que  daba a estos
descubrimientos un enorme potencial bélico.  La descripción detallada de la
fisión del uranio llegó de  la  mano  de Bohr y Wheeler quienes demostraron
que  sólo  los  núcleos de U-235  eran  fisionables  por  neutrones  lentos
mientras  que  los  de  U-238 los absorbían  sin  fisionarse.    La  escasa
abundancia del U-235 parecía un obstáculo insalvable para  la  construcción
de una bomba atómica.

La carrera por la bomba

	En  1939,  alertado por resultados publicados por Joliot Curie,  el
físico  alemán Harteck presentó una propuesta al ejército de su  país  para
desarrollar  investigaciones  nucleares.  Se crea el "club del uranio", del
cual participa  Heisenberg.    En EE.UU., Einstein, a propuesta de Szilard,
escribe  una carta  al  presidente  Roosevelt  instándolo  a  apoyar  estas
investigaciones.  La carta tuvo pocos efectos prácticos:  una comisión para
estudiar  el asunto y un  modesto  apoyo  a  la  investigación  nuclear  en
universidades.

	En 1940, Otto Frisch y Rudolf Peirels  se encuentran en Inglaterra,
donde habían emigrado escapando del nazismo.  Con  tiempo  suficiente  a su
disposición,  Peirels decide calcular en forma detallada la masa  de  U-235
necesaria  para producir una reacción nuclear auto sostenida.  Llega  a  un
resultado sorprendente:  la masa crítica sería de tan sólo dos  kilogramos,
un valor que poco después demostró ser incorrecto.  El método utilizado por
Peirels  y  Frisch  fue convincente y su resultado mostró que una explosión
nuclear no requería cantidades exorbitantes de material fisionable.

	Este  trabajo,  rápidamente  comunicado  a  los  gobiernos inglés y
norteamericano, tuvo un impacto importante en la decisión aliada de iniciar
un esfuerzo en  gran escala:  el proyecto Manhattan.  Como parte del mismo,
en 1941 Enrico Fermi  construye  un  reactor con uranio natural logrando la
primera  reacción  nuclear  auto sostenida.    Los  aliados  concentran  su
esfuerzo en Los Álamos bajo la dirección de Oppenheimer, construyen cientos
de miles de instrumentos para separar isótopos  y  reactores  para producir
plutonio.  En este proyecto secreto, al que  Bohr se suma en 1943, trabajan
decenas de miles de personas.  En julio de  1945  se  terminan tres bombas:
dos de plutonio y una de U-235.  Semanas mas  tarde, dos de ellas destruyen
Hiroshima y Nagasaki.

El fracaso del proyecto alemán

	Pese a comenzar antes que los  aliados,  los alemanes fracasaron en
sus intentos de obtener aplicaciones de la  fisión.  Las razones son motivo
de debate pero es evidente que errores técnicos  y  dificultades materiales
afectaron  al  esfuerzo  alemán.    Ninguno  de  sus científicos,  incluido
Heisenberg quién a partir de 1941 lideró el grupo mas importante, fue capaz
de  comprender que la masa crítica de U-235 podía obtenerse en  el  mediano
plazo.  Por el contrario, parecían convencidos de que su valor era  cercano
a las dos toneladas.  Una clara evidencia de esto surge de las  grabaciones
realizadas en Farm Hall, donde los aliados mantuvieron detenidos a un grupo
de físicos alemanes  luego  de  la caída de Hitler.  Allí, tras la bomba de
Hiroshima y sin percibir  que  sus  palabras  estaban  siendo  registradas,
Heisenberg ensayó explicaciones erróneas en donde mostró su desconocimiento
sobre la física de la bomba.  Los ingredientes básicos para ella, el uso de
U-235  fisionado  por  neutrones  rápidos,  parecen  haber  escapado  a  la
brillantez de Heisenberg y sus colegas que concentraron  su  atención en la
construcción de un reactor, que tampoco llegó a funcionar debido nuevamente
a errores y dificultades materiales.

