FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES
Acta de la
Sesión ordinaria del 3 de noviembre de 2008
Versión
Taquigráfica
Presidencia del Decano: Jorge Aliaga
CLAUSTRO DE PROFESORES
BURTON, Gerardo
MORENO, Silvia
MARCECA, Ernesto
PALACIOS, Ramón
HASSON, Esteban
PAZ, Juan Pablo
VILAS, Juan
CLAUSTRO DE GRADUADOS
LÓPEZ DE CASENAVE, Javier
SOLOVEY, Guillermo
GRAZIANO, Martín
GASSMAN, María
CLAUSTRO DE
ESTUDIANTES
SIELE, María Eugenia
REPRESENTANTE DE
APUBA
PERALTA, Andrea
SUMARIO
Autorizar el reemplazo de la consejera Florencia
Campetela por la señorita María Eugenia Siele
Sobre
distribución de un refuerzo de fondos para la Universidad
Sobre observaciones a la redacción del nuevo Estatuto
2.- Despacho de la Comisión de
Enseñanza
3.- despachos de la comisión de enseñanza
4.- despachos de la comisión de concursos
5.- despachos de la comisión de
presupuesto y administración
6.- despachos de comisión de
investigaciones científicas y tecnológicas
7.- despachos de la comisión de
extensión, bienestar y publicaciones
8.- resoluciones de Decano (Para
aprobar por Consejo Directivo)
9.- despachos de la comisión de
doctorado
10.- Notas (Para tomar
conocimiento)
- En Buenos Aires, en el
Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
Universidad de Buenos Aires, a tres días del mes de noviembre de 2008, a la
hora 17 y 15:
Sr. DECANO.- Buenas tardes.
Damos comienzo a la sesión ordinaria del Consejo Directivo del día de la fecha.
Sr. DECANO.- Antes de comenzar con el informe, tengo un pedido para autorizar el reemplazo de la consejera Florencia Campetela por la señorita María Eugenia Siele.
Si los
consejeros están de acuerdo, se incorporará la señorita María Eugenia Siele.
- Asentimiento.
Sr. DECANO.- Hay asentimiento.
- Se incorpora la consejera Siele a la mesa del Consejo Directivo.
Sr. DECANO.- Bienvenida.
Sr. DECANO.- Quiero informarles lo que se resolvió en
este último Consejo Superior, que tiene que ver con una distribución de un
refuerzo de fondos para la Universidad. Puntualmente, se aprobó un refuerzo de
5 millones de pesos, de los cuales, aproximadamente, 3 millones 100 mil se
asignan a las facultades y el resto a hospitales, colegios y administración
central.
Personalmente, me parece relevante
y, de alguna forma, novedosa, la manera en que se distribuyeron esos 3 millones
100 mil pesos entre las facultades.
En general, desde hace muchísimos años hay
unidades académicas y facultades que, por distintos motivos, consideran que
Exactas está muy beneficiada –para algunos demasiado– en la forma en que se
distribuyen los fondos. Algunos recordarán que hace doce años hubo un recorte de
300 mil pesos a la Facultad, lo que motivó en ese momento una reacción de la
comunidad, por lo que el tema se revirtió. Pero, a partir de ahí, en lugar de
tratar de aprobar alguna resolución que simplemente tomara una parte ejecutiva,
se trató de avanzar en lograr ese cometido a través de alguna discusión que
tuviera algún tipo de fundamento y que terminara justificando esa reasignación.
De hecho, en el año 1998, en el Consejo Superior se comenzó un trabajo de
pautas y, en ese momento, dado que la mayor cantidad de fondos del presupuesto
correspondía a Sueldos y, por otro lado, el presupuesto de la Facultad con
relación a la cantidad de alumnos que teníamos a todo el mundo le parecía alto,
varios consejeros superiores consideraron que había que empezar a discutir o
analizar cómo estaban asignados los recursos del inciso 1), Sueldos, para ver
si sobre la base de ese análisis se notaba, en particular, que hubiera un
exceso –entre comillas– de fondos hacia nuestra Facultad con respecto a las
demás.
En la primera reunión de la Comisión
de Presupuesto yo estaba como
representante de la Facultad designado por el Decano. Recuerdo que uno de los
consejeros dijo: “Esta comisión es, en realidad, para ver cuánto se le saca a
Exactas y cuánto se reparte”. Así empezamos. Realmente, fue un trabajo
interesante, que duró un año, y también fue una enseñanza para muchos, porque
como se hizo un análisis más o menos serio, empezaron a aparecer
particularidades que tenían que ver, justamente, con las distintas facultades.
Por ejemplo, se trataba de asignar cantidades de docentes en función de cursos
y se acordó que la modalidad del curso –sea teórica, un práctico, un
laboratorio, etcétera– debía tener una dotación docente distinta, lo que fue
más o menos fácil de instalar. Pero, por ejemplo, lo primero que no se hizo,
pensando como piensa la mayoría en las carreras más numerosas, fue tener en
cuenta las dotaciones mínimas. Con este modelo, el Departamento de Ciencias de
la Atmósfera se podía arreglar con 2,3 docentes. Cuando se les explicó: “Ésta
es una carrera que necesita mínimamente una cierta cantidad de profesores para
dictar los cursos cuatrimestres, así que tengan 3 ó 10 alumnos hay que dictar
la materia. Eventualmente, ustedes pueden decidir que esta carrera es demasiado
costosa y que la UBA no la quiere financiar así que la cierran, pero si le van
a asignar 2,3 docentes, esto no funciona. Ahora, si la cierran, tengan en
cuenta que es la única carrera que dicta Ciencias de la Atmósfera en el país,
así que tengan en cuenta lo que implica”, nos dijeron: “Claro, tienen razón,
entonces habrá que asignar dotaciones mínimas”.
Otra cosa que tampoco habían considerado en
un principio, y que después se incluyó, es que si uno asume que la tarea
docente, en iguales condiciones, tiene que ser más o menos similar en toda la
Universidad –es decir que la cantidad de horas que está frente a alumnos un
profesor, por ejemplo, en una teórica, es más o menos igual–, debe incorporar
cuántas horas de teórica tienen las asignaturas. Entonces, por ejemplo, en
facultades como Derecho o Económicas, la cantidad de horas semanales de una
teórica eran dos, mientras que acá son cuatro, seis. Cuando se empezaron a
corregir todos esos factores y finalmente se tomó en cuenta las dedicaciones
exclusivas sobre la base de si los docentes investigadores que tenían las
dotaciones mayores daban algún proyecto UBACyT que lo acreditaba, entonces,
cuando se termina con toda esa ecuación, muchos tuvieron una enorme
frustración, porque las cuentas daban que Exactas justificaba más o menos el 95
por ciento del presupuesto que tenía. Puede
ocurrir que alguna carrera haya visto crecer mucho su matrícula y, con nuevos
recursos, debe incorporar docentes para cubrir esas necesidades. Esa sería otra
discusión. Pero lo cierto es que no les resultó pensar que en Exactas sobraban
docentes, como para mandarlos a otro lado.
Creo que esa frustración implicó, de alguna manera, en los años siguientes, que no tuvieran el mismo impulso para avanzar en ese sentido.
En 2006, yo empecé a marcar en todas las reuniones del Consejo Superior el hecho –muy claro para nosotros– del congelamiento de los fondos para gastos de funcionamiento de la facultad y que eso nos generaba muchas falencias. El único que hablaba de eso era yo; el resto, en principio, parecía no tener esa urgencia o necesidad.
Yo insistí y hace poco, en 2007, como ustedes recordarán, se duplicaron los fondos para gastos de funcionamiento, lo que resultó en un desahogo muy interesante.
Un par de meses antes de que llegara ese refuerzo presupuestario importante, se volvió a cuestionar que el reparto se hiciera por pautas históricas, como si lo histórico fuera intrínsecamente malo.
Quiero aclarar que lo histórico es, simplemente, la integral de las decisiones que cada uno toma a lo largo del tiempo. Entonces, de alguna manera, algunas unidades académicas pudieron sufrir algún perjuicio histórico, pero otras han sido perjudicadas por sus propias decisiones. Traigo a esta mesa el caso de Medicina que, en 2006 tenía 200 mil pesos para gastos de funcionamiento. Lo que pasó es que Medicina había utilizado fondos de gastos de funcionamiento para designar gente, en diciembre de 2003. Utilizó ese dinero para pagar sueldos. Al año siguiente, la UBA se hizo cargo de los sueldos del resto, porque no tenían fondos.
Esa decisión la tomaron en diciembre de 2003, porque unos meses después, ese inciso quedó congelado y el de pago de personal fue actualizado en casi tres veces. Esa diferencia la pagó la Universidad en su conjunto.
De esta manera, el año pasado se aumentaron las partidas en un 90 por ciento. En la Universidad se llegó a un acuerdo; se entendió que las autoridades anteriores de Medicina habían utilizado esos 200 mil pesos y que esa decisión no debía cargarse sobre las autoridades actuales de la facultad.
De esta manera, todos pusimos un 10 por ciento para Medicina. Esto se hizo el año pasado. Entonces, cuando tuvimos que repartir el 100 por ciento del refuerzo presupuestario, las facultades cedimos el 10 por ciento para Medicina, por lo que el aumento real para las otras unidades académicas fue del 90 por ciento.
Pero, otra vez, se volvió a preguntar por qué se distribuye por pautas. Se hizo una reunión en la que yo estuve. También fue un delegado de la Facultad de Ciencias Económicas, que sacó números y propuso distribuir en función de la cantidad de alumnos. Y la planilla que repatrió implicaba que el porcentaje para la Facultad de Ciencias Exactas –como se pueden imaginar– no superaba el 3 por ciento, cuando el año pasado estaba en el orden del 15 por ciento.
En ese contexto, dije que no se podía seguir discutiendo; que era mejor que la Universidad siguiera adelante con las cinco carreras grandes y que cerrara el resto.
La propuesta no era viable y no tenía sentido seguir discutiendo. Se generó una situación complicada y me fui de la reunión. Finalmente, eso no prosperó. La decisión era políticamente inviable y perjudicaba a la mayor parte de las facultades.
Sr. VILAS.- Me imagino la de Veterinaria.
Sr. DECANO.- Veterinaria, Odontología, Farmacia. Las facultades que son más costosas por alumnos que las de Ciencias Económicas y de Derecho –y que deben tener menos alumnos que la nuestra– se veían completamente perjudicadas.
Esa iniciativa no tuvo plafón y se decidió volver a la distribución por pautas históricas. Se volvió a repetir el porcentaje, pero asumimos el compromiso de trabajar seriamente en nuevas pautas.
Al comienzo de este año, el tema fue reactivado. El Rector dijo que iba a haber un refuerzo para gastos de funcionamiento y la idea era avanzar en alguna pauta razonable, discutida y trabajada.
