• POR AUMENTO PRESUPUESTARIO Y SALARIAL
• POR CONCURSOS ABIERTOS EN TODO EL PAIS
• POR UN SISTEMA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA QUE PRIVILEGIE LOS ANTECEDENTES SOBRE LA ANTIGÜEDAD
• POR LA REFORMA INMEDIATA DEL SISTEMA DE INCENTIVOS, GARANTIZANDO CATEGORIZACION A LOS TESISTAS Y BECARIOS

Sabemos que el desarrollo del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT) está ligado íntimamente al del país. Por lo tanto el mismo no ha salido indemne de la debacle económica de los últimos 40 años, que ensanchó las diferencias entre ricos y pobres, destruyendo la clase media; llevando la desocupación y la exclusión social a límites incompatibles con la supervivencia del país; eliminando la industria nacional y el mercado interno; y con un Estado que se desentendió de la salud y la educación públicas. La Universidad fue testigo hace 39 años del inicio de esta tragedia en los hechos conocidos como "La Noche de los Bastones Largos", cuyos alcances se profundizaron en Marzo de 1976.

Solamente en el marco de un proyecto de país que revierta la situación antes descripta tiene sentido un SNCyT. Las acciones encaradas por este Gobierno, enmarcadas en el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, han sido en general alentadoras. Sin embargo, se debe tener en cuenta que ningún plan de CyT tiene sentido si no se define como Política de Estado y se aplica consistentemente por períodos largos, en los que se pueda evaluar sus resultados y donde los actores conozcan las reglas de juego.

Nuestro vecino Brasil lo ha hecho. Comenzó desde un sistema pequeño que recibió algunos de nuestros emigrados del ’66 y hoy es muy superior a nosotros en casi todas las áreas.

Los aumentos de sueldo otorgados desde el 2003 han permitido mitigar en parte la crítica situación económica en la que vivíamos los docentes e investigadores. No pretendemos que los docentes-investigadores sean los únicos beneficiados en un contexto social de marginalidad y exclusión. Por eso valoramos las señales que indican un rumbo en materia de aumentos salariales, siempre que se defina con claridad el destino final. Debe definirse claramente cuál es la meta, por ejemplo equiparar los sueldos del sector con los de Brasil y Chile, y cuáles son sus plazos.

Deben buscarse mecanismos que den más peso a los antecedentes de las personas que a la mera antigüedad tanto en la asignación de categorías como en el salario final. Deben eliminarse las distorsiones salariales acumuladas en el CONICET durante la década el 90, abonando el mismo sueldo  por los mismos antecedentes. Debe hacerse que todo el salario sea remunerativo para que tengamos una jubilación digna.

Debe crearse inmediatamente un programa de mejora de la infraestructura, que permita revertir el estado de colapso actual de las instalaciones producto de 40 años de ausencia de inversión. El gasto únicamente en sueldos o en compra de equipos es inútil si no se los puede mantener y no hay edificios adecuados donde desarrollar las actividades.

PERO LOS INVESTIGADORES EXIGIMOS MUCHO MÁS QUE SALARIOS Y PRESUPUESTO.

Debe coordinarse desde el Gobierno Nacional un plan que obligue a la realización de concursos abiertos para todas las plazas de docentes-investigadores en las Universidades Nacionales. Debe también quedar explicitada la periodicidad de cargos, baluarte de la Reforma Universitaria del '18, no prestándose a acordar convenios colectivos que impliquen aceptar la carrera docente con concursos cerrados o semi-cerrados llamados eufemísticamente "estabilidad".

La meta de crecimiento anual del SNCyT, de 500 doctores admitidos a la Carrera del Investigador y 1.500 becas nuevas, mayormente de doctorado, debe cumplirse garantizando estrictamente los mínimos de excelencia requeridos. De lo contrario se logrará un crecimiento ficticio, políticamente útil, pero muy negativo a mediano plazo para el desenvolvimiento del sistema.

La actual forma de asignar categorías en el llamado "Programa de Incentivos para Docentes Investigadores" asigna mucho mas peso a los cargos ocupados que a la producción de real calidad, distorsionando completamente los resultados. ¿Por qué debe tener la máxima categoría un profesor titular regular que no tiene producción científica de calidad y no la puede tener un profesor adjunto interino con antecedentes destacados? En la categorización realizada recientemente se ha asignado categorías altas (I y II) a personas que no cumplen con los requisitos mínimos de las mismas y se ha negado la categoría inicial (V) a Becarios que están realizando su tesis doctoral y cumplen con los requisitos establecidos. Esta última situación, que afecta al grupo que está en peores condiciones de remuneración, genera una señal muy negativa que debe ser corregida inmediatamente. Por todo esto, deben reverse los resultados de la última categorización y los criterios generales del programa de incentivos.

Las evaluaciones que se realizan en el SNCyT tienen problemas muchas veces relacionados con los conflictos de intereses. Los científicos somos seres humanos con la misma ética media de la sociedad en la que vivimos, por lo que es un error idealizarlos. En este sentido debe tenderse a unificar los bancos de evaluadores con países de la región, como por ejemplo Brasil, México y Chile mediante convenios de reciprocidad.

Finalmente, todos los organismos del sistema, tanto el CONICET como las Universidades Nacionales, deben rendir periódicamente cuentas a la sociedad sobre el destino que han dado a los recursos recibidos. Muy especialmente en el caso de la Universidades, como retribución a la confianza depositada por la sociedad al darles la autonomía. Es imperioso que la sociedad y sus representantes conozcan detalladamente indicadores de la evolución del sistema, que deben contener datos relativos a la cantidad de alumnos, docentes, horas de clase, graduados, producción científica y tecnológica, etc.

Los investigadores del sistema de Ciencia y Técnica estamos dispuestos, una vez mas, a hacer la parte del esfuerzo que nos corresponde para lograr la recuperación de nuestro país, pero es indispensable que desde el Gobierno Nacional se marque un rumbo claro y se ejecuten políticas de hechos concretos en este sentido.