La ética de los científicos

	Uno  de  los aspectos mas  interesantes  de  esta  historia  es  el
vinculado a la responsabilidad de los  científicos ante investigaciones con
aplicaciones  bélicas  o  cuestionamientos  éticos (entre las  que  hoy  se
destacan  las  investigaciones  en  bioingeniería).    La humanidad  podría
requerir    de   sus  científicos  que,  ante  cuestionamientos  éticos  se
autolimiten  en  sus  investigaciones.  Suele suceder, sin embargo, que  la
ciencia  sólo  es  capaz  de  plantearse esos cuestionamientos cuando ya es
demasiado tarde.  La historia que aquí se cuenta muestra que el  uso  de la
fisión nuclear fue consecuencia de la sistemática apertura de varias "cajas
de  Pandora".     Nadie  hubiera  osado  proponer  la  interrupción  de  la
investigación básica sino hasta  el  momento en que ya era demasiado tarde.
La conclusión es doble:   Por un lado la lucha por la utilización humanista
del  conocimiento científico y tecnológico es  deber  de  todos  los  seres
humanos, científicos o no.  Por otra parte los científicos no pueden diluir
su responsabilidad individual ante la disyuntiva de aceptar  trabajar  o no
en investigaciones cuestionables.  En ese sentido su actitud  debe  ser  la
misma que la de cualquier otro habitante de este planeta que aspire a poder
sostener la mirada de sus hijos.

Un misterioso encuentro en Copenhague

	En 1941,  mientras  las  principales  potencias del planeta estaban
embarcadas en la  guerra,  dos figuras centrales de la física se encuentran
en Copenhague.  Son Niels Bohr y Werner Heisenberg.

	Heisenberg cargaba con el  dudoso  privilegio  ser  el único de los
"grandes de la nueva física"  que  permanecía en la Alemania Nazi cuando ya
el resto de sus colegas había  optado  por  escapar  a zonas más seguras de
Europa o América.  Bohr deploraba a  los Nazis y mantenía contactos con los
aliados.  Haisenberg conducía el programa nuclear alemán.

	Pero a pesar de  estas  diferencias,  Heisenberg  llegó a Dinamarca
para ver a su venerado  maestro  y  le pidió que fueran a un parque cercano
para  mantener  una  charla.  La  pregunta  que  sigue  sin  una  respuesta
definitiva es ¿Cuál fue la razón de esta entrevista?  ¿Heisenberg quiso que
Bohr lo ayudara en la construcción de la  bomba alemana o estaba decidido a
que los aliados conocieran el estado de la situación alemana?

	De hecho, ni Heisenberg ni Bohr revelaron jamás lo charlado aquella
noche y fue  la propia esposa de Bohr quien alimentó la leyenda contando en
una carta personal sus inquietudes ante el misterioso encuentro.

	Estas cuestiones son abordadas  en  la  pieza teatral "Copenhague",
del  inglés  Michael  Frayn,  cuyo    aspecto    más    fascinante   es  su
'incertidumbre'.  Incertidumbre que es traducida  en  la  pieza como varias
posibles versiones de lo que pudo haber  sucedido,  y  en cada una de estas
opciones se entrelazan profundas decisiones éticas.  Si Heisenberg pone por
delante de cualquier convicción su indiscutido patriotismo le entregaría  a
un asesino como Hitler un instrumento de destrucción global.   El precio de
la victoria para Alemania tendría un altísimo costo humano.

	Por otra parte, boicoteando a su país (como algunos piensan que  lo
hizo al pasarle información reservada a Bohr) él ayudaría a los enemigos de
su  país  a construir la misma arma y podría volver a poner de  rodillas  a
Alemania como ya lo había estado al terminar la Primera Guerra.

	Como en la física, es imposible para Heisenberg encontrar el camino
cierto con precisión absoluta.