Teniendo en cuenta los antecedentes del año pasado, nosotros hicimos una propuesta que está lejos de tener el detalle y el análisis que tuvo la discusión en la Facultad, donde se distribuye por pautas desde hace 17 años y que, desde el año 2000 y por consenso, se divide por asignaturas y en varias categorías.
Lo que propusimos fue algo que, en principio, podía ser simple pero que permitiría –si le ponemos trabajo– buscar una nueva forma de distribución. Seguramente, habrán visto esa propuesta, porque está en la página web de la Facultad. En esa propuesta, el gasto de funcionamiento está asociado a dos variables: alumnos y metros cuadrados de edificio. A su vez, tanto la variable “alumnos” como la variable “metros cuadrados” se dividían en dos categorías: alumnos de tiza y pizarrón y laboratorios y metros cuadrados de aulas y administración y de laboratorios. En este sentido, proponíamos una diferencia de mantenimiento en los metros cuadrados. Más o menos era un factor de 2 ó 3 –no lo recuerdo exactamente– entre un tipo y otro. Nos pareció obvio, porque no hay que ser arquitecto para saber que no es lo mismo mantener un dormitorio que mantener la cocina o el baño de una casa. Eso es más o menos representativo de lo que cuesta un aula respecto de un laboratorio. Lo mismo sucede con un alumno de tiza y pizarrón, porque en la práctica habrá que mantener un cañón para proyectar y amortizar eso en tiempo y en las horas que se usa el aula, lo cual es bajo comparado con el costo que puede tener comprar insumos y equipamiento.
Entonces, propusimos una relación de veinte veces, o sea, 50 pesos por año por alumno a mil pesos. Lo único que bastaba era que cada unidad académica definiera el porcentaje de una cosa y otra. Se podía tener más o menos una idea de eso mirando el plan de materias y la matrícula de cada carrera.
La propuesta, esencialmente, se podía simplificar en que Agronomía, Veterinaria, Ingeniería y Farmacia eran 50 y 50, entre tiza y pizarrón y laboratorio, mientras que el resto era esencialmente tiza y pizarrón. Había que discutir algunas correcciones, para determinar cómo se tiene en cuenta una cosa o la otra. Inclusive, en nuestro análisis marcamos el hecho de que había algunas unidades académicas que, por una cuestión histórica, ciertos gastos los tenían incorporados en el inciso 1, pero en otras, como en la Facultad de Ciencias Sociales, no era así. En particular, ellos contratan limpieza y seguridad, y otras facultades lo tienen como personal no docente. Entonces, en ese caso se fijaba que si alguna unidad no lo contemplaba, había que cubrir esos fondos. Ésa fue nuestra propuesta, que entregamos.
En el ínterin, se subdividió por agrupamiento de facultades. A nosotros nos agruparon con Arquitectura e Ingeniería; por otro lado, estaban Ciencias Sociales, Económicas, Derecho, Psicología y Filosofía; Agronomía y Veterinaria, conformaban otro grupo; mientras que las Biomédicas quedaron en otro grupo. Las Biomédicas y Agronomía no hicieron propuesta alguna.
La propuesta de las Sociales fue que como no había datos objetivos para distinguir entre un tipo de alumno y otro, y así poder establecer alguna aproximación, que se tomara a todos por igual; es decir que se tomaba a los alumnos de tiza y pizarrón y a los metros cuadrados. De hecho, eso fue lo que se presentó por escrito.
En la reunión de Comisión de Pautas –de la facultad fue Pablo Ceriani, que trabaja con la Secretaria Mirta Gil– había como una especie de sensación de que nuestra propuesta era casi un insulto; que cómo podíamos decir que entre un curso de laboratorio y otro de tiza y pizarrón podía haber una diferencia de veinte veces; que eso era casi una burla, una tomadura de pelo, una avivada. No hubo forma de modificar el criterio. Avanzaron rápidamente.
Esto ocurrió hace más o menos un mes. Llevaron esa propuesta a la reunión de la Comisión de Presupuesto del Consejo Superior.
La propuesta que presentaron tenía un pequeño cambio respecto de lo que acabo de relatar, que transformó una propuesta inviable técnicamente en algo políticamente viable y técnicamente disparatado: le pusieron pisos y techos. Ninguna facultad iba a recibir menos del 5 por ciento ni más del 10 por ciento. Facultades como Derecho y Económicas, que crecían entre un 5 y un 6 por ciento, iban a tener el 10 por ciento, con lo cual estaban contentos; facultades como Odontología y Farmacia se quedaban con el 5 por ciento, que es poco menos de lo que tienen ahora y también más o menos acordaban; pero la única facultad que quedaba claramente perjudicada, que pasaba del 15 por ciento al 7 por ciento, era Ciencias Exactas. La única facultad que dijo que esa propuesta no era aceptable fue Ciencias Exactas.
Intenté explicar enfáticamente que si lo que se estaba discutiendo era tratar de resolver una emergencia, que entonces se discutiera en otros términos, que se dijera “hay una necesidad en tal facultad y la plata se distribuye arbitrariamente en base a esas necesidades”; nosotros no íbamos a tener ningún problema con eso, aunque como consecuencia de ello no recibiéramos nada, llevado al extremo. Pero nosotros no podíamos aceptar el argumento de que la distribución fuera razonable, porque nos parecía que plantear como más razonable que otra cosa contar alumnos por igual implicaba un modelo que, claramente, no es compatible con la forma en que nosotros trabajamos normalmente y damos clases.
Sin embargo, en la comisión se aprobó el despacho. Por un tema técnico de preparación de la resolución, su tratamiento se demoró. En la siguiente reunión no se lo trató, sino que se lo consideró en la siguiente.
Volví a hacer el pedido al Consejo Superior. De hecho, fui con un proyecto de minoría, por el que se dividía usando los mismos porcentajes del año pasado, basándome en dos argumentos. En primer lugar, si no había habido tiempo para elaborar una propuesta de calidad, entonces lo correcto era no innovar. Por otro lado, hay un acuerdo del CIN que establece que los aumentos que se distribuyan por pautas tienen que ser incrementos genuinos de presupuesto; es decir, no tienen que ser gastos que ya estén asignados o que se puedan considerar como, simplemente, un ajuste por inflación. La plata que se estaba distribuyendo era un 15 por ciento. Eso se podía considerar un ajuste por inflación, que era un argumento más técnico para repartir el porcentaje histórico. La diferencia entre lo histórico y lo que se estaba asignado eran 230 mil pesos, más o menos la mitad de lo que tenemos ahora.
Dije que si no querían apoyar el proyecto de minoría, propusieran cualquier otro con un criterio arbitrario. Se los dije explícitamente y consta en actas. Quedó muy claro que algunos sectores que estaban impulsando esto fervorosamente desde hace tantos años no querían aprobar cualquier otra cosa, porque para ellos era central dejar establecido que se estaba avanzado en la dirección correcta, y así lo dijeron. Puede ser que algunos consejeros superiores no hayan entendido o no se hayan dado cuenta, eso siempre es posible; pero José Luis Giusti y yo sabíamos perfectamente de lo que estábamos hablando. Él ganó y yo perdí. Lamentablemente, fue así.
Después de la reunión de la Comisión de Hacienda, tres semanas antes de la reunión del Consejo Superior, le comenté al Rector la preocupación que yo tenía por lo que estaba impulsando la comisión; que para mí esto no era algo menor; que para nuestra Facultad era muy grave; que yo quería que él tuviera conciencia de eso; y que íbamos a dar un debate a fondo en el Consejo Superior y que si perdíamos, lo haríamos con la sociedad.
En la reunión del Consejo Superior primero se
trató ese proyecto. Hice una defensa del proyecto y expliqué por qué pensaba
que ese proyecto estaba bien y el otro mal. Se votó y perdimos. Después,
pasamos al segmento de los “proyectos presentados”, entonces, aproveché para
presentar un proyecto que retomaba, de alguna manera, un pedido que había hecho
en los últimos años esta Facultad, que tiene que ver con una deuda, a mi
entender –y al del Consejo Directivo, porque así lo aprobó el año pasado– de
950 mil pesos, que tienen el siguiente origen: en 2005 se había presentado uno
de esos típicos problemas presupuestarios de fin de año. Me acuerdo que el
entonces Rector Jaim Etcheverry estaba de visita en Sevilla y los decanos
fueron al Ministerio de Educación a gestionar un refuerzo, que se consiguió.
Ese refuerzo se distribuyó en partes iguales entre todas las unidades
académicas. Cada unidad académica podía asignarlo a lo que considerara más
prioritario. La mayoría lo hizo rentar docentes, etcétera. En ese momento el
decano de esta Facultad, doctor Jacovskis, decidió asignarlo para gastos de
funcionamiento, porque para esta Facultad era prioritario reforzar el
mantenimiento de los edificios, insumos, laboratorios de docencia,
etcétera. Eso ocurrió más o menos en
septiembre. En diciembre, el Rectorado no imputó los expedientes que se le
mandaron contra ese crédito. No lo hizo porque, aparentemente, para ese momento
tenían cierta idea de que la plata que ellos habían entendido –el Ministerio
dijo que no había dicho eso– que se
había asignado no era tal, sino 6 millones menos. Y como todas las facultades
lo habían usado para designar personal, se decidió pagarle a la gente –y se
siguió haciendo– y lo único para lo que
se pudo usar ese dinero fue para pagar gastos de funcionamiento. Eso fue lo que ocurrió. Es decir, que 900 y pico de mil pesos no se
pudieron imputar. Eso ocurrió en 2005, pero tampoco se cobró en 2006, en 2007 y
en 2008.
Entonces, presenté un proyecto –así lo
expliqué– y dije que no pretendíamos
que hubiera una asignación de partidas para la Facultad de Ciencias Exactas,
porque a lo mejor no estaban dadas las condiciones generales, porque había
muchas urgencias, sino un gesto. Es
decir, así como el año pasado se había reconocido que la Facultad de Medicina
tenía un problema por una decisión que había tomado la administración anterior
y de la que de alguna manera la administración actual no era responsable, y
todos pusimos el 10 por ciento para cubrir eso, que de la misma forma
pretendíamos que la Universidad reconociera esa deuda con la Facultad y que se
fueran transfiriendo los fondos. Así lo expresé en ese proyecto. En la medida
en que se fueran girando nuevas partidas y satisfaciendo las necesidades de
todos, lo único que se pretendía era un gesto. Al ser una cuestión
presupuestaria, el proyecto fue girado a la Comisión de Presupuesto,
todavía no se trató. Veremos qué tratamiento se le da.
Posteriormente, en la sección “Asuntos
particulares”, que es el segmento en el que los consejeros pedimos referirnos a
cualquier tema y no a proyectos específicos presentados, hice un relato de este
tema. Si uno ve una foto, diría: “De un refuerzo de 2.300.000 pesos que tiene
la Facultad para gastos de funcionamiento, le dieron 230 mil pesos menos, podría
protestar, pero no es para hacer un escándalo" Lo que yo veía no era la
foto, sino la película. Y la película que veía era que se habían incrementado
en un número importante en los últimos años la cantidad de docentes en la
Universidad –casi 4 mil– y más o menos en mil, en los últimos ocho años, el
número de no docentes. Y prácticamente nada de eso le había correspondido a la
Facultad de Ciencias Exactas. Si además ahora se estaba avanzando sobre los
gastos de funcionamiento. Cabe señalar que esta situación se da en un marco en
el que el país dice que necesita científicos e ingenieros, que declara que este
es el "Año del la enseñanza de la Ciencia", realmente esa posición no
se entendía y eso se lo dije a todos. Incluso, se trata de una cuestión de
lealtad, porque siempre les digo lo que voy a hacer y después lo hago. Dije que
iba a iniciar una campaña de concientización en la facultad y en los medios,
para mostrar que esto era un disparate y que esta dirección iba a llevar a la
Facultad de Ciencias Exactas a la extinción.
A su vez, señalé que iba a plantear el siguiente debate: si realmente la
UBA no tenía ningún poder para reflexionar y cambiar de idea, íbamos a tener
que elegir entre extinguirnos o separarnos. Siempre en ese contexto. No es que
en particular piense eso, pero planteado en los términos en que se dieron las
cosas, dejaba sentada mi posición para dar una idea clara de la importancia y
la gravedad que tiene este tema para nosotros. Ahí quedó.
Otra cosa que no dije y que quiero aclarar es la siguiente: esto de los pisos y de los techos es absurdo. Es el típico ejemplo que suelo plantear para entender que los problemas no se resuelven sólo con autonomía. Nosotros podríamos tener una situación que eventualmente hiciera políticamente viable o factible que esta Facultad se dividiera en tres. De hecho –y así lo expresé en el documento que figura en la web– las universidades de La Plata y Córdoba, lo que se da en esta facultad, lo tienen repartido en tres o en cuatro facultades. No es algo disparatado o arbitrario temáticamente. Esta Facultad concentra el 10 por ciento de la investigación de todo el país. Pensar que eso tiene una cierta independencia académica no es loco. Lo único que haría falta es que la mayoría de la Universidad considerase que le conviene políticamente que eso ocurra. Tal vez eso ocurre y sale. Pero sería un disparate académico; dividirnos en tres, sería un disparate académico. Sin embargo, dividirnos en tres con esta lógica nos llevaría a tener el 15 por ciento de los gastos de funcionamiento, porque cada facultad tendría un piso del 5 por ciento. Lo marqué como un ejemplo de cómo dentro de la Universidad se podría resolver el problema de una manera disparatada. Todos contentos, pero una locura. Esas cosas hay que decirlas y llamar a la reflexión.
Quiero aclarar –y en esto quiero ser específico– que no es algo que haya impulsado ni el Rector ni sus secretarios. En ese sentido, el Secretario de Hacienda se manifestó en todo momento en contra de lo que se estaba haciendo. Consideraba que estaba mal y que técnicamente era un disparate. Pero los que votan son los consejeros y esencialmente los consejeros normalmente están guiados por los intereses más concretos de sus facultades. Algunos privilegiaron la necesidad de tener un peso más, por alguna urgencia, que podrían resolver de cualquier otro modo y, otros, lo hicieron como una actitud militante del que sabe qué pelea está dando y cuál es la pelea que quiere dar.
Esta es un poco la situación. En ese sentido, hablamos inmediatamente con los directores de departamento. Hemos tratado de plantear esta problemática, que no es sencilla. No es una cuestión de slogans. Quiero que se entienda que no es un tema a resolver con más presupuesto. Además, necesitamos más presupuesto, pero si vamos a pedirlo de manera tal que con un porcentaje de un tres, de un cinco o de un siete por ciento a Exactas le corresponda lo que nos deje contentos y el resto que se arregle, eso implica estar asignando recursos a algunas facultades que estoy convencido no tienen manera de gastarlo. Entonces, me parece mal que se asignen recursos del Estado de una forma disparatada, por llamarlo de alguna manera. No estoy de acuerdo con eso. Es decir, puede ser la solución para nosotros, pero no me deja tranquilo hacer las cosas así, porque me parece que lo correcto es pedir presupuesto y, además, dar el debate para que el presupuesto se asigne razonablemente y se gaste. Podemos discutir y analizar los casos particulares, que una Facultad tiene tal cosa o tal otra, pero tiene que haber un mínimo criterio.
El
día siguiente a esa reunión del Consejo Superior, yo estaba comprando como
siempre el sándwich y el yogurt, acá,
en el bar, y delante mío habían dos alumnos, una chica y un chico. La chica le
dijo al chico: “No, acá los cursos de Química son mucho más divertidos que en
Farmacia, porque allá son cursos de cuatro horas más o menos, como acá, pero
como son grupos de ocho, dos horas estamos cruzados de brazo, esperando que
termine el otro para poder hacer algo”. Honestamente, en todos estos años, yo
no vi una desesperación de esa Facultad por decir: “Eso está mal y tendríamos
que hacerlo de otra manera”. Lo hacen así. No me quiero poner en que nosotros
hacemos las cosas bien y los demás las hacen mal. Simplemente, digo que
nosotros hacemos las cosas de determinada manera y que hacerlo así tiene estos
costos. Realmente, asignar a un grupo de dos o tres alumnos un equipo con sus
insumos o llevar geólogos, cada tanto, a hacer un viaje de campo y que no aprendan
geología por una foto o por una película, tiene sus costos.
De hecho, en la
reunión anterior a ésta del Consejo Superior, en la que no se trató el tema
pero ya se había resuelto en Comisión de Presupuesto, yo les dejé a todos un
documento que decía: “Pautas para la Universidad de Buenos Aires”. Justamente,
dicho documento explicaba cuáles son nuestras pautas y el perjuicio que nos
traerían las otras pautas, y hay un histograma que expresa cómo es el costo por
curso y el costo por alumno de los cursos que damos. Por ejemplo, muestra que
aún con prácticas de computación, en el Departamento de Matemática para hacer
algo de cálculo numérico, un alumno medio que cursa carrera de tres materias
sale más de veinte veces más económico que uno de los departamentos de
Geología, de Química o de Biología. Así que esto que nosotros planteábamos de
veinte veces, tenía un sustento en cómo hacemos las cosas, porque hay muchas
maneras de hacerlas. Ingeniería, al igual que Farmacia, también tiene un grupo
muy numeroso, con prácticas muchas veces demostrativas, pero nosotros no damos
clases así.
Para nosotros, dar
materias básicas con un docente que esté delante de todos y que nos muestre
cómo se hace una reacción puede ser un complemento de una teórica, pero no una
clase de laboratorio. Entonces, si la gente de Farmacia o de Ingeniería tiene
dificultad para entender esto que digo, imagínense un abogado o un contador. No
es mala voluntad sino que, simplemente, no se dan una idea.
Como quieren seguir
con esto de las pautas, el jueves pasado tuvimos la visita de personas enviadas
para conocer cada Facultad. Estuve tres horas recorriendo y mostrándoles los
100 mil metros cuadrados del edificio a estos chicos jóvenes que vinieron de
Económicas y que quedaron realmente sorprendidos. Es más, les dije: “Éstos son
los laboratorios de docencia y todo lo demás es investigación, porque todo el
día tenemos gente haciendo investigación, que está al lado del aula de
docencia, a los que se puede interrumpir, ir a ver y hacerles consultas. Esto
es lo que somos nosotros: o se hace con esos recursos o no se puede hacer”.
No sé si ustedes
habrán visto cuántos metros cuadrados tiene la Facultad de Ciencias Económicas,
que tiene 60 mil alumnos. Está claro que nosotros no necesitamos casi 100 mil metros
cuadrados para dar clases; necesitamos 100 mil metros cuadrados para dar clases
como nosotros damos clases; de lo contrario, con menos de 10 mil metros
cuadrados alcanzaría, pero sería otra cosa. Está claro que sería otra cosa.
Entonces, éste es
el debate que se está planteando, que no se puede caracterizar como agudo –es
decir, no es que tenemos que resolverlo en una semana–, pero que creo que lo
tenemos que hacer crónico y que hay que llevarlo a la sociedad porque,
justamente, si ésta considera que está bien que la Universidad de Buenos Aires
solamente piense en formar abogados, contadores y que el resto no le importe,
en definitiva, será legítimo. Pero yo tengo la esperanza de que si la sociedad
se entera de esto, que no es fácil de transmitir porque es algo complejo,
probablemente cuestione, haga reflexionar y recapacitar a los otros miembros
del Consejo Superior que han tomado esta decisión. Quizás soy demasiado
ingenuo, pero creo que es la única manera en que podemos dar el debate con
ciertas chances de tener un resultado positivo.
Tiene
la palabra el consejero Vilas.
Sr. VILAS.- Yo
estuve apenas cuatro años en el Consejo Superior y, en ese momento, lo primero
que dije fue que la Universidad de Buenos Aires no tenía un plan estratégico.
Hoy, creo que esto refleja claramente que no lo tiene. En aquel entonces, me
sorprendió ver que la única Facultad que tenía realmente un verdadero y un muy
buen plan estratégico era la de Agronomía, con el Decano Vilella. Entonces, de
alguna manera, creo que es una deuda que tenemos en esta Facultad.
Por otro lado, no
estoy muy de acuerdo con darle prensa mediática a estos problemas de la
Universidad de Buenos Aires porque, a la larga, vamos a conseguir desgastarla y
creo que ya hay unos cuantos esperando ver ese momento. Y esto ya se ha visto
en los medios, en los últimos tiempos, que en cada pequeña oportunidad que
pueden, tratan de llevarla a ese nivel. Quizás, porque el interés sea que la
Universidad de Buenos Aires no tenga tantos alumnos ya que, en general, tiene
muchísimos.
Entonces, creo que
hay que trasladar un poco lo que decía el Decano a lo que pasa con las
universidades nacionales: tienen un presupuesto miserable por alumno pero, sin
embargo, son las que siguen formando mejor a todos sus alumnos.
Yo creo que si la
Universidad tuviera un plan estratégico –no sé cómo se hace, porque lo intenté
pero no me fue bien–, nuestra Facultad jugaría un papel muy importante porque,
efectivamente, hay carreras clarísimas. Por ejemplo, por un lado, están
faltando 300 geólogos por año en la República Argentina; faltan geólogos en el
planeta; es decir, hay una deficiencia realmente clara porque son carreras muy
caras. Pero, por el otro, tenemos una superabundancia de abogados en la Ciudad
de Buenos Aires y estudios de abogados en toda la República Argentina.
Entonces, quizás, con un plan estratégico, uno podría entender que hay cosas
que sería bueno hacerlas de otra manera y quedaría claro cómo aplicar bien los
fondos.