///////////////////////////// NOTICIAS BREVES \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\

 >>>	X JORNADAS FITOSANITARIAS ARGENTINAS

	Durante los días 26, 27 y 28 de junio, la  Facultad  de Agronomía y
Veterinaria  de  la  Universidad  Nacional  de  Río  Cuarto  organiza estas
jornadas sobre  "Malezas y su manejo, Enfermedades y su manejo, Plagas y su
manejo, y Terapéutica vegetal".

Informes: Página web: http://www.ayv.unrc.edu.ar/
E-mail: jfitosanitarias@ayv.unrc.edu.ar


 >>>	GESTIÓN AMBIENTAL

	Del 11 al  14  de  septiembre  de  2002,  el  Colegio de Ingenieros
Especialistas de Córdoba, organiza  este  congreso que se llevará a cabo en
Córdoba, Argentina.

E-mail: comisionambiente@ciec.com.ar sfedeli@ciec.com.ar o ciec@ciec.com.ar
Web: http://www.congresoambiente.com.ar/


 >>>	SISTEMAS DE AGROALIMENTOS

	El 1º de julio la Facultad de Agronomía, UBA, dictará este curso de
especialización en Gestión Ambiental en Sistemas de Agroalimentos.

Informes: sratto@mail.agro.uba.ar o giuffre@mail.agro.uba.ar


 >>>	SUSTANCIAS Y RESIDUOS PELIGROSOS

	Durante los días 18, 19, 25 y  26  de  julio,  y  1ro., 2, 8 y 9 de
agosto de 2002, se dictará este curso extracurricular  de  grado y posgrado
sobre  Gestión  de sustancias y residuos peligrosos.  Aspectos  técnicos  y
legales en la Universidad de Morón.

Informes: E-mail: graduados@unimoron.edu.ar
Website: exactas@unimoron.edu.ar

 >>>	CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

	Del 17 al 20 de junio de 2002 se dictará  este  curso  de  posgrado
sobre  Evaluación  del  riesgo  ecológico de la contaminación ambiental que
tendrá lugar  en la Universidad Nacional de Luján, Departamento de Ciencias
Básicas.

Informes: http://www.estrucplan.com.ar/Secciones/Eventos/argentina.asp


 >>>	AUDITOR DE GESTIÓN AMBIENTAL

	Del 6 al  10  de  agosto  de 2002 se realizará en Buenos Aires este
curso organizado por AIDIS.

Informes: E-mail: aidisar@aidisar.org
Web: http://www.aidisar.org/


 >>>	JORNADAS INTERNACIONALES DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA UNIVERSIDAD

	Del 13 al 15  de  junio,  la  Universidad  Nacional  de  Río Cuarto
organiza  estas  jornadas  sobre  las   "Dimensiones  sociales,  políticas,
económicas y culturales:  conocimientos para la construcción de la sociedad
futura".

Informes: E-mail: uninvest@hum.unrc.edu.ar
Página Web: http://www.unrc.edu.ar/eventos/


 >>>	AGUAS SUBTERRÁNEAS Y DESARROLLO HUMANO

	Del 21 al  25  de  octubre  de  2002  se  realizará  este congreso.
La presentación de resúmenes vence el 14 de noviembre de 2001.

E-mail: scaesar@argenet.com.ar
Web: http://www.mdp.edu.ar/exactas/geologia/iah2002/iah2002/


 >>>	XIX CONGRESO NACIONAL DEL AGUA

	Del 12 al 16 de agosto de 2002, en Córdoba, Argentina.

Informes: E-mail: cba2002@gtwing.efn.uncor.edu


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Edicion Electronica del Cable Semanal
Producido por la Oficina de Prensa
Secretaria de Extension, Cultura Cientifica y Bienestar
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales - UBA

Editores Responsables: María Fernanda Giraudo y Carlos Borches
Redacción: Patricia Olivella
Soporte Tecnico: Matias R. Pedraza.

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