Efectivamente, las cosas que dice el Decano son válidas y así es la relación que tiene la Universidad de Buenos Aires con las del resto del país. Y son treinta y pico; recientemente se ha creado la de Junín y la de Chilesito.
Pero es sólo una apreciación.
Desafortunadamente, esa fue nuestra experiencia cuando pensamos en un plan estratégico. Sigo considerando que no es admisible que una universidad grande y de prestigio no tenga un plan estratégico.
Lamento que esa sea mi postura.
Sr. DECANO.- Entiendo al planteo. Cada vez que aparece una mala noticia en los diarios, al lado está la propaganda de una universidad privada.
El problema está en determinar qué herramienta tenemos. Esta discusión no es fruto de un error; es un debate claro entre dos políticas diferentes y hemos hecho todo lo que se ha podido. Si el otro actor considera que esto puede ser dañino para la Universidad, a lo mejor, debiera recapacitar. Si no recapacitó –y si nosotros mismos nos abstenemos de dar el debate–, entonces, no nos quedan herramientas. No podemos usar la herramienta, aunque la otra postura prefiera –aunque no le convenga– aceptar el debate, con tal de que salga afuera de la Universidad. Si saben que no lo vamos a difundir nosotros, nos quedamos sin herramientas.
En ese sentido, es un mensaje difícil, porque no estamos discutiendo en una pelea chica por 200 mil pesos; no es eso. Lo que se discute es cuál es una asignación razonable de recursos; no es fácil; no es nada fácil.
Yo no entiendo por qué Derecho o Ciencias Económicas tiene esta ambición tan fuerte de incrementar sus gastos de funcionamiento, cuando no se ve esa necesidad de ejecución; al menos no se percibe. A lo mejor, quieren dejar de hacer actividades que le generan recursos propios y reemplazar ese dinero con fondos del Tesoro Nacional. Puede ser una alternativa, pero no la han formulado. Nadie habló de cerrar los posgrados. Y los recursos globales son de 70 millones de pesos. Evidentemente, si el Decano tiene un cocinero, tan mal no están.
Sr. PAZ.- Sin abundar en algunas cosas que dijo recién el Decano, sería muy importante que este debate trascienda; tengo el punto de vista opuesto al del consejero Vilas. Es lo que creo, en la medida en que el debate no se dé de cualquier manera. Comparto que hay formas de debatir y formas de funcionar en la Universidad, que no hacen más que desacreditar a la propia Universidad. Pero en la medida en que la Universidad de Buenos Aires pueda ser escenario de un debate sobre distintas concepciones o modelos universitarios, es un debate que la universidad le debe a la sociedad.
Efectivamente, hay distintos modelos universitarios, que coexisten dentro de la Universidad de Buenos Aires; son visiones muy distintas sobre hacia adónde debe ir la Universidad, sobre lo que cada uno aspira a construir.
Groseramente, se puede decir que hay un modelo que puede ser caracterizado como más profesionalista y otro más científico. El segundo caso considera más importante la generación de conocimiento y revindica a la Universidad como un ámbito que va más allá de la transmisión de conocimientos profesionales; considera que también es importante la generación de conocimientos.
De una o de otra manera, cada uno de los miembros de este Consejo Directivo tiene una idea y una crítica sobre lo que se debe hacer; pero son críticas que se dan en el marco de reconocer que estamos en una facultad en la que pretendemos que se respete esa función. No se tiene la misma visión en todos los ámbitos de la Universidad de Buenos Aires. Nosotros hemos dado muestras de apostar por la institucionalidad de la Universidad de Buenos Aires, por tratar de recuperar para la Universidad, un marco donde se pueda debatir, aun sabiendo que somos un sector minoritario dentro de la UBA; hemos dado muestras de querer generar marcos de funcionamiento civilizado y de respeto por las ideas del otro. En ese contexto, queremos que se pueda debatir.
Uno puede tratar de generar un debate –lo digo sin ánimo de polemizar–, poniendo en jaque el funcionamiento de la institución; pero hay otra manera, planteando el debate a partir de la defensa de un modelo de universidad; es el planteo que hace el Decano.
Entonces, me parece que la discusión de las pautas de distribución presupuestaria, es una discusión que no es de índole administrativa; es una discusión de política central. Cuando se discute el presupuesto se define qué tipo de universidad se está pensando. Y en ese contexto es una discusión imprescindible.
Le puede hacer mal a la Universidad que algunos sectores vean que en la propia universidad hay quienes no entienden lo que es enseñar o formar profesionales con espíritu científico o formar profesionales capacitados para exponerse a trabajar intensamente en laboratorios, etcétera. Puede quedar mal que haya gente que note que en la Universidad de Buenos Aires hay gente que no tiene idea de cómo funciona una universidad moderna; puede quedar mal que se note que hay gente –de izquierda o de derecha, cosa que prefiero no calificar– que reivindica permanentemente el sistema de cátedras; hay gente en la Universidad, que reivindica esa forma obsoleta de docencia; no pasa lo mismo en esta facultad.
Yo creo que es sano generar ese debate; hay que buscar la forma, con respeto por las ideas del otro; pero es un debate que hay que dar, sin lugar a dudas.
La discusión de las pautas presupuestarias implica un debate entre modelos de universidad.
Por suerte, nosotros estamos en condiciones de dar una discusión sobre pautas presupuestarias. Es odioso ponerse como ejemplo, porque no lo somos, pero modestamente, podemos mostrar lo que hacemos. Podemos mostrar cuál es la producción de nuestra Facultad y cuáles han sido las políticas y las definiciones que hemos resuelto hace mucho tiempo. El hecho de que distribuyamos el presupuesto de gastos de funcionamiento como lo hacemos, sobre la base de pautas consensuadas, estableciendo una diferencia similar al 20 a 1 –aunque hay cinco o seis tipos de materias en el algoritmo que se utiliza para la distribución de los incisos 2), 3) y 4)– dice algo. Mencionar esos números no fue una ocurrencia del Decano. Se viene utilizando desde el 2000, pero también desde antes. No recuerdo ahora. El 20 a 1 no es un invento que se le ocurrió al Decano para tirar un número, sino que se utiliza, sistemáticamente, desde antes de 2000. Esta discusión, naturalmente, es enojosa. Quien haya participado de la Comisión de Pautas de esta Facultad podrá recordar todo tipo de anécdotas de cómo se debatía acaloradamente en cuanto a por qué el costo de materias de laboratorio era tan grande respecto de aquellas que no tienen laboratorio. Primó la razón. El hecho de que haya sido resuelto por unanimidad es muy significativo, como lo es que esta Universidad puede participar del debate sobre la base de mostrar lo que viene haciendo.
Ese tipo de debate –distribución de pautas presupuestarias, manejo de la planta de docentes, política de concursos y política de investigación– sobre la política universitaria es imprescindible; no se la puede dejar de lado. Y eso pone en jaque la continuidad de la Facultad, con todos los colores que podemos a agregarle en función de lo que cada uno opina que se hace aquí. Por eso es imprescindible que lo hagamos.
Sr. DECANO.- Quiero agregar dos cosas.
En el informe, que entregué a los consejeros superiores antes de que se aprobara esto, uno de los histogramas se refiere al número de cursos en función de costo por alumnos. Nosotros tenemos cursos que cuestan por alumno entre cero y 10 pesos, que son más o menos 70; cursos que salen entre 10 y 50 pesos, que son 120; cursos que van desde 50 a 100 pesos, que son 80; cursos que van desde 100 a 500 pesos por alumno, que son 220; cursos que van desde 500 a mil pesos por alumno, que son 90; y cursos que van entre 1000 y 1500 pesos por alumno, que son 25. Ésta es nuestra realidad. Tenemos cursos que, realmente, no cuestan nada, que son los típicos de tiza y pizarrón, y otros que, por alumnos, son carísimos.
Tiene la palabra el consejero Vilas.
Sr. VILAS.- Quiero hacer una pregunta. Para hacer esos histogramas, ¿se ha tenido en cuenta los valores de amortización de equipos?
Sr. DECANO.- Sí, pero es otro tema.
Nuestra pauta divide en consumos y equipamiento. En la Universidad es muy difícil hablar de presupuesto, porque los interlocutores no saben distinguir entre gastos corrientes e inversión de capital. En el caso de los equipos, los gastos corrientes tienen que ver, por ejemplo, con la inversión que hay que hacer permanentemente para reponer la amortización. Si se calcula que una computadora dura tres o cuatro años, quiere decir que cada tres o cuatro años habrá que reponer todo el parque de computadoras y que cada año habrá que reponer el 25 por ciento del parque. Si uno no tiene computadoras, tiene que comprar el 100 por ciento, pero ese gasto no es corriente, porque se compra por única vez el cien por ciento y luego se repone el 25 por ciento. Cuando se elabora el presupuesto, no se logra distinguir una cosa de la otra.
Sr. VILAS.- En Ingeniería se supone que lo tienen que hacer bien.
Sr. DECANO.- No.
También quiero comentar que tenemos una red con la CUCEN, que es el Consejo Universitario de Ciencias Exactas y Naturales. Envié un mensaje a todos sus miembros, comentándoles lo que estaba ocurriendo. Recibí comentarios que decían “a nosotros nos pasa lo mismo”. Se trata de dos modelos de universidad; esto no es propio de la Universidad de Buenos Aires. Probablemente ese conflicto no existe en las privadas, porque ellas tienen un modelo de Universidad. Pero esto sucede en muchas universidades públicas. Dado que el modelo más profesionalista se impone en las carreras más grandes y que eso implica más facultades, ellas son mayoritarias en lo que se refiere a representación. Conozco un ejemplo donde eso no se da: me refiero a San Luis, donde hay cuatro facultades, de las que dos están asociadas a nuestras áreas. De hecho, la representación en el peso de la decisión es distinta. Por eso, probablemente, el Rector es un físico. Eso es bastante extraño porque, justamente, estas carreras son chicas en cuanto a representación.
Tiene la palabra el consejero Hasson.
Sr. HASSON.- Quiero hacer un par de preguntas.
La información de que la Facultad representa el 50 por ciento de los doctorandos de toda la Universidad, ¿la gente de la UBA la conoce? ¿También sabe que no tenemos docentes ad honórem?
Sr. DECANO.- Sí.
Hay un power point, que es un documento que sacó la UBA, que basa el reclamo presupuestario en datos técnicos e indicadores. Ese documento lo hizo el Secretario de Hacienda con datos que elaboramos juntos. Si se fijan, en ese power point figura que la UBA tiene la mitad de los doctores del país y que genera un porcentaje significativo de la investigación en el país. Eso se le ocurrió ponerlo ahí, porque en las charlas yo le señalaba esos indicadores. Él tiene clarísimo qué peso tiene nuestra Facultad en eso.
Lo notable es que estas tensiones, que son históricas, durante la gestión del Rector Shuberoff estuvieron contenidas, porque de alguna manera el Rector les transmitía a estos sectores el aporte que podía necesitar la Universidad de una Facultad como ésta, por ejemplo, en lo referente a ciertos indicadores de producción de ciencia. Por más que la cantidad de alumnos no fuera masiva, la Facultad le aporta a la Universidad un montón de cosas interesantes. Me da la impresión que el Rector Hallú, que es conciente de esto y que lo valora, no tiene la misma capacidad de convencimiento frente a esos sectores. Y ése es el problema.
Sr. HASSON.- Quiero hacer otras preguntas.
Usted comentaba hace un rato que muchas facultades, en particular en el caso de Medicina, utilizaban dinero de funcionamiento para designar profesores. El año pasado se discutió acerca de la renta de los ad honórem.
Sr. DECANO.- Para que tengan una idea, en 2003 en Medicina nombraron a 200 no docentes. No fueron sólo docentes; hubo muchos no docentes nombrados en ese momento. El año pasado se incorporaron 1800 ad honórem, y Medicina y otras facultades los recibieron. Era un programa del Ministerio.
Sr. HASSON.- ¿Y la facultad no recibió absolutamente nada?
Sr. DECANO.- No recibió porque no teníamos ad honórem que rentar.
Yo mencioné, y lo dejé asentado, que estaba mal que los ad honorem se hayan asignado más o menos proporcionalmente a los ad honórem que cada Facultad tenía y que eso no era proporcional a lo que cada uno necesitaba. Uno mira la cantidad de alumnos y docentes que tienen las facultades y es obvio que no deberían tener docentes ad honórem. No tiene ningún sentido que tengan docentes ad honorem. Los tienen, por esta tradición que todos conocemos de que a veces las cátedras nombran a algún alumno meritorio, como una especie de premio, luego se lo hace participar de las clases y de ese modo le resuelve las tareas a los docentes rentados. Hay facultades que hacen eso. En este reparto que hubo el año pasado no se distinguió una situción de la otra. Yo lo marqué, porque me parece que está mal. No me pareció mal que Exactas no recibiera nada, pero consideraba que a algunos de los que estaban recibiendo ese dinero no les correspondía. En Medicina, pudieron prescindir de 200 mil pesos para gastos de funcionamiento y no cerrar, es algo que llama la atención. La realidad es que las materias básicas son las únicas que se dan en la Facultad. El resto se dicta en los hospitales. Entonces, no está manteniendo eso la Facultad. Está todo tercerizado. Por eso tienen la lógica de nombrar a docentes autorizados de una manera impune. Habilitan a cualquiera para dictar cualquier cosa en los hospitales y reparten a los alumnos por todos lados. No se hacen cargo de monitorear la formación de los alumnos, lo cual los va a llevar a tener un problema académico serio. Y las materias básicas son materias absolutamente masivas con insumos –llamémoslo así– históricos. De manera que el costo que necesitan para eso es muy bajo, por la forma en que tienen armadas las carreras. Es así. La realidad es que no he visto un reclamo del siguiente tenor: “Nosotros tenemos este programa; quisiéramos cambiar esta manera de enseñar y para eso necesitamos dinero que no tenemos”. No escuché ningún reclamo en ese sentido. Ahora sí: hay reclamos para que se les dé dinero para gastos de funcionamiento, porque el tema edilicio se puso de moda. Todo está asociado a edificios. No tanto a docencia de grado. Cuando les dije que asignábamos un millón de pesos para financiar docencia de grado, no lo podían creer. No me creían.
Sr. HASSON.- Le preguntaba por los docentes ad honorem, porque
en un Foro de Política Científica circuló un mensaje acerca del llamado a
docentes ad honorem en la Facultad de
Filosofía. ¿Ese es el modus operandi
para lograr más presupuesto?
Sr. DECANO.-
Si no se implementa nunca una lógica
que establezca cuántos docentes se requieren y se los renta; si se deja
trabajar ad honorem a la gente sin
preguntar si hace falta o no, da para cualquier cosa.
Sr. HASSON.- Eso es lo que decían antes, tanto Paz como Vilas respecto de la falta de planificación.
Sr. VILAS.- Es el nudo de la cuestión.
Sr. DECANO.-
Creo que esto tiene más que ver con
el control. Planificación se podría plantear en otro sentido, en cuanto a preguntarse
qué sentido tiene que la Facultad de Ciencias Económicas –particularmente no
estamos hablando de los licenciados en Sistemas de Información ni de los economistas,
sino de licenciados en Administración y Contadores, que son las carreras que
agrupan al 80 por ciento del alumnado– tenga tantos alumnos. Y a partir de
allí, tomar la decisión de redireccionar la matrícula o no. Si no lo hace, los
alumnos van a seguir estudiando eso. Podamos hacer campaña, tratar de
convencerlos. La realidad es que actualmente la mayoría de los chicos se
deciden por Derecho, Medicina, Ciencias Económicas. Está faltando una cantidad
impresionante de enfermeros y no hay muchos estudiantes de Enfermería. El
Ministerio de Salud lanzó un programa especial para estudiantes de Enfermería,
porque faltan enfermeros. Hay un déficit enorme de enfermeros.
Sr. HASSON.- Una última pregunta. Con relación a Ciencias Económicas, usted dijo que ellos utilizan fondos propios a partir de lo que recaudan de los posgrados para financiar gastos de funcionamiento. Y dijo que no les iba tan mal. De hecho, están construyendo un edificio nuevo.
Sr. DECANO.-
Eso es aparte. Ellos consiguieron un
aporte del Ministerio de Planificación, creo que de 38 millones de pesos, para
construir un edificio en la esquina de Córdoba y Uriburu. Ese edificio, en
principio –así lo tengo entendido–estaría
destinado a posgrados.
Sr. HASSON.- No les va tan mal.
Sr. DECANO.-
No. De nuevo: si se
considera que una función es ver la manera de que los profesionales se
actualicen en los temas, la cumplen. Eso lo hacen y no lo hacen mal. No es que
la actualización que hacen es mala. El debate pasa por otro lado: lo que
hablamos en la sesión anterior: si el Estado tiene que financiar, si tiene que
permitirlo dentro de una universidad pública o no. Es otro tipo de debate. No
estoy diciendo que Derecho o Ciencias Económicas lo hacen mal. Tienen enormes
dificultates, a pesar de que ha habido políticas, no llamaría de planificación,
pero sí de estímulo. Porque muchas veces se dice: “No puede ser que toda la
ciencia se haga en Exactas”. Realmente, hay una preocupación muy grande por
parte de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA, porque los alumnos que
hacen investigación en Farmacia y Bioquímica, son sustancialmente egresados de
esta Facultad. Lo mismo en Medicina; lo mismo en Ingeniería; lo mismo en
Agronomía. Lo que están viendo es que en un futuro la única investigación de la
UBA va a estar hecha por egresados de Exactas. Lo cual tiene sus problemas.
Porque en la práctica un Físico trabajando en Ingeniería va a hacer cosas que
puede hacer un Físico; un Ingeniero puede hacer otras cosas. Hace falta que
haya ingenieros haciendo investigación en la Facultad de Ingeniería. Pero por razones de vocación, de oferta
laboral, los estudiantes que quieren hacer investigación entran poco a
ingeniería y se vienen para este lado.
Sr. PAZ.-No sé si de vocación. La estructura de la facultad forma a los estudiantes de esa facultad para que no tengan ningún tipo de motivación. Más allá de que haya algunos egresados de esta Facultad en esas facultades, el énfasis está puesto en otra cosa.
Sr. DECANO.-
Medicina no tiene materias que formen a los alumnos para hacer
investigación.
Sr. PAZ.- Medicina es una facultad que, lamentablemente,
con los años ha ido involucionando, se ha ido transformando en algo cada vez
más lejano de la Facultad de Medicina de Houssay, de De Robertis. La discusión
con esos médicos, con esos investigadores acerca de qué rol tiene la
investigación en una Facultad como Medicina es algo distinta a la del actual
Decano de esa Facultad, de Ferreira o de algunos otros que están dando vuelta
por ahí. Están más interesados por discutir sobre las estructuras gerenciales
de las prepagas y la medicina como empresa, que por la salud pública o el avance
del conocimiento en general.
Sr. DECANO.-
Tiene la palabra el consejero Graziano.
Sr.
GRAZIANO.- Quiero decir que estoy
bastante de acuerdo con lo que el Decano dijo al principio acerca de que hay
que concientizar sobre estos temas, así como luchar por muchos otros. Pero no
me quiero detener en eso, sino enfocarme en los modelos de Universidad. Del mail no me llamó la atención lo que nos
dejaron de dar en concepto de gastos de funcionamiento o el porcentaje que nos
asignaron, sino el otro modelo que se estaba proponiendo a través del Instituto
Autónomo Universitario. Como acá no se dijo nada, quiero saber si realmente
había posibilidades de cambiar ese modelo, porque sería alejar a la Universidad
y llevarla hacia un modelo profesionalista, a través de un Instituto Autónomo.
Creo que eso habría que discutirlo mucho más. No sé si fue algo dicho al pasar.
Sr. DECANO.-
Es una cuestión que tiene que tomarse como
una lógica discursiva.
En
primer lugar, hay algunos que interpretaron que la palabra “instituto” quería
decir “privado”, pero les quiero decir que no tiene nada que ver. La estructura
de un instituto universitario es una universidad que, por su amplitud
disciplinar y por su temática, como es acotada, no es una universidad sino que
se llama “instituto universitario”. Ése es el por qué utilicé dicha palabra.
Obviamente, se estaba planteando una universidad disciplinar en donde el modelo
científico, de alguna manera, pudiera desarrollarse razonablemente. Ojalá nada
de esto tenga que ocurrir; ojalá que actores que son minoritarios pero que
existen en otras facultades se interesen en este debate y se expresen; ojalá
que los más profesionalistas recapaciten y digan: “No, la verdad es que no
podemos matar este otro modelo”.
Yo no planteo esto
como algo de facultades, porque hay representantes de los dos modelos en las
distintas facultades, pero lo que cambia es la proporción. En esta Facultad
claramente es mayoritario el tipo de percepción de la manera en que debe ser la
universidad, que no es nueva; justamente, no estoy inventando algo que se me
ocurrió en los últimos quince días.
Cuando se creó la
universidad moderna, después de la Edad Media, en el 1800, aparecen dos modelos
de universidad: uno napoleónico y otro creado por Von Humboldt, en Alemania; uno
destinado a la formación de profesionales y el otro destinado a la generación
del conocimiento, articulado con la enseñanza, así que estos dos modelos tienen
más de doscientos años. Es decir, fueron compitiendo a lo largo de la historia,
quizás uno se desarrolló en algún lugar más que en otro, pero acá, en
Argentina, nació muy fuertemente con el modelo napoleónico, con el modelo
profesionalista.
En la historia ha
habido picos. Con la Reforma del 18 se planteó este debate pero no se instauró
ningún proyecto científico de la universidad científica; la Reforma del 58
claramente fijó la idea de dedicación exclusiva, que no existía; la de los
departamentos; y la de que la investigación debía estar asociada a la docencia.
Sr. VILAS.- En
ese momento era el plan estratégico y, justamente, es lo que hoy nos falta.
Sr. DECANO.- Yo
creo que el problema no es que nos falte, sino que en ese momento había actores
que impulsaron ese estatuto como Rolando García o Sadovsky –de esta Facultad–,
pero también Risieri Frondizi o Brown Menéndez, que son personas que, quizás,
desde el punto de vista político ideológico podrían tener enormes diferencias
pero que, en concepción universitaria, se ponían de acuerdo en un modelo para
llevar adelante.
El
Estatuto que se acaba de aprobar no es una involución en esto que estoy
diciendo, sino que reafirma todo lo que expreso; de hecho, sostiene que la
investigación en dedicación exclusiva es inherente al cargo. Entonces, lo
profundiza. El tema es si lo que uno define en un papel después políticamente
lo impulsa o no. En la Reforma del 58 está claro que los actores que estaban
liderando todo eso lo podían impulsar; en cambio, hoy veo que acá no. Entonces,
quiero dar ese debate para ver, justamente, que se pueda impulsar.
En definitiva, no
es que yo diga: “Lo mejor que nos puede pasar es irnos”. No. Creo que si
realmente no hay forma o manera de cambiarlo, entonces tenemos que plantearnos
qué hacer. ¿Empezamos a cerrar trabajo de campo, laboratorios y nos adecuamos
al modelo profesional, o planteamos al menos como alternativa lógica discursiva
el hecho de decir: “Miren, si a ustedes les parece…”? La mayoría reconoce que,
en general, las cosas se hacen bien, en el sentido de que este modelo cumple lo
que pretende cumplir. Ahora, si no están dispuestos a decir: “Sí, la verdad que
esto es carísimo, es un lujo asiático, pero como cumple una función porque se
hace un montón de investigaciones, transferencias, extensiones, etcétera, y a
pesar de que tienen pocos alumnos, esta Facultad sola realiza el 25 por ciento
del doctorado de todo el país, está bien, le generamos una estructura para que
pueda sobrevivir”, y el discurso es: “Esto es extremadamente caro; es tan caro,
que es incompatible con la masividad de la UBA”, ¿cómo seguimos?
Por
otra parte, hay otro tema que no es menor: hay muchos actores en una
universidad que, quizás, tienen cierto temor de cómo pueden defender sus
“quintas” y dependen fundamentalmente del sello de la UBA. Yo creo que no está
mal discutir, sin arrogancias, cuánto de lo que es Exactas se lo debe a que
tiene el sello de la UBA detrás, y cuánto de lo que es la UBA se lo debe a que
tiene a Exactas detrás, porque si uno logra dar ese debate razonablemente
–repito: sin arrogancias–, puede, de alguna manera, ganarse un reconocimiento;
es decir que el otro que opina distinto diga: “Sí, la verdad es que reconozco
que ustedes aportan”.
Ahora, si el tema
es: “Ustedes nunca van a decir nada, porque no pueden plantearse perder el
sello de la UBA, dado que no serían nada”, uno pierde fuerza en la discusión.
Pero si uno dice: “Miren, el sello de la UBA es fantástico, pero si eso implica
perder lo que somos, podríamos animarnos a seguir defendiendo lo que somos y
hacerlo razonablemente sin el sello de la UBA, porque no nos iría tan mal”.
Entonces, solamente plantear ese debate discursivamente como posible, y no como
irrealizable, le da a uno una posibilidad de negociaciones y de discurso
distinto. ¿Se entiende?
Sr. GRAZIANO.-
Sinceramente, mi duda es si se trata de una cuestión de táctica para presionar
al resto de la gente, porque realmente me cuesta creer un poco que el Decano,
la autoridad, salga a decir todo esto, sin haber hecho antes alguna tratativa,
un poco más seria, respecto de si está la posibilidad de hacerlo.
Sr. DECANO.- Sé
que a la gente le gusta este tipo de preguntas y este tipo de factibilidades.
Si uno se plantea que se arma un instituto autónomo solamente con respaldo
externo a la universidad, creo que lo que se necesita es alrededor de 700
millones de pesos, porque eso es más o menos lo que podría costar construir 100
mil metros cuadrados y equiparlo. Por lo tanto, veo poco probable que haya una
inversión de 700 millones de pesos para duplicar algo que ya existe.
La actual Ley de Educación Superior requiere que para una división o una separación –y no una creación de algo nuevo y distinto– haya un acuerdo interno. Es decir que lo que ahí debería ocurrir es que la Universidad de Buenos Aires considere que es mejor separarse. Quiero decir que el día siguiente a que este tema fue a la Comisión de Presupuesto, el decano Barbieri, de Económicas, dijo en una nota en Ámbito Financiero que la UBA tenía que dividirse en diez o algo así. De todos modos, al día siguiente se desdijo.
Sr. HASSON.- Pero eso es un disparate.
Sr. DECANO.- Reitero: al día siguiente se desdijo. En
la corrección, aparentemente manifestó: “Desde el punto de vista
administrativo, habría que buscar algún tipo de descentralización que
permitiera que la UBA quedara con un tronco común para cosas muy macro, pero
que para las cosas más cotidianas hubiera algún tipo de distancia que
permitiera una administración más ágil y demás”. Esa
fue la explicación del día siguiente. Pero, técnicamente, para que eso ocurra,
se debería estar de acuerdo en crear una nueva Universidad, llevándose
presupuesto, edificios, etcétera. A mí me alcanza con plantear que no es una
locura pensar una Universidad con 5 mil alumnos de grado, con 2 mil de posgrado
y con el 10 por ciento de la ciencia del país. Simplemente, es eso. Otros, con
lo que tienen, no pueden aspirar a nada. Pero no es la situación. Nosotros
queremos estar en la Universidad de Buenos Aires, pero si nos dejan un ámbito
donde podamos desarrollarnos.
Sr. GRAZIANO.- Cuando esto fue discutido, ¿todos estuvieron en contra? ¿Qué dijo la gente de Sociales o la de Filosofía?
Sr. DECANO.- El único consejero superior que votó en contra del proyecto mayoritario fue Schuster. Hubo veinte votos a favor, dos en contra y cuatro abstenciones. Los otros once decanos votaron a favor de la resolución, aunque no todos con el mismo espíritu. Algunos minimizaron la cuestión y dijeron que sólo se trataba de 3 millones, y que luego se iba a seguir charlando.
Mi postura tuvo que ver con ir en contra del que había impulsado la idea; entonces, no me deja tranquilo que otros voten porque el número alcanzado les cierra las necesidades del momento. Y eso fue lo que hicieron varios; no todos tuvieron la misma actitud militante, ni estuvieron tan convencidos en todo. Hay muchos consejeros superiores que, cuando uno les habla, piensan de la misma manera pero que, al momento de votar, levantan la mano apoyando al proyecto contrario. Lamentablemente, eso es lo que pasa.
Yo tengo muy buena relación con muchísimos consejeros superiores y decanos, pero eso no se traduce al momento de levantar la mano.
Sr. PAZ.- Entre las discusiones políticas pendientes de la Universidad –como decía el consejero Vilas– faltan definiciones estratégicas; falta saber adónde queremos ir con la Universidad.
Yo he escuchado algunas menciones acerca de lo que se concibe como un plan estratégico y nosotros, como Facultad, estamos adelantados respecto de lo que puede ser una discusión estratégica, porque a grades rasgos, pensamos a la Universidad como generadora de conocimientos, porque concebimos a la docencia, a la investigación y a la extensión como pilares fundamentales de la Universidad y porque podemos presentarnos a la discusión no con cuestiones abstractas sino con respaldos prácticos y concretos.
Después de 25 años de democracia, esta Facultad ha recuperado, con el sacrificio y con el trabajo de muchos estudiantes, docentes y graduados, una posición dentro del mapa de la ciencia en la Argentina, que es importante y que es reconocido nacional e internacionalmente. Entonces, para conversar del plan estratégico no estamos tan mal; no es que no tengamos nada; no es que no sepamos dónde apuntamos o que vayamos en un barco a la deriva, como pasa en buena parte del resto de las facultades.
No me parece correcto caer en la pedantería, pero debo decir que no es casual que esta Facultad no tenga docentes ad honorem. Si fuéramos permisivos en este Consejo Directivo, tendríamos designaciones docentes perversas que, a veces, esconden un problema presupuestario pero que, en otros casos, es sólo una práctica perversa –la palabra no es equivocada– en donde son varios los beneficiados. Por un lado, se beneficia el que designa, porque lo hace a dedo y tiene el derecho de pernada; tiene un derecho de esclavitud sobre el que trabaja para él. Es un derecho que podríamos tener los docentes de esta Facultad, para gozar de esa sensación de poder al designar al que consideramos un buen alumno. Pero en esta facultad no pasa; los profesores no designamos a dedo a nadie; en otras facultades, si y así se generan derechos adquiridos. Pero también resulta beneficiado el designado, que considera que ese es su primer paso de su carrera que, en definitiva, le sirve para mejorar su perspectiva dentro de la carrera docente o porque, genuinamente, prefiere estar más cerca de los que más saben.
No es casual que no tengamos docentes ad honorem; no es casual que esta Facultad tenga un número insignificante de profesores interinos. Tenemos un número de docentes interinos compatible con la dinámica de los concursos, con la lógica que viene de la mano del que renuncia y de los concursos que se van haciendo. Tampoco es casual que eso sea lo atípico dentro de la Universidad.
Es atípico encontrar facultades que asuman la docencia y la investigación como la misma cosa; es atípico encontrarse con facultades que no tengan docentes ad honorem; es atípico encontrarse con facultades donde el número de docentes interinos sea bajo. Por eso, la discusión sobre la democratización estalló en 2006 y se prolongó en el tiempo. Todo estaba mezclado y se discutían muchas cosas al mismo tiempo.
Efectivamente, hay quienes piensan que es antidemocrático que haya más representación de profesores que de estudiantes; no estoy de acuerdo con eso; no es una cuestión de democracia, sino de organización de la Universidad. Yo creo que debe haber más representación de profesores en los organismos de gobierno, pero no es el punto que estamos debatiendo ahora. Pero la cuestión que hace a la democracia es que a través de la manipulación de las no designaciones de profesores regulares, se instrumenta la manipulación de los padrones y eso sí afecta la democracia en las diferentes facultades. Uno puede ver cuántos profesores votaron en Medicina en las últimas elecciones y fueron menos que los que votaron en Exactas. ¿Cómo puede ser? Hay menos profesores en condiciones de votar; es increíblemente ridículo, pero es así. Estos son instrumentos de no cumplimiento del Estatuto Universitario, que después de 25 años no tienen ninguna justificación.
A grandes rasgos, hemos sido capaces de definir un plan estratégico. Ninguno de los que participamos de la vida política de la facultad fuimos actores de esto. Tal vez, en algunos casos, tengamos un mayor nivel de elaboración, pero lo cierto es que reprodujimos el plan de la época de oro de la Facultad, cuya trayectoria fue cercenada en la Noche de los Bastones Largos.
Esa discusión hay que darla en la Universidad, donde puede ser que haya poca vocación para promover o discutir reflexivamente sobre posibles formas de gobierno. Y no me refiero a formas vinculadas con la relación entre docentes y estudiantes. Me refiero a reflexionar sobre la lógica académica que establece que en la cuota de poder interna de la Universidad, el peso de una facultad como la de Odontología sea exactamente igual al de la de Exactas o a la de Ingeniería. ¿Cómo se cambia eso? ¿Existe la forma? Aunque cambiemos el número de las representaciones en los órganos de gobierno y aumentemos los miembros del claustro de estudiantes, lo cierto es que la gente de Odontología –me refiero a los que tienen formación profesional– va a tener el mismo peso que ahora. Y, seguramente, el mismo peso relativo tendrán los que hacen ciencias básicas y se vinculan con el estudio de la naturaleza –que están englobados por esta Facultad– y los que vienen de las ciencias humanas, que son los que salen de Filosofía y Letras. Esas dos facultades tienen las dos treceavas partes de lo que es el peso del gobierno en la Universidad.
Desde adentro de la Universidad es muy difícil plantear la división de la propia Universidad, porque es políticamente muy incorrecto. Conozco mucha gente que opina que la Universidad tendría muchos científicos prestigiosos y que la única solución para la Universidad es dividirse, pero no se atreven a decirlo. Yo lo digo: creo que la UBA tiene que dividirse. ¿Pero cómo se va a hacer eso? Aclaro que es una posición absolutamente personal, no es de mi lista política ni forma parte de la plataforma electoral que me llevó hasta aquí. Sería poco serio impulsar eso, pero lo pienso hace mucho tiempo y he hablado con mucha gente que lo piensa. No es poco serio dar ese debate. Se trata de un debate que sería bueno que se dé de manera reflexiva, que la sociedad y los universitarios participen y digan qué opinión tienen y si, realmente, coexisten modelos distintos de Universidad. Mucha gente puede decir que “es un debate para más adelante, cuando se resuelva el tema presupuestario; ahora luchemos todos por mayor presupuesto”. Ésa puede ser una posición, pero todo debate no se tiene que reducir a las carencias salariales y presupuestarias, porque si no se acalla un debate profundo, que es la coexistencia de distintos modelos universitarios y lo que cada uno piensa que debe ser la Universidad. Creo que sería muy importante que desde la UBA aproveche esta distancia, donde hay un debate planteado, para no ocultarlo.
En primer lugar, no tenemos que decir que queremos irnos. Desde el punto de vista práctico, es imposible hacerlo porque, primero, nadie nos echó y, segundo, porque no podemos declarar la independencia, ni es ésa la idea, sino que se debe dar un debate.
Sr. DECANO.- Otro tema que también complica el funcionamiento de lo que uno cree correcto es no contar con campos universitarios integrados. Muchas cosas las podríamos organizar de otra manera si, por ejemplo, tuviéramos cerca a la Facultad de Filosofía y a la parte de educación más integrada. El hecho de estar distribuidos en una Ciudad tan grande también nos condiciona en la forma en que uno puede funcionar y resolver los problemas.
Sr. DECANO.- Antes de pasar al Orden del Día, quiero comunicar que a las 16 horas he recibido un mensaje del Consejo Superior, por el que avisan que en la Asamblea, como ustedes recordarán, se decidió que a la Comisión Redactora que quedó constituida se le pueden acercar observaciones a la redacción. Dice: (Lee). Quedan oficialmente informados.
Sr. DE CISTÓFORIS.- El consejero Paz había solicitado que en esta comisión se planteara el tema de la redacción respecto del artículo que hacía referencia a los comedores universitarios, tal como habían planteado los consejeros estudiantiles.
Sr. DECANO.- El consejero Paz nos puede hacer llegar alguna observación. Nosotros la transmitiremos.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 2.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.1.1.
- Sin
observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.2 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.2.1.
- Sin
observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.3 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.3.1.
- Sin
observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.4 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.4.1.
- Sin
observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.5 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Sra. SIELE.- Como miembro de Sinergia, queremos agradecerle a Julián Gelman Constantín por su esfuerzo y dedicación realizada en nuestro nombre en la comisión ad hoc, a pesar de no ser miembro de esta agrupación.
Sr. DECANO.- Se va a votar el punto 2.5.1.
- Se vota y
aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.6 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.6.1.
– Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Tiene la
palabra el consejero Paz.
Sr. PAZ.- El tema que acabamos de aprobar no es menor y también forma parte de la discusión acerca del proyecto estratégico. El hecho de que esta Facultad por cuarto año apruebe una resolución referente a qué hacer con su planta docente, en base a un análisis que, por lo menos, admite como posibilidad que todos los cargos vayan a una nueva área de conocimiento, pone en discusión qué hacer con los cargos docentes que se van liberando. Pese a que hace cuatro años esto dio lugar a un debate político complejo, en el que hubo acusaciones de todo tipo de intentos de manipulación, logramos generar un mecanismo que está funcionando sobre la base del consenso y del trabajo arduo de mucha gente.
Me sumo a la felicitación que recién hizo la consejera para todos los miembros de la comisión. Yo espero que esto siga adelante. No hay facultad alguna de la UBA que haga esto.
Sr. DECANO.- Esto es solamente posible con una estructura departamental, porque si no lo que se estaría discutiendo sería llamar a concurso para una cátedra que quedó vacante y no habría nada que redefinir.
Les puedo asegurar que me cuesta mucho trabajo poder explicar en la Universidad cómo es el mecanismo y por qué cuando hay promociones no hay ningún problema de financiamiento: a año vencido, se descuentan las jubilaciones que vienen, todas las promociones que se dieron y los profesores consultos que se rentaron, y el saldo se redistribuye. Todo eso, a año vencido, cierra presupuestariamente. Por eso piensan que estamos hablando de Marte, pero la resolución está y se las podemos mostrar. Ellos dicen: “Ustedes tienen eso”, y lo aceptan. Eso, que no es menor, lo entendieron.
Tiene la palabra el consejero Paz.
Sr. PAZ.- Quiero hacer una aclaración que tiene que ver con el Estatuto.
Otro de los puntos relacionado con la cuestión docente, en el que hemos tenido álgidas discusiones con gente de otras facultades, se refiere a los concursos de renovación y a la posibilidad de ascensos. Eso no es bien visto en otras facultades, pero no porque les parezca que es una manera espuria de hacer que la gente ascienda y que debería haber mecanismos más transparentes, sino porque eso atenta contra la estructura de cátedras y contra la idea de que haya un asociado y un adjunto que dependen del titular. Ellos piensan: “¿Qué pasa si asciende el profesor asociado? ¿Habrá dos titulares en la misma cátedra? No se puede”. Ese tipo de razonamiento es el que prima en el resto de las facultades.
Desde hace cuatro años una de las recomendaciones de la primera comisión ad hoc era no hacer concursos de profesores titulares; no sé si se hizo alguno. El mecanismo de designación de titulares por ascensos de profesores asociados –tema que se debatió mucho hace cuatro años y que se mezcló con cuestiones políticas– luego de cuatro años está claro, está funcionando y ha servido para que un conjunto de personas que concursaron de adjunto a asociados y de asociados a titulares esté llegando a un nuevo balance. Se trata de un mecanismo que aplica la letra y el espíritu del Estatuto Universitario, que funciona. Y es una visión estratégica de lo que hay que hacer con la Facultad.
Sr. DECANO.- Tiene la palabra el consejero Solovey.
Sr. SOLOVEY.- Me quiero referir al mismo tema.
Como miembro de la comisión, agradecemos la felicitación del consejero preopinante Paz.
Quiero destacar que, a partir el trabajo que hicimos en la comisión, se llegó a un dictamen que se consensuó y que salió por unanimidad de todos los que estuvieron trabajando en cada una de las reuniones de comisión, a la que fuimos, esencialmente, todas las fuerzas que forman parte del Consejo Directivo, a excepción de la mayoría de estudiantes, que había designado a un miembro pero que nunca fue, y de la minoría de profesores, que al principio no tenía integrantes, que después lo tuvo y que al final tampoco concurrió. Nos hubiera parecido positivo que todos pudiéramos discutir y que estuvieran presentes todas las voces, para enriquecer más el debate. De todas formas, cualquiera que haya estado en las reuniones sabe que había distintas opiniones sobre las que no todos estamos de acuerdo. Sin embargo, finalmente, teniendo en cuenta una serie de factores, llegamos a un dictamen de consenso. Entre otras cosas, es verdad que mantuvimos la política de favorecer cargos de profesor adjunto. Pero desde el principio nos habíamos fijado la premisa de dar cargos de profesor titular en algunos departamentos en los que había muy pocos o ninguno. De todas maneras esos fueron la minoría.
Por último, quiero destacar que si
bien este es el cuarto año que está funcionando la comisión, me acuerdo que
antes una de las cosas que se discutió muchísimo fue la utilización de índices
docentes que midieran la cantidad de horas de clases que dan frente a los
alumnos los profesores, la relación docente–alumno y todas las combinaciones
que se puedan ocurrir. Eso era muy resistido por la oposición al momento de
hacer la distribución de los cargos vacantes. Y quiero destacar que este año,
como en otros anteriores, lo seguimos usando. Es más: Julián fue uno de los que
casualmente trabajó mucho en eso y, sobre todo, Aníbal Carbajo, de Graduados al
Frente, que también es un experto en este tipo de cuestiones. Con él trabajamos
muy bien, al igual que con el resto de los miembros de la comisión, a pesar de
algunas diferencias que surgieron.
De modo que estos puntos son los que
quería señalar.
Sr. DECANO.-
Tiene la palabra el consejero Vilas.
Sr. VILAS.- Quiero solicitar una aclaración.
El Reglamento de Concursos que se puso en vigencia hace unos seis años atrás fue realmente un éxito; para nuestra Facultad fue algo muy positivo, porque había un grupo que se resistía a que permaneciera en el Reglamento de Concursos el ascenso de profesores. Entonces, se dijo que había que seguir las indicaciones del Estatuto de la Universidad, que en ese sentido es muy sabio, en cuanto a que hay que tender a la organización departamental. Entre otras cosas, la Facultad de Ciencias Sociales se organizó justamente en forma departamental, tal como esta Facultad, que tiene dificultades para seguir al pie de la letra la organización departamental que, efectivamente, está vigente desde 1958.
Sr. DECANO.-
Efectivamente. La Facultad de
Ciencias Sociales fue creada en 1988. ahora cumplió veinte años. Fue fundada con el mandato taxativa de que
tenía que organizarse en forma departamental, pero Sociales tiene un
agrupamiento de cinco carreras con orígenes distintos en diversas facultades.
La realidad es que nunca pudieron implementar una organización departamental.
Ellos tienen cátedras, que se llaman iguales, que tienen el mismo programa en
distintas carreras y donde cada titular y la estructura de su cátedra da para
su carrera y no pueden cursarla los alumnos de otras. Sé que en su momento el
ex Decano Malimacci y el actual Decano Schuster quisieron cambiar eso, pero es
muy difícil porque, justamente, se tocan intereses. Esto se vincula con el
límite que tiene la autonomía universitaria cuando debe organizar este tipo de
cosas. En principio, uno piensa que deberían beneficiar al conjunto de la
sociedad, pero puntualmente pueden perjudicar al sector involucrado y tiene que
haber alguna instancia que fuerce al sector involucrado a tener que mirar más
allá de sus propias narices, aunque más no sea porque a alguien le llame la
atención.
Sr. HASSON.- Sí, pero pasaron veinte años. O sea, teóricamente pasaron tres períodos de profesores. En ningún momento se pudo romper con esa estructura.
Sr. DECANO.-
No. Lo que se ha organizado, más que
estructuras departamentales o consejos departamentales, son estructuras de
carrera muy fuertes. Hay una equivalencia con los CoDeps, pero son
carreras.
Sr. HASSON.- Es como que existe más de una facultad dentro de la misma facultad.
Sr. DECANO.-
De alguna manera es así.
Sr. HASSON.- Es decir, no rompieron con esa vieja estructura.
Sr. VILAS.- Eso es llamativo. El Estatuto de 1959 es sabio.
Sr. PAZ.- La modificación que se introdujo en la nueva
redacción del Estatuto en lo referente a concursos de renovación y a la
posibilidad de ascensos en algún momento fue preocupante. Creo que luego fue
sabiamente resuelto por los que participaron de la Comisión 2. Pero hubo un
intento. Se preocupan de que los ascensos de los concursos de renovación puedan
desestabilizar las cátedras o eliminarlas.
Sr. VILAS.- Fue una pelea dura que se dio en ese sentido y creo que de alguna manera la
Facultad la ganó.
Creo que la idea sería tratar de ver qué peleas podemos ganar.
Sr. DECANO.-
Está claro. De hecho, las reformas
que nos parecieron positivas en el Estatuto
las conseguimos. El problema es cómo se aplican. Porque de hecho,
logramos que cada vez que en el Estatuto decía la palabra “cátedra”, se
remplazara por “cátedra o materia”. Eso lo planteamos enfáticamente nosotros y
no tuvieron ningún problema en poner “cátedra y materia”.
Corresponde considerar el punto 2.7 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.-
En consideración.
Se va
a votar el punto 2.7.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 2.8 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.8.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.9 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.9.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.10 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.10.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.11 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.11.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.12 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.12.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.13 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.13.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.14 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.14.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.15 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.15.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.16 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.16.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 2.17 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 2.17.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 3.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.1.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.2 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.2.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.3 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Sra. MORENO.- Me abstengo.
Sr. DECANO.- Se va a votar el punto 3.3.1.
- Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado, con la abstención de la consejera Moreno.
Corresponde considerar el punto 3.4 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.4.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.5 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.5.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.6 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.6.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.7 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.7.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.8 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.8.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda
aprobado.
Corresponde considerar el punto 3.9 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 3.9.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 4.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.1.1, que requiere de 9 votos.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado por unanimidad de 12 votos.
Corresponde considerar el punto 4.2 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.2.1, que requiere de 9 votos.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado por unanimidad de 12 votos.
Corresponde considerar el punto 4.3 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.3.1, que requiere de 9 votos.
- Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado, con 10 votos por la afirmativa y 2 abstenciones.
Corresponde considerar el punto 4.4 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Tiene la palabra el consejero Graziano.
Sr. GRAZIANO.- Solicito que este expediente vuelva a comisión, porque en el momento en que se trató yo no estaba y queremos discutirlo.
Sr. DECANO.- Se va a votar la vuelta a comisión del punto 4.4.1.
- Se vota y resulta afirmativa.
Sr. DECANO.- El expediente vuelve a comisión.
Corresponde considerar el punto 4.5 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.5.1, que requiere de 9 votos.
- Varios
consejeros hablan a la vez.
Sr. DECANO.- Consejero Graziano: ¿solicita la vuelta a comisión también de este expediente?
Sr. GRAZIANO.- Perdón, pero no lo escuché.
Sr. DECANO.- Le pregunté si quiere que el punto 4.5 vuelva a comisión.
Sr. GRAZIANO.- Si quiere, puedo aclarar un poco más.
Sr. DECANO.- Se va a votar el punto 4.5.1…
Sr. GRAZIANO.- ¿Pero no puedo hablar?
Sr. PAZ.- Sí, por supuesto.
Sr. DECANO.- Pero del punto 4.5.
Sr. GRAZIANO.- De los dos, si quieren.
Sr. DECANO.- El punto 4.4 ya no está en consideración.
Sr. GRAZIANO.- Bueno, pero ustedes volvieron hacia atrás e hicieron un comentario con respecto al punto anterior.
Sr. DECANO.- Sólo le aclaré.
Sr. GRAZIANO.- Con respecto al punto 4.4, si bien no estuve presente cuando se discutió el tema en la comisión, pude ver los dos expedientes. Se trata de una designación de un profesor titular en el que la persona no se presentó; es decir, no sé si estaba por jubilarse o por qué no lo hizo. Entonces, creo que sería bueno discutir los parámetros o requerimientos para un profesor titular, cómo se viene dando hasta ahora o, por ejemplo, el tema de que el ad hoc no sea profesor titular aunque, en este caso, como era de renovación se tuvo que hacer y la persona que se presentó fue aceptada por el jurado. Simplemente, quería discutir eso; no es que estamos en contra o no, sino que queremos debatir qué está bien y qué está mal.
Sr. HASSON.- Pero lo discutimos en comisión. El punto es que hay concursos que se llaman de renovación y el profesor que tiene que renovar decide no presentarse y eso, por definición, no tiene por qué ir a la comisión ad hoc.
Sr. GRAZIANO.- No, ya lo sé.
Sr. HASSON.- Yo creo que ésa es la respuesta a la duda que vos planteabas recién.
Sr. DECANO.- Ahora, si el cargo quedara vacante porque nadie se presentaba…
Sr. HASSON.- Claro, ahí está clarísimo. Pero no fue ése el caso ni tampoco fue declarado desierto.
Sr. DECANO.- Exactamente.
Tiene la palabra el consejero López de Casenave.
Sr. LÓPEZ DE CASENAVE.- Dado que nos retrotrajimos al punto 4.4 del Orden del Día…
Sr. VILAS.- Perdón, pero yo voy a hacer una moción de orden: para volver a discutir algo que ya se votó hacen falta los dos tercios de los votos, así que continuemos con el Orden del Día.
Sr. LÓPEZ DE CASENAVE.- Entonces, no voy a hablar.
Sr. HASSON.- Yo pediría que se hiciera una votación para ver si lo dejamos hablar o no al consejero López de Casenave. Me parece que dejarlo con la palabra en la boca no está bien.
Sr. DECANO.- El consejero Vilas hizo una moción de orden.
Sr. HASSON.- Sí, ya lo sé, entonces que se vote la moción.
Sr. DECANO.- No, la moción de orden es simplemente para apegarse al Reglamento, lo que es una obviedad. De hecho, le había pedido al consejero Graziano que se refiriera al punto 4.5, porque el 4.4 no estaba en tratamiento. No lo quise interrumpir para no ser descortés, pero ahora el consejero Vilas marca que el Reglamento impide hablar del punto 4.4, y tiene toda la razón del mundo.
Sr. HASSON.- Entonces, se puede votar igual la moción.
Sr. DECANO.- No, lo que hay que votar eventualmente es apartarse del Reglamento.
Sr. PAZ.- Al final de la sesión creo que los consejeros tienen la posibilidad de presentar algún tipo de opinión sobre cualquier cosa. Debería ser así.
Sr. LÓPEZ DE CASENAVE.- Yo declino el uso de la palabra.
Sr. DECANO.- Bien, ya está resuelto elegantemente.
Se va a votar el punto 4.5.1.
- Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado con doce votos por la afirmativa.
Corresponde considerar el punto 4.6 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.6.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.7 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.7.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.8 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.8.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.9 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.9.1, que requiere de 9 votos.
- Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado, con 11 votos por la afirmativa y 1 abstención.
Sr. HASSON.- ¿Por qué el consejero Graziano no vota los concursos regulares y sí vota las designaciones interinas?
Sr. GRAZIANO.- Porque unas son propuestas de designación que vienen del CoDep y otras son de la comisión.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 4.10 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.10.1.
- Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado con 11 votos por la afirmativa y una abstención.
Corresponde considerar el punto 4.11 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.11.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.12 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.12.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.13 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.13.1.
- Se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado con 10 votos por la afirmativa y 2 abstenciones.
Corresponde considerar el punto 4.14 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.14.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.15 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.15.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.16 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.16.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.17 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.17.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.18 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.18.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.19 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.19.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.20 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.20.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 4.21 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 4.21.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 5.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.1.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.2 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.2.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.3 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.3.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.4 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.4.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.5 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.5.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.6 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.6.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.7 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.7.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.8 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.8.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.9 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.9.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.10 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.10.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.11 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.11.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.12 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.12.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.13 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.13.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.14 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.14.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.15 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.15.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 5.16 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 5.16.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 6.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 6.1.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 6.2 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 6.2.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 6.3 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 6.3.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 7.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 7.1.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 8.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 8.1.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 8.2 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 8.2.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 8.3 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 8.3.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 8.4 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 8.4.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Se va a votar el punto 8.4.2.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 8.5 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 8.5.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Corresponde considerar el punto 8.6 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Se va a votar el punto 8.6.1.
- Sin observación, se vota y aprueba.
Sr. DECANO.- Queda aprobado.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar los puntos 9.1 a 9.59 del Orden del Día.
- Se enuncian.
Sr. DECANO.- En consideración.
Si no hay observaciones, se van a votar en conjunto los puntos 9.1.1 a 9.59.1.
- Sin observación, se votan y aprueban.
Sr. DECANO.- Quedan aprobados.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 10.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Si no hay observaciones, se tomará conocimiento.
- Se toma conocimiento.
Sr. DECANO.- El Consejo Directivo ha tomado conocimiento.
Sr. DECANO.- Corresponde considerar el punto 11.1 del Orden del Día.
- Se enuncia.
Sr. DECANO.- En consideración.
Si no hay observaciones, se tomará conocimiento.
- Se toma conocimiento.
Sr. DECANO.- El Consejo Directivo ha tomado conocimiento.
Sr. DECANO.- No habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión.